Guion Vigilia Pascual
ajpchile19 de Marzo de 2015
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Vigilia de Pascua de Resurrección
Santuario Tabor de Peñuelas.
Guía: Abraham Riveros
Muy buenas noches hermanos. Antes de comenzar esta solemne celebración les solicitamos apagar sus celulares (esperar).
El camino de la cruz es el camino hacia el encuentro profundo con Dios. En él alcanzamos la esperanza de la resurrección y triunfo de nuestro Señor Jesús sobre la muerte. María, Madre y Reina de Chile, y de nuestros corazones, está al pie de la cruz, junto a su hijo, junto a sus hijos. Hoy y siempre recorre acompañándonos los caminos que marcan nuestra historia, y si se lo pedimos, se quedará al lado nuestro para iniciar las nuevas rutas que vendrán.
La Vigilia Pascual, la Madre de todas las Vigilias, Fiesta del fuego, de la luz y del agua, Fiesta de Cristo Resucitado. Esta noche consagrada por todos los siglos de la historia, es una noche privilegiada para la comunidad cristiana en el mundo entero. En ella, nos reencontramos con la esperanza nueva, renacen miles de hermanos y hermanas por el Bautismo, los penitentes encuentran la reconciliación, los cielos, la tierra y todo lo creado se estremece ante la novedad del Resucitado.
En esta solemne Vigilia Pascual, nos disponemos a resucitar con Cristo, para vivir en la gracia de Dios y comunicarlo a todo el mundo.
Sacerdote:
Hermanos en esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerta a la vida, la Iglesia invita a todos sus hijos diseminados en el mundo, a que se reúnan para velar en la oración. Conmemoremos juntos la Pascua del Señor, escuchando su Palabra y participando en sus sacramentos, con la esperanza cierta de participar también en su triunfo sobre la muerte y de vivir con él para siempre en Dios.
BENDICIÓN DEL FUEGO
(Se enciende el fuego y el Sacerdote enseguida lo bendice con la siguiente oración)
Oración:
Dios nuestro que por medio de tu hijo
nos has comunicado el fuego de tu vida divina.
Bendice este fuego nuevo
y haz que estas fiestas pascuales
enciendan en nosotros el deseo del cielo,
para que podamos llegar con un espíritu renovado
a la fiesta gloriosa de tu Reino.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
1. Cristo ayer y hoy,
(Traza línea vertical)
2. Principio y fin
(Traza línea horizontal)
3. Alfa
(Traza la letra Alfa, arriba de la línea vertical)
4. Y Omega
(Traza la letra Omega, bajo la línea vertical)
5. Suyo es el tiempo
(Traza el primer número del año en curso, en el ángulo superior izquierda de la cruz)
6. Y la eternidad
(Traza el segundo número del año en el ángulo superior izquierdo)
7. A Él la gloria y el poder,
(Traza el tercer número del año en el ángulo superior izquierdo)
8. Por los siglos de los siglos. Amén.
(Traza el cuarto número del año en el ángulo inferior derecho).
(Después de haber trazado la cruz y los demás signos, el sacerdote puede incrustar en el cirio cinco granos de incienso en forma de cruz, diciendo al mismo tiempo:)
1. Por tus santas llagas
2. gloriosas
3. nos proteja
4. y nos guarde
5. Jesucristo nuestro Señor. Amén.
ENTRADA SOLEMNE
Guía: Abraham Riveros
Entremos al templo en pos de Cristo que nos introduce en su Reino. Expresamos nuestra alabanza como pueblo cristiano.
(El diácono elevando el cirio canta por Primera vez:)
Luz de Cristo.
Y todos responden.
Demos gracias a Dios.
(Todos entran a la Iglesia precedidos por el diácono que lleva el cirio pascual.
El turiferario precederá al diácono, detrás el celebrante, ministro y el pueblo)
(En la puerta de la Iglesia el diácono, se detiene y canta por Segunda vez:)
Luz de Cristo.
Y todos responden.
Demos gracias a Dios.
Guía: Abraham Riveros
Encendamos nuestras velas en la llama del cirio y avancemos a nuestros puestos.
(Al llegar ante el altar, el diácono, vuelto hacia el pueblo, canta por Tercera vez:)
Luz de Cristo.
Y todos responden.
Demos gracias a Dios.
ANUNCIO DE LA PASCUA.
Guía: Abraham Riveros
Hemos recibido la luz de Cristo para llevarla a través de la oscuridad del mundo. De pié y con las velas encendidas escuchemos el anuncio de la Pascua, cuyo mensaje es la fe, alegría, respeto y confianza. Estos están representados en el incienso, que fue colocado en el cirio pascual.
Pregón Pascual: Guillermo Plaza – Carlos Eugenio Barassi
(P.Cristobal Fones sj), cantado con el coro y asamblea
LITURGIA DE LA PALABRA.
Guía: Abraham Riveros
Hermanos, apaguemos nuestras velas y tomemos asiento. Con el pregón solemne de la Pascua, hemos entrado ya en la noche santa de la resurrección del Señor. Meditemos cómo en la antigua alianza, Dios salvó a su pueblo y en la plenitud de los tiempos, envió al mundo a su Hijo, para que nos redimiera.
Escuchemos con recogimiento la Palabra de Dios.
LECTOR: MIGUEL MURUA
Lectura del Libro del Génesis 1,2 – 2.2 (Puede leerse versión breve que está en el Misal)
La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas. Dijo Dios: "Haya luz", y hubo luz. Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad; y llamó Dios a la luz "día", y a la oscuridad la llamó "noche". Y atardeció y amaneció: día primero.
Dijo Dios: "Haya un firmamento por en medio de las aguas, que las aparte unas de otras." E hizo Dios el firmamento; y apartó las aguas de por debajo del firmamento, de las aguas de por encima del firmamento. Y así fue. Y llamó Dios al firmamento "cielos". Y atardeció y amaneció: día segundo.
Dijo Dios: "Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento en un solo conjunto, y déjese ver lo seco"; y así fue. Y llamó Dios a lo seco "tierra", y al conjunto de las aguas lo llamó "mares"; y vio Dios que estaba bien. Dijo Dios: "Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas y árboles frutales que den fruto, de su especie, con su semilla dentro, sobre la tierra." Y así fue. La tierra produjo vegetación: hierbas que dan semilla, por sus especies, y árboles que dan fruto con la semilla dentro, por sus especies; y vio Dios que estaban bien. Y atardeció y amaneció: día tercero.
Dijo Dios: "Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día de la noche, y valgan de señales para solemnidades, días y años; y valgan de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra." Y así fue.
Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el dominio del día, y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las estrellas; y los puso Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra, y para dominar en el día y en la noche, y para apartar la luz de la oscuridad; y vio Dios que estaba bien. Y atardeció y amaneció: día cuarto.
Dijo Dios: "Bullan las aguas de animales vivientes, y aves revoloteen sobre la tierra contra el firmamento celeste." Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo animal viviente, los que serpean, de los que bullen las aguas por sus especies, y todas las aves aladas por sus especies; y vio Dios que estaba bien; y los bendijo Dios diciendo: "sean fecundos y multiplíquense, y llenen las aguas en los mares, y las aves crezcan en la tierra."
Palabra de Dios
(Los salmos no tienen introducción, las antífonas son cantadas por el coro)
Salmo Responsorial 103
LECTOR: Mónica Cortés
R. Envía tu Espíritu Señor y renueva toda la tierra.
Bendice al Señor, alma mía.
¡Señor, Dios mío qué grande eres!
Estás vestido de esplendor y majestad
Y te envuelves con un manto de luz.
Afirmaste la tierra sobre sus cimientos.
¡No se moverá jamás!
El océano la cubría como un manto,
Las aguas tapaban las montañas.
Haces brotar fuentes en los valles,
Y corren sus aguas por las quebradas.
Las aves del cielo habitan junto a ellas
Y hacen oír su canto entre las ramas.
Desde lo alto riegas las montañas,
Y la tierra se sacia con el fruto de tus obras.
Haces brotar la hierba del ganado
Y las plantas que el hombre cultiva.
¡Qué variadas son tus obras, Señor!
¡Todo lo hiciste con sabiduría,
La tierra está llena de tus criaturas!
¡Bendice al Señor, Alma mía!
Guía: Abraham Riveros
Nos ponemos de pie.
Sacerdote.
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno,
que en todas las obras de tu amor te muestras admirable,
concédenos comprender
que la redención realizada por Cristo, nuestra Pascua,
es una obra más maravillosa todavía
que la misma creación del universo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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