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Iluminación Agustina


Enviado por   •  7 de Agosto de 2014  •  984 Palabras (4 Páginas)  •  290 Visitas

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1. LA ILUMINACIÓN AGUSTINIANA

En el proceso del entendimiento de la verdad se debe producir una iluminación del conocimiento por medio de Dios, la mente humana es limitada y no es capaz de entender lo limitado e inmutable, por esto Dios es necesario para iluminar la mente de los hombres, esta iluminación afecta la razón superior que se halla en el alma del hombre.

Por ello nos dice San Agustín: “Para entender alguna cosa, no consultamos la voz que suena fuera, sino la verdad que reina dentro en el espíritu; las palabras todo lo más nos mueven a consultarla. Y esta verdad consultada enseña; y es Cristo, que habita en el hombre interior. Él es la inmutable Virtud y la eterna Sabiduría de Dios, que todo ser racional consulta” (El Maestro 11,38).

Para alcanzar la iluminación del entendimiento, debemos recurrir a nuestro interior, debemos interiorizar, ya que quien ilumina es el maestro interior, Cristo quien imprime la verdad en el alma; San Agustín nos expone los tres elementos del verdadero conocimiento: “Como para la visión de los cuerpos no basta el sentido [de la vista], ni el cuerpo [objeto sensible], sino que, además, se requiere una luz que bañe su superficie; de análogo modo, en la visión espiritual las verdades eternas se muestran a los ojos interiores por una luz superior a la mente” (El Orden 2,3,10).

2. EL SER Y LOS SERES

El pensamiento de Agustín en torno a los seres se puede resumir de la siguiente manera:

1. El Ser inmutable: Dios es.

2. Los seres mudables: Todo lo que no es Dios, ¿qué es?

3. Los seres son y no son porque les falta estabilidad y permanencia.

4. Causa última de la inestabilidad de los seres: han sido creados de la nada.

Agustín dice que Dios es la existencia misma y que es el ser por excelencia ya que el no cambia, a diferencia de los seres creados por él. Todo lo que no es Dios no puede ser llamado ser porque todo se confundiría con Dios, pero tampoco podemos dejar de llamar ser a lo que no es Dios porque esto sería reducirlo a la pura nada y ni tan siquiera podríamos hablar de ellos.

De aquí surge que todo lo que no es Dios debe ser llamado más o menos ser, pero sin merecerlo del todo como dice San Agustín: “Miré las cosas inferiores a Ti, y vi que ni son absolutamente, ni absolutamente no son. Son ciertamente, porque proceden de Ti; pero, (a la vez) no son, porque no son lo que eres Tú. Y sólo es verdaderamente lo que permanece inmutable” (Confesiones 7,2,17).

Así entendemos que los seres son y no son porque les falta estabilidad y permanencia, cosa que no sucede con Dios; esta inestabilidad de los seres proviene precisamente porque han sido creados de la nada: “¿Por qué decaen (los seres)? Porque son mudables. ¿Por qué son mudables? Porque no son en grado sumo. ¿Por qué

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