Indicios De La Existencia De Dios
josueg39624 de Marzo de 2014
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Aunque en el mundo podemos encontrar
indicios de la existencia de Dios, es
evidente que Dios no se manifi esta de
modo incuestionable a los hombres. Esto
también es un misterio, al que no podemos
dar una respuesta defi nitiva. En la
segunda entrevista con Joseph Ratzinger
publicada por Peter Seewald el entonces
cardenal afi rmaba en referencia a Dios:
“¿Por qué permanece tan callado? ¿Por
qué es tan débil en el mundo? Ésta es una
pregunta que el creyente se planteará inevitablemente
una y otra vez. O ¿por qué no
es más claro, más rotundo? Por otra parte
hemos de comprender que vivimos dentro
de una perspectiva fi nita. No nos ayudaría
que ahora tuviéramos ante nosotros de
repente el desciframiento total, una comprensión
del mundo que superara nuestras
capacidades.”
Parece, pues, que en nuestra vida mortal
no encontraremos pruebas defi nitivas
de la existencia de Dios, aunque sí indicios.
Por otro lado, como una faceta más
del desfase metodológico, es inadecuado
esperar de la ciencia una prueba de la
existencia (o de la inexistencia) de Dios.
Lo que sí puede proporcionar la ciencia
son algunos de esos indicios que acabo de
mencionar. Éste es uno de los puntos en
los que la interacción entre la ciencia y la
refl exión teológica puede ser benefi ciosa.
Conocer y explicar con rigor los hechos
científi cos que pueden sugerir la existencia
de Dios es parte de lo que quería decir en
la sección anterior cuando escribía
que la transmisión de la fe debe estar
impregnada de un bien entendido
planteamiento científi co.
Uno de los indicios científi cos
de la existencia de Dios más conocido
es el llamado ajuste fi no. Los
avances del siglo pasado condujeron
a la observación de un hecho
sorprendente: para que la vida
exista en la tierra tal como la conocemos
hoy en día es preciso que en
los primeros instantes del universo se hayan
dado unos valores muy concretos de
unas ciertas constantes cósmicas; si tales
constantes hubieran podido tomar cualquier
valor elegido al azar, la probabilidad
de que hubieran estado en el rango de valores
compatible con la vida en la tierra sería
despreciablemente pequeña.
Este preciso ajuste de las condiciones
iniciales (fi ne tuning, como habitualmente
se le denomina en inglés) ha sido visto por
algunos como un argumento en favor de la
existencia de Dios. De todos modos, esto
no es una prueba defi nitiva y no debe presentarse
como tal. De hecho, para algunos
autores el ajuste fi no no es tan sorprendente
como puede parecer a primera vista. En
este contexto podemos hablar del llamado
principio antrópico, que ha sido formulado
de múltiples modos. Stephen Hawking
lo describe así en su Historia del Tiempo:
“El principio antrópico débil dice que en
un universo que es grande o infi nito en
el espacio y/o en el tiempo, las condiciones
necesarias para el desarrollo de vida
inteligente se darán solamente en ciertas
regiones que están limitadas en el tiempo
y en el espacio. Los seres inteligentes de
estas regiones no deben, por lo tanto, sorprenderse
si observan que su localización
en el universo satisface las condiciones
necesarias para su existencia.” Un comentario
relevante al principio antrópico desde
la refl exión fi losófi ca puede leerse en
el
...