Inicio de las 70 semanas

Inicio de las 70 semanas

Las setenta semanas de Daniel 9:24-27, es de vital importación para entender cómo es que en cristo Jesús se cumple la venida del mesías, el sacrificio que el mundo necesitaba para ser salvos. Entre tanto que el mundo se ha encargado de nublar esta premisa. Es propició mencionar que en la actualidad hay dos interpretaciones opuestas que se aplican en cuanto al personaje central de esta profecía de estas dos interpretaciones, la primera defiende que esta profecía se centra en Antíoco Epífanes en el siglo II a.C. mientras que la segunda sostiene que su centro de interés está en Jesús Nazaret y los acontecimientos de la tierra de Israel bajo los romanos en el siglo I d.C. ^[1]  Por ello es necesario definir la fecha correcta de inicio, a la luz que nos proporcionan las sagradas escrituras.

Inicio de las 70 semanas

v. 25 “Conoce, pues, y entiende que desde que salga la orden para restaurar y reedificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas La plaza y la muralla se reedificarán en tiempos angustiosos”.

Como se puede ver aquí el ángel le proporciona a Daniel dos cosas principales que él debía tener en cuenta, al igual que nosotros ahora, para poder entender esta profecía correctamente. Primero el ángel le indica el suceso, la orden de restaurar y reedificar Jerusalén,  que ha de marcar el momento en que empieza el periodo de las 70 semanas, y segundo, el acontecimiento que debía suceder, la aparición del Mesías Príncipe, para su terminación. Centrándonos en estos dos puntos conseguiremos la fecha correcta de inicio, decimos esto debido a que la orden de restaurar y reedificar Jerusalén tiene por lógica una fecha en la cual se promulgo. Ahora si esta fecha armoniza con la aparición del Mesías Príncipe, tendremos indudablemente la verdadera aplicación, ya que ninguna otra fecha sino solo la correcta, podría satisfacer y cumplir esta esencialísima condición. Por lo consiguiente algo más que apoya esta idea es que a Daniel se le declara que desde la orden para restaurar y reedificar Jerusalén hasta el Mesías Príncipe abrían 7 semanas y 62 semanas, sumado estas semanas nos daría 69 semanas que equivaldrían a 483 días o años proféticos. Es decir que desde la fecha de inicio pasaría 483 años para que apareciera el Mesías Príncipe. Por ello es necesario, para continuar con este estudio, tener en mente estos dos puntos declarados por el ángel a Daniel.

Al analizar minuciosamente la declaración dada a Daniel salta inmediatamente a nuestra cabeza la pregunta ¿cuándo se promulgo una orden tal? es decir ¿hubo una orden de restauración y reedificación de Jerusalén? Si la hubo ¿cuándo fue? Moore menciona cuatro decretos emitidos, por tres emperadores persas, que reúnen las condiciones para ser considerados como el punto de inicio de esta profecía^[2], estos son:

Ya en mente estos decretos tenemos que ver cuál de los cuatro fue el decreto oficial para que Jerusalén pueda ser restaurada y reedificada y que a su vez nos lleve hasta la llegada del Mesías Príncipe.

Empezaremos descartando los primeros dos decretos, el de Ciro y Darío, porque ambos no cumple con la orden de restaurar y reedificar Jerusalén ni con la armonía para que llegue hasta la aparición del Mesías Príncipe. Primero, la orden expresada por ellos se referían principalmente a la restauración del templo y su culto por parte de los judíos tal como lo muestra el libro de Esdras 1:1-4; 6:3-12, y no a la restauración de su estado civil y político como el ángel le hace ver a Daniel cuando le expresa la palabra “orden”^[3] la cual sería indispensable para la  “restauración y reedificación de Jerusalén.”^[4] Por ello Doukhan indica que esta “orden” había de incluir algo más que una simple construcción, él menciona que este decreto u orden involucraba tanto la reconstrucción del templo como el restablecimiento de la estructura política y administrativa de Jerusalén.^[5] Por otro lado Brempong declara que el contexto en que se da la palabra “orden” implica una proclamación que cambiaría el estatus político y físico de Jerusalén.^[6] Si hay algo en que Ambos están de acuerdo es en que está orden no era una orden cualquiera sino que era una orden que involucraba una reconstrucción total de Jerusalén. Segundo, las fechas de ambos decretos son imprecisas, ya que si tomamos como punto de partida cual quiera de estas dos  fechas, el decreto de Ciro 538 a.C. o el de Darío 520 a.C. no llegaríamos hasta la era cristiana y sabemos que antes de ella no hay ningún evento registrado en la historia que mencione la aparición de un Mesías Príncipe.

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