ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

LAS ALMAS DELPURGATORIO


Enviado por   •  10 de Marzo de 2013  •  3.820 Palabras (16 Páginas)  •  389 Visitas

Página 1 de 16

Medjugorje, Valtorta y el Purgatorio

Videntes de apariciones de María y diversos santos y místicos han recibido revelaciones sobre el Purgatorio a lo largo de los siglos. Aqui resumimos algunos segmentos de Medjugorje, María Valtorta y Monseñor Octavio Michelini.

Revelaciones sobre el Purgatorio

Agradecemos al portal Devociones y Promesas por este material

Mensaje de la Reina de la Paz desde Medjugorje

Miércoles 21 de julio de 1982

Referente al Purgatorio:

"Hay muchas almas en el purgatorio. También hay muchas personas que se han consagrado a Dios: algunos sacerdotes, otros religiosos. Rezad por sus intenciones, al menos el Padrenuestro, Avemaría y Gloria siete veces cada uno, y el Credo. Os lo recomiendo. Hay un gran número de almas que están en el Purgatorio hace mucho tiempo porque nadie reza por ellas".

También a Mirjana le dijo una vez:

"En el Purgatorio hay diferentes niveles; el más bajo está cerca del infierno y el más alto, gradualmente, se acerca al Cielo. Es en el día de Navidad y no en el de Todos los Santos, cuando un gran número de almas abandona el Purgatorio. En el Purgatorio, hay almas que rezan ardientemente a Dios y por las que ningún pariente o amigo reza en la Tierra. Dios hace que ellas se beneficien de las oraciones de otras personas. Dios permite que ellas mismas se manifiesten en diferentes formas, cerca de sus parientes en la Tierra, para recordar a los hombres de la existencia del Purgatorio y para solicitar sus oraciones para acercarse a Dios que es justo y bueno. La mayoría de la gente va al Purgatorio. Muchos van al Infierno. Un pequeño grupo va directamente al cielo".

________________________________________

Palabras de Jesús a María Valtorta sobre el Purgatorio:

17 de octubre de 1943

Dice Jesús:

“Quiero explicarte lo que es y en qué consiste el Purgatorio. Y te lo explico Yo de manera que chocará a muchos que se creen depositarios del conocimiento del más allá y no lo son.

Las almas sumergidas en aquellas llamas sólo sufren por el amor.

Ellas no son indignas de poseer la Luz, pero tampoco son dignas de entrar inmediatamente en el Reino de la Luz; son investidas por la Luz, al presentarse ante Dios. Es una breve, anticipada beatitud, que les asegura su salvación y les hace conocedoras de lo que será su eternidad y expertas de cuanto cometieron contra su alma, defraudándola de años de bienaventurada posesión de Dios. Después, sumergidas en el lugar de purgación, son investidas por las llamas expiadoras.

En esto aciertan quienes hablan del purgatorio. Pero donde se equivocan es al querer aplicar distintos nombres a esas llamas.

Éstas son incendio de amor. Purifican encendiendo de amor las almas. Dan el Amor porque, cuando el alma ha alcanzado ese amor que no alcanzó en la tierra, es liberada y se une al Amor en el Cielo.

Te parece una doctrina distinta de la conocida, ¿verdad? Pero piensa.

¿Qué es lo que Dios Uno y Trino quiere para las almas que ha creado? El Bien.

Quien quiere el Bien para una criatura, ¿qué sentimientos tiene hacia la criatura? Sentimientos de amor.

¿Cuál es el mandamiento primero y segundo, los dos más importantes, de los que he dicho que no los hay mayores y en ellos está la llave para alcanzar la vida eterna? Es el mandamiento del amor. “Ama a Dios con todas tus fuerzas, ama al prójimo como a ti mismo”.

¿Qué os he dicho infinidad de veces por mi boca, la de los profetas y los santos? Que la mayor absolución es la Caridad. La Caridad consuma las culpas y las debilidades del hombre, porque quien ama vive en Dios y viviendo en Dios peca poco, y si peca se arrepiente inmediatamente, y el perdón del Altísimo es para quien se arrepiente.

¿A qué faltaron las almas? Al Amor. Si hubieran amado mucho, habrían cometido pocos y leves pecados, unidos a vuestra debilidad e imperfección pero nunca habrían alcanzado la persistencia consciente en la culpa, ni siquiera venial. Habrían visto la forma de no afligir a su Amor y el Amor viendo su buena voluntad, les habría absuelto incluso de los pecados veniales cometidos.

¿Cómo se repara, también en la tierra una culpa? Expiándola y, cuando es posible, a través del medio con el que se ha cometido. Quien ha dañado, restituyendo cuanto quitó con prepotencia. Quien ha calumniado, retractándose de la calumnia, y así todo.

Ahora, si esto lo requiere la pobre justicia humana, ¿no lo querrá la Justicia santa de Dios? ¿Y qué medio utilizará Dios para obtener reparación? A Sí mismo, o sea al Amor, exigiendo amor.

Este Dios al que habéis ofendido, y que os ama paternalmente, y que quiere unirse con sus criaturas, os lleva a alcanzar esta unión a través de Sí mismo.

Todo gira en torno al Amor, María, excepto para los verdaderos “muertos”; los condenados. Para estos “muertos” también ha muerto el Amor. Pero para los tres reinos –el que tiene el peso de la gravedad: la Tierra; aquél en el que está abolido el peso de la materia pero no el del alma cargada por el pecado: el Purgatorio; y, en fin, aquél cuyos habitantes

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (22 Kb)  
Leer 15 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com