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LOS SIETE PRINCIPIOS BÍBLICOS:

chaito12715 de Octubre de 2011

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LOS SIETE PRINCIPIOS BÍBLICOS:

Estos principios en realidad describen los atributos y características de Dios mismo, y se encuentran tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Son absolutos y permiten razonar para ser capaces de discernir y juzgar todas las cosas desde este punto de vista.

Estos principios pueden ser implantados a través del currículum en las mentes y corazones de los profecionales, dándoles una base absoluta, desde la cual podrán discernir todas las cosas y comprender la naturaleza de Dios, al identificarlos en y a través de los propios conceptos que estudian en las diferentes materias académicas.

En la medida en que los profesionales los estudian y aplican a su vida, irán siendo transformados. De esa manera podrán utilizar el currículo académico para contribuir a renovar la mente del niño, y por tanto, a transformar su vida.

Principio de Dios de Individualidad:

Dios creó al hombre a su propia imagen. Sin embargo, con una marca distinta de personalidad, talentos y habilidades, haciéndolo distinto de cualquier otro ser humano social y físicamente.

“Todo lo que hay en el universo de Dios es revelación de la infinidad de Dios, de su diversidad y de su individualidad. Dios crea individuos distintos. El mantiene su identidad en la individualidad de cada cosa que ha creado.” Ver 1ª. De Corintios 12:12-27 y Juan 17:12-26.

Dios no colectiviza su creación. Cada cosa ha sido creada en forma diferente y con un propósito. De todas maneras, la creación se unifica con el sello del creador.

Veamos en la creación:

• Dios es infinito. Ver 1ª. De Reyes 8:27 y Jeremías 23:24.

• La creación revela unidad con diversidad. Ver Génesis 1 y Juan 1:3.

• Dios mismo es unidad con diversidad (su trinidad). Ver Deuteronomio 6:4 y Mateo 28:19.

• Dios no quiere alterar la individualidad en la creación.

• En la eternidad conservaremos nuestra identidad. Ver Salmos 139:13-16 y 1ª. Corintios 15:38.

• El cuerpo de Cristo es un cuadro de individualidad. Ver 1ª. Corintios 12 y Romanos 12:3-6.

• La palabra de Dios es un cuadro de la individualidad. Ver 2ª. Pedro 1:20-21 y 2ª. Timoteo 3:14-17.

Principio de Autogobierno:

Definición: es el gobierno de uno mismo en espíritu, alma y cuerpo.

“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.” (Proverbios 16:32).

Solamente el hombre que ha entregado su vida a Cristo Jesús, es realmente libre y por ello es capaz de ejercer apropiadamente el AUTOGOBIERNO.

Jesús dijo:

“… y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.” (Juan 8:32)

“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” (Juan 8:36). Seréis verdaderamente libres.” (Juan 8:36).

Si somos libres en ESPIRITU, ALMA Y CUERPO, será fácil gobernarnos a nosotros mismos.

¿Por qué razón es necesario que el individuo posea autogobierno?

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿Quién lo conocerá? (Jeremías 17:9)

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿No profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca los conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” (Mateo 7:21-23).

Estas citas bíblicas enseñan que debemos ser regenerados de adentro hacia fuera.

Principio de carácter cristiano:

Definición: “Raspar, cortar, grabar, cincelar, estampar y sellar.” Estos términos están relacionados íntimamente cuando se habla de formar carácter, que es una marca hecha por medio de cortar o grabar. Se refiere también a los hábitos o cualidades peculiares impresas por la naturaleza de una persona, los cuales le distinguen de otros.

La estampa y marca de Cristo en el corazón del individuo a su tiempo empezará a desplegar la imagen de Cristo o el fruto del Espíritu. Este fruto que tiene muchas facetas, está formado a través de presión y conflicto, ambos interno y externo, con las fuerzas naturales y espirituales alrededor nuestro que nos exprimirán en el molde de pasividad, debilidad y dependencia y conformidad externa. El fruto del Espíritu es el estado de un constante subyugar el medio ambiente en lugar de conformarse a él y mantenerse fiel a Cristo a través de paciencia, presión, conflicto y una necesidad de perseverancia.

Base bíblica: Romanos 12:1,2; Filipenses 2:1-17; 3:7-14; Gálatas 4:19; 5:22; Efesios 6:10-18; 2ª. Timoteo 2:15 y Colosenses 1:27-29.

El fruto del Espíritu es el carácter de cristo siendo vivo en y a través de un individuo. Este fruto lo hace a uno dependiente de cristo, a quien tenemos dentro, e independiente del mundo afuera.

Cualidad de Dios: la naturaleza de nuestro Dios es incambiable y ninguna cantidad de presión puede alterar su carácter. Los atributos del fruto del espíritu son parte de su naturaleza como fueron expresados en la persona de Cristo.

Aplicación a la Educación:

El currículo y el ambiente del aula deben ser construidos de forma que ayuden a formar carácter interno en el alumno.

El maestro debe guiar el camino siendo un ejemplo de carácter frente a los alumnos. A través de la obediencia al detalle en los cuadernos y tareas, los alumnos aprenderán que el trabajo de calidad es una expresión de buen carácter. Cada área académica también ilustra los aspectos de presión, conflicto y vigor interno.

Principio de mayordomía:

Definición: es el oficio que hace un mayordomo, este puede ser un oficial de Estado, un hombre empleado por una familia prominente, un siervo o un ministro de Cristo.

La propiedad más importante que Dios le ha entregado al hombre es su propia conciencia. En la conciencia son expresadas las leyes morales de Dios. La conciencia, cuando ha sido entrenada en las verdades de la palabra de Dios y activada por el Espíritu Santo dentro del individuo se mantendrá sensitiva a la convicción y corrección, discerniendo entre lo verdadero y lo falso.

Mientras el hombre sea buen mayordomo de su conciencia, ejercitándola y manteniéndola libre e inmaculada, tiene verdadera libertad, no importando las condiciones externas. Cada quien es responsable de su condición externa que es la propiedad privada.

Base bíblica: Hechos 24:16, 1ª. Timoteo 1:5; 4:1-2, Hebreos 9:14, y Efesios 2:10.

Aplicación a la Educación:

El currículo escolar debe ser balanceado entre las enseñanzas de mayordomía interna y externa sobre la propiedad (o propiedades) del alumno. La mayordomía interna sobre su voluntad y conciencia está ilustrada por medio de firmar las constituciones de aula y en autogobernar sus acciones, mientras que la mayordomía externa deber ser mantenida en su trabajo académico.

Aplicación académica:

La meta del entrenamiento educacional cristiano es la independencia del niño. Esta independencia proviene de estímulo externo y de la única forma que se puede llevar a cabo es por medio del correcto entrenamiento de la conciencia. Si los alumnos pueden guardar su propiedad interna y facultad de obediencia y voluntad, podrán cultivar por sí mismos un amor por el aprendizaje y ser capaces de discernir entre el bien y el mal.

Principio de poder y forma o soberanía:

El poder, o fuente de todas las cosas es Dios. Cuando cualquier otro poder empieza a ser la fuente de nuestras vidas, o de cualquier organización, nos salimos de la soberanía de Dios.

La forma significa la estructura, el marco, un orden de arreglo en relación a todas las partes. El balance entre el poder y la forma se mantiene a través de representación.

El poder de Dios es representado en diferentes formas. En la forma se centraliza y el poder se apaga. De otra manera, si hay poder sin forma entonces carece de estructura y usualmente uno comienza a ser “guiado” por cualquier espíritu. La forma debe ser flexible y consistente, en orden. Este es el reto de cualquier organización.

Base bíblica: Isaías 33:22; 2ª. Timoteo 3:5, Mateo 9:17; Romanos 1:20; Tito 1:1 y Mateo 22:36-40.

Cada uno de los principios bíblicos tiene su origen en la naturaleza de Dios, expresada de diferentes maneras, a través de las Sagradas Escrituras.

Como su nombre lo indica, este principio se enuncia en dos conceptos: el Espíritu y la forma, o bien el poder y la forma. Al hablar del Espíritu, la palabra de Dios enseña lo que es su poder soberano. Al hablar de la forma, muestra a la trinidad, un solo Dios que se manifiesta al hombre en tres formas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¿De qué manera se ve funcionando este principio en la tierra? En la persona de Jesús, porque él vino como representante de Dios a la tierra. El Verbo se hizo carne. El poder tomó una forma. Ver 1 Timoteo 2:³, 6.

Jesús es una manifestación del poder de Dios, de la soberanía de Dios en la tierra y por eso se constituyó

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