La Asignatura De Religión Vista Desde El Mundo De Hoy

La asignatura de religión vista desde el mundo de hoy

Retos y expectativas

En la actualidad no es fácil la presencia de los mediadores de Religión en las aulas. Sabemos que en los últimos años ha existido una sombra de sospecha y un juicio poco objetivo que se han lanzado contra esta asignatura desde algunos frentes.

A pesar de esto, si deseamos una enseñanza integral para nuestros niños y jóvenes, es necesario hacerles llegar la idea de que la reflexión y estudio acerca del hecho religioso cristiano-católico les puede dar las pautas más importantes para entender la cultura actual y el mundo en el que vivimos; y no solo eso, sino que la educación de su Fe, les puede ayudar a conocerse mejor, a descubrir el sentido de la existencia, a encontrar el porqué de esos valores fundamentales que hacen de la vida de un hombre y de una mujer, históricamente modernos y actuales, una oportunidad totalmente distinta y abierta a una gran cantidad de posibilidades.

La educación en nuestro país está experimentando, desde hace algunos años una crisis profunda. La Reforma Educativa de la SEP, nos propone diferentes planes de estudio, sin tener certeza del camino idóneo requerido en nuestro país; en medio de ese desconcierto, se sitúa el curriculum académico de la asignatura de Religión.

A pesar de estas dificultades, es necesario seguir apostando con convicción por esta materia, con entusiasmo y compromiso, características propias del mediador de religión. La formación intelectual y la capacitación cultural de los niños y jóvenes, serán imprescindibles para que sepan situarse en los ejes de la sociedad actual y así puedan dar respuesta a las interrogantes que se plantean en el día a día. Guiarlos también a descubrir que el estudio serio y exigente de esta asignatura, es una gran alternativa a futuro, es más, de esta educación y vivencia religiosa dependerá todo lo demás, de manera especial sus proyectos a largo plazo y los aspectos de un auténtico progreso humano, ético y científico de nuestra sociedad.

Es una realidad que ser profesor de Religión supone una exigencia añadida a la tarea del docente, un plus que tiene que brotar del corazón. El auténtico docente de esta materia, debe ser una persona apasionada y comprometida, aquella que con pasión no solo transmita una serie de conocimientos, sino que manifieste unas actitudes de vida, que sean capaces de transformar los corazones de unos y otros, constituyendo así, “Buenos cristianos y honestos ciudadanos”.

Tan importante es la enseñanza de la religión católica en los colegios, que es necesario que los mediadores la presenten como una asignatura apasionante, que sirva no solo para el cultivo de la inteligencia al conocer y discernir, sino para saber darle un sentido a la propia vida y a la de los demás. Pero, ¿cuál podría nuestro punto de partida? Idealicemos una clase de religión, partiendo siempre de lo que los alumnos ya conocen a través de preguntas indagatorias sobre el tema que vamos a transmitir, detectar sus intereses y tratar de conectar con ellos, proponer de forma atractiva y motivadora una finalidad en los nuevos aprendizajes que justifique el esfuerzo que le vamos a solicitar al alumno, presentar actividades de enseñanza aprendizaje que vayan acordes con la intención educativa buscando la eficacia en el trabajo, favorecer la aplicación y transferencia de esos nuevos conocimientos a su vida cotidiana y promover en ellos la adquisición de valores propios como el compromiso, la reflexión, la honestidad, el servicio a los demás entre otros. Sería interesante ponerlo en práctica y tratar de innovar las aulas, ¿no lo creen así?

Es muy grande la responsabilidad de los profesores de Religión, de ahí que la exigencia sea mayor, no sólo en el ámbito del conocimiento y de la preparación intelectual, sino en su coherencia existencial. No se puede enseñar

...