La Conciencia Moral

La conciencia Moral

Abordar el tema de conciencia moral supone tener conocimiento de todo un conjunto de conceptos relacionados con: verdad, libertad, formación, ética, valores, etc. Si bien esto resulta complejo de entender, tal forma resulta ser aún más cuando vemos que es tratado desde distintos puntos de vista, es decir, las distintas ciencias.

En el caso de la Teología, la moral resulta involucrar la inteligencia y voluntad del hombre, con ello éste llega a distinguir entre el bien y el mal, lo justo y lo injusto, lo permitido y lo prohibido. Teniendo esto podemos presentar un concepto básico sobre conciencia moral, y tal como lo afirma el Catecismo “La conciencia moral es un juicio de la razón por el que la persona humana reconoce la calidad moral de un acto concreto”.

Pése a esto lo principal sería aclarar los términos que sostiene el tema de conciencia moral. De esta forma: la formación del hombre, el conocimiento de la verdad y la vivencia de su libertad, son apartados importantes para saber lo que es conciencia y por consiguiente esclarecer el juicio moral.

El beato John Henry Newman declara qué es y qué no es la conciencia y que hablar de ello le obligó a referirse, primero, a la relación entre el Creador y su criatura. Nos dice que al crearla, Dios imprime en ella su Ley; dicho de otro modo, la criatura participa en la Ley de Dios, pues la lleva escrita en sí misma, y puede conocerla a través de la razón . La conciencia es la instancia en la que, ante un caso concreto, se le hace presente al hombre la luz para enjuiciarlo. Sin embargo, el cardenal es muy consciente de que esta doctrina no es la que se halla ni en el mundo intelectual que vivió ni en la concepción popular. Cuando el hombre moderno invoca la conciencia, no se refiere a los derechos del Creador o a los deberes de la criatura para con él y para sí mismo, sino que piensa en la voluntad de profesar lo que le venga en gana sin ser contradicho por nada ni nadie, esto es, la justificación o santificación de la voluntad subjetiva, una creada por el hombre .

Sin desviarnos con esto último expuesto, expongamos por consiguiente respecto a la verdad y, su involucración en la formación de la conciencia.

La verdad, en tanto conocerse y buscarse hace que el hombre sea libre, es una libertad para el Bien, en el cual reside la felicidad, ése es su objetivo. Por consiguiente, cuando se habla de «la madurez y responsabilidad de los juicios del hombre se demuestran no con la liberación de la conciencia de la verdad objetiva, en favor de las propias decisiones, sino, al contrario, con una apremiante búsqueda de la verdad y con dejarse guiar por ella en el obrar» . Esta verdad se hace en el hombre en la medida en que su espíritu penetra en el conocimiento de Dios; como dice el apóstol Pablo, la conciencia debe estar "iluminada por el Espíritu Santo", debe ser "pura", no debe con "astucia falsear La Palabra de Dios" sino "manifestar claramente La Verdad". Ahora, si nuestro conocimiento sobre lo que debemos hacer no trae el bien, si nos hemos equivocado, es indudable que nuestro obrar no es libre. Decidir en el error es degradarse, actuar coaccionado por unos datos falsos que nos llevarán

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