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La Educación Es Un Derecho, No Una Mercancía


Enviado por   •  25 de Junio de 2012  •  1.724 Palabras (7 Páginas)  •  400 Visitas

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“La educación es un derecho, no una mercancía”

Por Guillermo Hoyos Vásquez

Esta consigna de FECODE, ampliamente difundida por los medios caracteriza muy bien la situación que ha creado el actual Gobierno con su propuesta unilateral de reforma de la educación superior. Su intención protagónica era enviar el proyecto de ley de reforma al congreso sin abundar en consultas. Afortunadamente la reacción temprana, en especial de la Asociación Colombiana de Universidades, ASCUN, y luego de la comunidad universitaria en general, especialmente de la de las universidades públicas ha sido de tal índole que se justifica la discusión pública sobre tema tan delicado para la sociedad colombiana.

En este breve ensayo no buscamos analizar la ley, sino ocuparnos del que parece ser su principio fundamental, la negación de la “cosa misma”: “educación con ánimo de lucro”. Esto equivale a que el Gobierno busca fomentar la inversión privada nacional e internacional en el sistema universitario tanto público como privado. El Presidente Santos vaticina que no es privatización sino inversión. Entre tanto se hace patente que este anuncio es ante todo una provocación, en especial para las universidades públicas. Afortunadamente, con muy contadas excepciones, los universitarios no se han dejado provocar y se siguen manifestando dignamente contra tan desafortunada propuesta.

El modelo de universidad con ánimo de lucro no es nuevo para el Ministerio de Educación Nacional. Ya en el 2004 el Viceministro de Educación Superior de la época de la Ministra Cecilia María Vélez en tiempos de seguridad democrática, presentó a la Asociación Colombiana de Universidades y al Consejo Nacional de Acreditación, CNA, (el cual intentó privatizar más de una vez), la peregrina idea de transformar la educación privada, sin ánimo de lucro, en lo que decía el Ministerio era “la verdad”, “instituciones con ánimo de lucro”. La protesta justificada y razonada y la argumentación juiciosa de varios Rectores de las más importantes universidades privadas del país lograron que la idea se enterrara, por lo que parece provisionalmente hasta ahora, que el viceministro repitente amplía todavía más la propuesta incluyendo la universidad pública. Parece no haberlo hecho cambiar de idea el justo reclamo de entonces de las universidades privadas.

No lo considero casual, sino de acuerdo con la ideología neoliberal dominante y practicada con picardía en la prosperidad democrática, el que tan atrevida propuesta vaya en contravía de lo que filósofos de la educación pensamos acerca de la evolución actual de la universidad. Tanto antes como después de la contrarreforma de Bolonia, donde nació la universidad hace 10 siglos y donde ha comenzado a morir hace 10 años, autores como Paul Ricoeur, Jürgen Habermas, Boaventura de Sousa Santos, Montserrat Galceran, Jacques Derrida y muchos otros han criticado como un olvido de la “idea de universidad” en Occidente esta orientación mercantilista de la Universidad actual. Martha C. Nussbaum, filósofa norteamericana de origen judío, acaba de publicar su libro: Sin fines de lucro. ¿Por qué la democracia necesita de las humanidades?[2], en el cual parece desesperar de que su idea acerca de las humanidades, desarrollada en su ya clásico libro El cultivo de la humanidad. Una defensa clásica de la reforma en la educación liberal[3] con base en las humanidades y la filosofía, haya tenido alguna acogida. En efecto, ahora renueva su propuesta como solución a la que ella llama crisis de la democracia, causada por una crisis de la educación, que como un “cáncer” invade todo el mundo, dedicada hoy cada vez más a la formación profesional en las áreas de la economía, la administración, las tecnologías, con proyectos de CTI, ciencia, tecnología e innovación, que reemplazan los de CTS, ciencia, tecnología y sociedad, propiciando exclusivamente la competitividad y la productividad y olvidándose de la formación de la persona y la solución de los problemas de convivencia humana.

La propuesta de Nussbaum se desarrolla en estos puntos: a) El autoexamen socrático, el cuidado de sí, la autorreflexión y la autocrítica; b) Educación cosmopolita en un mundo globalizado: “somos ciudadanos del mundo”, idea de los estoicos ya inclusive antes de que Kant hablara de ciudadanía cosmopolita; c) Formación de la imaginación narrativa, la imaginación “compasiva” en el sentido de “sentir con”: el cultivo de la literatura, el fomento de la interculturalidad con base en el reconocimiento del multiculturalismo; d) Puesto el fundamento de las humanidades, entonces sí las ciencias, ante todo las sociales y las básicas. Luego las aplicadas en cuanto instrumentales, especialmente la economía política.

En el nuevo libro al que nos referimos, sostiene Nussbaum la tesis de que la decadencia de las humanidades en la educación actual puede significar un verdadero desastre para la democracia, ya que éstas son esenciales para formar ciudadanas y ciudadanos que se reconozcan democráticamente. Pero recientemente, se piensa de las humanidades como si fueran en contravía de los objetivos prioritarios de la educación. Preocupados sólo por el crecimiento económico, tratamos la educación cada vez más como si su objetivo primario fuera enseñar a los estudiantes a ser productivos económicamente, más que a pensar críticamente y a formarse como capaces de aprender

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