La Iglesia De Jerusalén Y Los Judíos
camiloezagui8 de Febrero de 2014
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LOS JUDIOS Y LA IGLESIA JUDEO-CRISTIANA DE JERUSALEN
Por Camilo Ezagui M., estudioso de las raíces judías del Cristianismo y guía de
peregrinos Cristianos en Israel desde 1981.
Los judíos son los descendientes del pueblo hebreo y del antiguo Reino
de Judea que fueron los primeros en creer en Dios Padre y que durante
milenios han practicado los mandamientos de Moisés revelados en la
Torá o Pentateuco y han transmitido la ancestral sabiduría rabínica
producto del estudio contínuo del Antiguo Testamento de la Biblia.
En tiempos de Jesús la Judea monoteísta estaba sometida al Imperio
Romano que era idólatra. Los judíos estaban esperando un Mesías
prometido hacía siglos por sus Profetas. Muchos esperaban al Mesías
Guerrero de la Dinastía de David (Mashiaj Ben David) que los liberaría
del yugo romano y de los impostores del Templo para conseguir la
redención nacional (Gueulá). No todos estaban preparados para recibir
al Mesías Sufriente que ofrecía el Camino a una redención personal a
través del arrepentimiento sin la cual no habría redención nacional. Ese
Mesías, conocido como Mashiaj Bar Yosef, asumiría los pecados del
pueblo y moriría a manos de Roma.
¿Rechazaron todos los judíos a Jesús tal y como tradicionalmente se
afirma?. Entre los judíos siempre hubo gente buena y gente mala como
en todas las religiones y naciones del mundo. Si leemos los Evangelios
veremos que "los judíos" recibieron al Rabí Yehoshúa Hanatzerí de
diversas maneras. En Judea y en la Galilea la mayoría del pueblo
(campesinos, pescadores, pastores, jornaleros y marginados)
consideraban a Jesús un Profeta de Dios y escuchaban con fervor sus
prédicas en las sinagogas, en el Templo y en los campos. Un ejemplo
ilustrativo de esos calurosos encuentros lo tenemos en la Multiplicación
de los Panes y Los Peces donde más de cinco mil judíos sin contar
mujeres y niños escuchaban devotamente sus enseñanzas (Mateo
14,13...). O en Marcos 8, 27: "Salió Jesús con sus discípulos hacia los
pueblos de Cesarea de Filipo y les hizo esta pregunta: ¿Quién dicen los
hombres que soy yo?. Ellos le dijeron: Unos que Juan el Bautista, otros
que Elías y otros que uno de los profetas. Y El les preguntó: ¿Y ustedes
quién creen que soy yo?. Pedro le contestó: Tú eres el Mesías"... O
Mateo 21, 10 donde dice: " Y al entrar él en Jerusalén toda la ciudad se
conmovió. ¿Quién es éste?, decían. Y la gente decía: Este es el profeta
Jesús de Nazareth de Galilea". Otros judíos fueron inicialmente sus
Apóstoles, seguidores y discípulos pues creyeron que era el Mesías
esperado (Mashiaj en hebreo). ¿Por qué se omite que en Hechos 2, 41
se afirma que después de la crucifixión y resurrección de Jesús tres mil
judíos se convirtieron al escuchar el discurso de Pedro?. En Hechos 2,
47 se dice claramente que los primeros cristianos de la Iglesia de
Jerusalén "gozaban de la simpatía de todo el pueblo judío".
Otro grupo de judíos, la oligarquía de los herodianos, que eran unos
romanófilos corruptos, y que en ese entonces eran los sacerdotes del
Templo (como Anás y Caifás) intrigaron para matarle. No siempre hubo
sacerdotes así en el Templo de Jerusalén. Antes de la criminal purga
que hizo Herodes el Grande hubo sacerdotes como Zacarías, padre de
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Juan Bautista, un hombre “justo” según el Evangelio de Lucas.
Podemos concluir entonces que para la mayor parte de los judíos del
pueblo Jesús era un Profeta y para sus discípulos también judíos era el
"Mashiaj", el Ungido esperado.
La acusación colectiva de deicidio tendría funestas consecuencias para
todos los judíos aunque era posible comprobar que los que llevaron a
Jesús a la Cruz tenían nombre y apellido. Hacía tiempo que el Sumo
Sacerdote del templo de Jerusalén era nombrado a dedo por Herodes el
Grande y luego por el Legado romano de Siria. Todos los clanes
familiares de la oligarquía que ocupaba cargos importantes en la corte
de los reyes de la dinastía Jasmonea fueron sustituídos violentamente
durante el reinado de Herodes el Grande por familias judías de
oportunistas leales al régimen traídas de Egipto y de Babilonia. Tal es
el caso de clanes como los Zamaris-Bnei Batira, los Fiabi, los Baitós y
los Janán. De este último clan familiar provienen Anás y Caifás que son
los sumos sacerdotes desde el año 7 al 15 y del 16 al 36 del S. I
respectivamente. La criminal purga de Herodes y la designación de
estos impostores vendepatria para administrar los asuntos del Templo
provocó la indignación del pueblo. Al voltear las mesas de los
cambistas y vendedores Jesús exclamó que habían convertido el
Templo en guarida de bandidos (Mateo, 21 12).
Aclaremos también quién fue el Prefecto romano Poncio Pilatos (se les
llamó "procurador" solo a partir del año 44). Según el testimonio del
filósofo judío Filón de Alejandría Pilatos era: “de carácter inflexible y
duro, sin ninguna consideración, su prefectura se caracterizó por su
corrupción, robos, actos de violencia, ofensas, brutalidades,
innumerables condenas sin proceso previo y una crueldad sin
límites”...Esta descripción contradice la imagen pasiva que los
Evangelios y la iglesia nos presentan de Pilatos durante la Pasión.
Seguramente al redactarse siglos después la versión final de los
textos canónicos, la Iglesia no quizo provocar represalias contra los
cristianos por parte del poder imperial de Roma denunciando a su
prefecto en Judea como el verdadero verdugo de Cristo.
Inscripción de Cesarea Marítima:
Pontius Pilatus Prefecto de JUDEA
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Pilatos ya había tenido varios encontronazos con los judíos. El
evangelio de Lucas 13, 1 se refiere a sus desmanes: “En esa misma
ocasión había allí algunos que le contaron acerca de los galileos cuya
sangre Pilatos había mezclado con la de sus sacrificios”. Era tan
insensible con las creencias de ese pueblo monoteísta que hasta trató
de introducir imágenes en Jerusalén y construir un acueducto con los
fondos del Templo de Yahvé. Como prefecto desde el año 26 E.C. tuvo
que enfrentarse con el movimiento disidente de los rebeldes zelotes.
Había hecho preso a Barrabás (Bar-Aba) que era uno de los guerrilleros.
Así que temía que un líder popular sublevara a ese pueblo monoteísta
contra el imperio romano pagano. Es de suponer que la "Entrada
Triunfal" a Jerusalén del "Hijo de David" (Rey de los Judíos) cabalgando
sobre un pollino y rodeado por una multitud alborozada de judíos que lo
aclamaban como a su liberador, no pasó desapercibida por el
Prefecto. Pilatos no se iba a quedar de brazos cruzados en vísperas de
la masiva peregrinación de la Pascua (Pesaj) ante lo que pudo
interpretar como un desafío al poder de un César paranoico como
Tiberio. En el año 36 E.C., Lucio Vitelio, el Legado de la provincia de
Siria lo destituyó por la brutalidad con que reprime una supuesta
revuelta de los samaritanos. Lo que confirma el testimonio de Filón de
Alejandría en cuanto a su crueldad.
En tiempos de Cristo no había televisión ni radio ni prensa. Los judíos
que no estaban en Jesuralén durante su Pasión no se enteraron de lo
que pasó hasta pasadas muchas semanas. En Jerusalén nos dicen los
Evangelios que las mujeres judías del pueblo lloraban entristecidas al
verle pasar con la cruz camino al Gólgota (Lucas 23, 27...Octava
Estación de la Vía Dolorosa). Los judíos que llevaron a Jesús a la
Cruz formaban parte de una oligarquía corrupta y no fue todo un pueblo,
mucho menos los que ni siquieran vivían en Jerusalén, en Judea o en la
Galilea como los centenares de miles de judíos que vivían en Alejandría,
Antioquía y en otras ciudades del Imperio Romano que no presenciaron
la Pasión. Sin embargo, recayó también sobre éllos la culpa.
Torturados y despojados por la Inquisión Española acusados
de "judaizantes" por practicar el mandamiento del reposo sabático.
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Si una pandilla de pillos confabulados gritaron frente al Pretorio
"crucifíquenle" y luego dijeron: “recaiga sobre nosotros y nuestra
descendencia su sangre", ¿con que autoridad lo hicieron en nombre de
todo el pueblo judío?, ¿acaso su maldad tiene el poder de condenar a
justos por pecadores?. En todo caso su maldición recaería solo sobre
éllos mismos. Asi lo dispuso Dios Padre en la Biblia: "No morirán los
hijos por culpa de sus padres. Cada cual morirá por su propio pecado",
Deuteronomio 24, 16.
Quema de judíos en la Europa cristiana. Note el "círculo amarillo"
y el "sombrero puntiagudo" con que se les obligaba a marcar sus ropas.
La Iglesia de Jerusalén estaba formada por judíos que conocieron y
siguieron a Jesús
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