La Novedad Profetica
xndrsrra4 de Octubre de 2013
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Hermans, Maurcie-Auguste. "Juan Bautista de La Salle y los primeros Hermanos: Los educadores cristianos para la sociedad de su tiempo."
AXIS: Journal of Lasallian Higher Education 4, no. 2 (Instituto de Estudios de la Universidad Lasallista de Santa María de Minnesota: 2013). Link: http://axis.smumn.edu/index.php/axis
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Juan Bautista de La Salle y los primeros Hermanos: Educadores cristianos para la sociedad de su tiempo
Maurice-Auguste Hermans , FSC, Doctor en D. C.
Traducción del inglés, Hno. Bernardo Montes Urrea
1. La vida de las clases bajas en la Francia de 1680-1715
El esplendor y la grandeza de la Francia del siglo XVII, deben verse sobre el fondo de la vida de las clases más bajas, una vida de pobreza extrema soportada por un gran sector de la población; un período de disturbios y revueltas, una sociedad en la que la policía era tiránica y el sistema de justicia parcial, una población que era a la vez ignorante y supersticiosa.
La administración era entrometida e incierta. En las empresas, prevalecían el favoritismo y legalismo, siendo siempre las víctimas los aprendices y los trabajadores no calificados (conocidos como trabajadores ocasionales). En cada gremio o corporación, era difícil ser reconocido como aprendiz.
Aprendizaje, que era sin paga e incluso gravoso, era largo e incierto. El maestro estaba solo dispuesto a aprovecharse del aprendiz que no tenía recursos y que a menudo se trata como a un sirviente de trabajillos, y no como a un obrero que hace su aprendizaje.
Las guerras y las malas cosechas reducían o destruían completamente los suministros de alimentos. Áreas más o menos extensas –y, más de una vez, todo el país– experimentaban la escasez, el alto costo de los alimentos, e incluso la hambruna. En este punto, los primeros biógrafos de La Salle están lejos de la realidad, como lo hemos podido descubrir a partir de estudios publicados recientemente.
En cuanto a los pobres, la intervención del Estado en las grandes ciudades, tomó la forma particular de "contención", o podríamos llamarlo "aislamiento." Los pobres se ven obligados a vivir en un gueto, el hospital general para los pobres sanos. Allí eran obligados a trabajar, y si aún eran demasiado jóvenes para trabajar, comenzaban a aprender un oficio. A todo el mundo se le enseñaba la doctrina cristiana.
La intervención privada en nombre de los pobres tomó la forma de distribución de alimentos y varias limosnas por parte de grupos de caridad o fraternidades, pero durante el siglo XVII, la caridad llevó naturalmente a la creación de escuelas reservadas para los hijos de las familias pobres ("escuelas de caridad").
Se puede decir que hay dos tipos de limosna. Se trata de una obra de misericordia corporal, que sirve para retirar al pobre de su indigencia y de la miseria de la que sufre en su cuerpo. La otra es una obra de misericordia espiritual, que consiste en el alivio de la miseria espiritual y las necesidades del prójimo. No todos los hombres están dispuestos a dar bienes a los pobres, pero todo el mundo puede ayudar espiritualmente, ya sea por su buen ejemplo o procurándoles o dándoles instrucción. Este es el deber principal del sacerdote y de todos aquellos que tienen el deber de enseñar a otros y trabajar para su
salvación .
2. Cómo presenta La Salle su obra en las Reglas Comunes
El fin de este Instituto, de acuerdo con las Reglas Comunes, es dar cristiana educación a niños.
El fin de este Instituto es dar cristiana educación a los niños. Es por esta razón por la que se tienen las escuelas, con el fin de que los niños, estando bajo la orientación de los profesores de la mañana hasta la noche, estos profesores puedan enseñarles a llevar una buena vida al instruirlos en las verdades de nuestra santa religión y al inspirar las máximas cristianas, dándoles así una adecuada educación .
El "propósito" o "fin": Sólo hay una finalidad determinada en el pasaje anterior. Varias décadas más tarde, y de nuevo en el siglo XIX y en el siglo XX, antes del Concilio Vaticano II, se consideró necesario hablar de dos fines: el primero, la santificación del
Hermano, el segundo, la educación de los hijos.
"Los niños": No estamos hablando de una categoría particular de niños. Aquí, como a menudo en sus escritos en otros lugares, La Salle utiliza un término que todo lo abarca. En todas las Reglas Comunes, la palabra "escolar" (alumno o colegial) ocurre 61 veces y la palabra "niños" ocho veces. En las Meditaciones para el Tiempo del Retiro , "niños" se encuentra 80 veces, "discípulo" 26 veces, y los "pobres" seis veces en total, de las cuales dos se producen en la frase "trabajadores y los pobres". Con mayor frecuencia, la palabra "niños" va acompañada de expresiones tales como: los niños están encomendados a su cuidado, los niños que son confiados a ustedes, los hijos que Dios ha confiado a su cuidado, los niños a quienes enseñan.
En las Meditaciones para las fiestas principales , la palabra "niños" ocurre 60 veces, "discípulos" 20 veces, y "alumnos" siete veces. En la Guía de las Escuelas Cristianas , la palabra "escolares" ocurre 590 veces en comparación con cerca de 50 referencias a "los niños".
"Una educación adecuada": Aquí está ciertamente implicada una educación cristiana, pero que tiene en cuenta la situación real del niño. No se trata de una educación que se calcula para sacarlo fuera del contexto social al que pertenece, sino una educación que le preparará para vivir adecuadamente en el medio social al que pertenece.
La necesidad de este Instituto: Si la escuela lasaliana está destinada a ser abierta a todos los niños, con todo, es especialmente necesaria para una categoría particular de niños.
Este Instituto es de grandísima necesidad, porque la clase obrera y los pobres, siendo generalmente poco instruidos y estar ocupados durante todo el día en ganar su propio sustento y el de sus hijos, no pueden a su vez darles la información necesaria y la educación adecuada y cristiana. Fue con el propósito de procurar esta ventaja a los hijos de la clase trabajadora y de los pobres con que fueron instituidas las Escuelas Cristianas .
"La clase obrera y los pobres": Esta vinculación de la clase obrera y los pobres se encuentra siete veces de manera explícita en los escritos del Fundador, incluyendo dos veces en Las Reglas de cortesía y urbanidad cristiana sobre algunas entretenciones , y dos veces en las Meditaciones para el Tiempo del Retiro .
Es una práctica de ninguna manera poco común de la clase obrera y los pobres permitir a sus hijos vivir como vagabundos, deambulando sin rumbo durante los momentos en que los padres no encuentran nada en que ocuparlos. No tienen ningún interés en enviarlos a la escuela a causa de su pobreza, que les impide pagarle a la maestra, o porque, siendo obligados a buscar trabajo fuera de sus hogares, se ven obligados a dejar a sus hijos sin supervisión .
En el siglo XVII, una persona pobre era alguien que no poseía nada. Vivía de su ingenio y
de la mendicidad. Cada parroquia tenía sus propios pobres, que figuran como tales en los registros parroquiales. Habían escapado de la "contención" en los hospitales generales antes mencionados.
Por lo general, el obrero no estaba clasificado con los pobres. Después de haber completado su aprendizaje, se convertía en un oficial. Por lo tanto, tenía que encontrar un empleador, ya que no era capaz de trabajar por su propia cuenta. Él, por lo tanto, corría el riesgo de períodos de desempleo de larga o corta duración; y como tenía sólo su trabajo para ganar el sustento para sí y su familia, muy a menudo se encontró en la miseria. Él era realmente pobre, aunque no lo declaró oficialmente.
La línea de demarcación entre la condición de obreros y el de los pobres cambiaba continuamente. Esto explica lo fácil que era para La Salle ponerlos a ambos en la categoría de aquellos para los que fue necesario establecer las Escuelas Cristianas. Esto explica cómo, más de una vez en las Meditaciones, la palabra "pobre" se utiliza para designar a ambos, lo que no significa decir que perdió de vista al obrero.
La clientela de las escuelas: No hay una respuesta totalmente exacta a la cuestión de quién,
de hecho, asistió a las escuelas cristianas de La Salle y los primeros Hermanos entre 1680-1715. Sin embargo, nos podemos hacer una idea aproximada.
En una petición juramentada de los Maestros calígrafos , presentados en París por su asesor legal en 1704 , figura la lista de los nombres de los jefes de familias que envían a sus hijos a las escuelas de los primeros Hermanos: "M. de la Roche, que vive de sus medios privados; Chevillot, maestro cirujano calificado; Piquet, carretero principal; Dorian, maestro cerrajero; Arnault, comerciante de vinos; Levasseur, tendero al por mayor; Lequin, orfebre; todos ellos holgados ".
La Guía de las Escuelas Cristianas también nos puede proporcionar alguna información.
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