La Sacarlo Dad De La Naturaleza Y La Religión cósmica
Enviado por Dulcekarime • 20 de Abril de 2015 • 528 Palabras (3 Páginas) • 351 Visitas
CAPITULO III - LA SACRALIDAD DE LA NATURALEZA Y LA RELIGIÓN CÓSMICA.
Para el hombre religioso, la Naturaleza nunca es exclusivamente «natural»: está siempre cargada de un valor religioso. Y esto tiene su explicación, puesto que el Cosmos es una creación divina: salido de las manos de Dios, el Mundo queda impregnado de sacralidad. No se trata únicamente de una sacralidad comunicada por los dioses, por ejemplo, la de un lugar o un objeto consagrado por una presencia divina. Los dioses han ido más allá: han manifestado las diferentes modalidades de lo sagrado en la propia estructura del Mundo y de los fenómenos cósmicos.
LO SAGRADO CELESTE Y LOS DIOSES URANIOS.
La simple contemplación del cielo basta para desencadenar una experiencia religiosa. El Cielo se revela como infinito, como trascendente. No es algo lógica o racional. La categoría trascendental de la «altura», de lo supra-terrestre, de lo infinito se revela al hombre en su totalidad, tanto a su inteligencia como a su alma. Es una toma de conciencia total del hombre: cara al cielo descubre a la vez la inconmensurabilidad divina y su propia situación en el Cosmos.
EL DIOS LEJANO.
Los Seres supremos de estructura celeste tienden a desaparecer del culto: se «alejan» de los hombres y se retiran al Cielo. Estos dioses, después de haber creado el Cosmos, la vida y el hombre, se resienten, se diría, de una especie de «fatiga», como si la enorme empresa de la creación hubiera agotado sus fuerzas. Se retiran al Cielo, dejando en la Tierra a su hijo o a un demiurgo, para acabar o perfeccionar la Creación.
LA EXPERIENCIA RELIGIOSA DE LA VIDA.
A fuerza de interesarse en las hierofanías de la Vida, de descubrir lo sagrado de la fecundidad terrestre y de sentirse solicitado por experiencias religiosas más «concretas», el hombre «primitivo» se aleja del Dios celeste y trascendente. El descubrimiento de la agricultura transforma radicalmente no sólo la economía del hombre primitivo, sino ante todo su economía de lo sagrado. Otras fuerzas religiosas entran en juego: la sexualidad, la fecundidad, la mitología de la mujer y de la Tierra, etc. La experiencia religiosa se hace más concreta, se mezcla más íntimamente con la Vida. Las grandes Diosas-Madres y los dioses fuertes o los genios de la fecundidad son más netamente «dinámicos» y más accesibles a los hombres que lo era el Dios creador.
ESTRUCTURA DEL SIMBOLISMO ACUÁTICO.
Las Aguas simbolizan la suma universal de las virtualidades; el depósito de todas las posibilidades de existencia; preceden a toda forma y soportan toda creación. Una de las Imágenes ejemplares de la Creación es la de la Isla que «aparece» de
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