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La Virgen María en la Palabra de Dios


Enviado por   •  15 de Noviembre de 2022  •  Ensayos  •  1.817 Palabras (8 Páginas)  •  52 Visitas

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Sandra Sazo Prado

CEM, Centro de Estudios Marianos

Diplomado en Mariología

26 de noviembre de 2021

Tema 1

 La Virgen María en la Palabra de Dios

Es asombroso encontrarnos como a lo largo de las Escrituras vamos sintiendo y discerniendo a María y como apuntan hacia ella los relatos desde el Génesis hasta el Apocalipsis.  

La primera comprensión que se tiene de la Virgen María en las Escrituras es en el Huerto del Edén, lugar donde Adán y Eva desobedecieron a Dios. El pecado comenzó en nuestros primeros padres cuando decidieron no escuchar la voz de Dios, sino que en su libre albedrío decidieron escuchar “otra voz” y esta era la voz de la serpiente antigua. Y no bastando con escucharla, ellos “creyeron” a la voz de la serpiente, ipso facto entró el pecado como cual veneno en sus corazones y abriéndoseles sus ojos se dieron cuenta de que estaban desnudos, por lo tanto, decidieron esconderse de Dios (relato parafraseado de Gn.3). Sin embargo, pese a la tragedia espiritual reinante sobre nuestros primeros padres, el Señor les da una promesa: “que va a restaurar la humanidad caída por medio de la descendencia de la mujer, quien acabaría con la serpiente” (parafraseo de Génesis. 3,15). El cumplimiento de esta promesa se hará efectiva en la persona de María Virgen, quien a diferencia de Eva escuchará “la Palabra de Dios”, abriendo su corazón, su cuerpo y su seno para encarnar por medio de sí la Eterna Palabra en Jesús y por esta disposición de su corazón María será conocida como “la Nueva Eva”.

En el Antiguo Testamento el nombre de María no aparece, solo se menciona la mujer que Dios habría de elegir para cumplir la promesa del Protoevangelio (Génesis 3,15) y que se hará efectiva cuando se dé cumplimiento a Isaías 7,14: “una virgen …”. Y en esta espera al cumplimiento de la Promesa del Mesías, todo el Antiguo Pacto irá detallando el deseo del pueblo de Dios por recuperar la “Gracia” perdida en Adán. Podemos notar como la figura del hombre y de la mujer se van recuperando, en la medida que se mantienen fieles al Dios Yahvé y a su Ley Escrita; las figuras femeninas como Sara, Ruth, Rebeca, Judit entre otras, nos mostrarán la “respuesta femenina a la Restauración de la mujer”, las cuales apuntan hacia “la mujer llena de Gracia: María la Virgen”

No sólo Isaías 7,14 apunta a la persona de María, sino que vemos a lo largo de las Escrituras como los relatos bíblicos van dirigiendo su mirada hacia aquella escogida por Dios para el cumplimiento de la promesa y de la redención eterna. Ejemplo de ello lo encontramos en la figura del Arca de la Alianza, en cuyo interior se guardaban las Tablas de la Ley que contenía la Palabra escrita de Dios, así María en su interior guardaba la palabra de Dios en su corazón y en su vientre virginal. Otra figura es el Tabernáculo o Tienda de Reunión en la cual se posaba la presencia de Dios Yahvé una vez al año. De la misma manera, en María se posó la presencia de Dios, pero por un tiempo más largo, 9 meses, en la persona del Verbo de Dios hecho carne: Jesús. Podemos darnos cuenta entonces, que a través del relato del Antiguo Testamento no sólo se trata de restaurar la Gracia de Dios a la humanidad, sino que además en María se representa aquella humanidad, el nuevo pueblo de Dios, la iglesia que será el corazón de donde Dios comenzará una Nueva Creación.

A diferencia del antiguo Pacto, en el Nuevo Testamento nos vamos a encontrar con la persona de María y serán los Evangelios quienes nos narrarán acerca de su persona. Principalmente lo harán los Evangelios Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas), ya que el evangelio de Juan, sólo nos narrará dos hechos de María, como madre de nuestro Señor Jesucristo. A través de ellos veremos como la “imagen de María” va ir mejorando con el paso de los años y en la medida que se van a ir escribiendo los Evangelios (dentro del primer siglo de nuestra era). Revisemos algunas particularidades que se presentan en los evangelios sinópticos sobre María:

  • Marcos, es el primer evangelio que fue escrito de los cuatro. Y aunque no habla de la infancia de Jesús, lo único que nos dice de María es que ella es la madre de Jesús (Marcos 6,13)
  • Mateo en cambio sí nos habla de la infancia de Jesús y nos dice que María es aquella Virgen anunciada y esperada en Isaías 7,14. Además, nos narra el sueño de José (Mt. 1,20-21) en el cual se afirma que “ese hijo de María” no era de padre humano, sino que es Obra del Espíritu Santo, confirmando de esta manera no sólo la virginidad de María, sino también su maternidad divina y su afiliación que tendrá eternamente con el Hijo de Dios, a diferencia de José, quien será padre Putativo y Custodio de Jesús.
  • En Lucas, que es el tercer evangelio sinóptico, el autor profundizará más en la persona de María. En este evangelio, Lucas nos muestra a María como una mujer extraordinaria que será conocida a través de los siglos como “la Llena de Gracia”, título celestial que nos indica la grandeza y la pureza del alma de María, por eso será conocida también como la “Panagia” o Toda Santa y/o Santísima. Y será por esta Gracia que viene Jesús al mundo y por medio del cual se va a favorecer a toda la humanidad. También Lucas pone a María como una mujer de Fe, donde en el encuentro con su prima Isabel, será llamada “la Madre de mi Señor” (Lc. 1,43), confirmando por medio del Espíritu Santo en Isabel, la maternidad divina que le fue asignada a María por gracia divina. En el mismo relato con su prima Isabel, ésta le llamará “creyente” porque “has creído las cosas que vienen de parte de Dios” (Lc.1,45) lo que viene a confirmar lo que en el antiguo Pacto se habló de ella y es que María sabe no sólo ESCUCHAR a Dios, sino que también le CREE; por eso es que ella pone en práctica la Palabra de Dios. Tan extraordinaria era la persona de María, que Lucas deja plasmado en el Magnificat, la declaración de humildad y servicio a Dios de parte de María, a quien también María le llama su Señor y Salvador. En el libro de los Hechos de los Apóstoles del mismo autor, Lucas nos deja entrever a María como una mujer orante, la mejor cristiana, que acompaña a la iglesia naciente, siendo parte de esta iglesia Primitiva que está a la espera de la venida del Espíritu Santo con el cual se va a sellar al nuevo pueblo de Dios. Igualmente podemos decir que María Comulgó el Cuerpo de Cristo, porque como iglesia naciente en la fe de Jesucristo, se iniciará la celebración de la Eucaristía, cada primer día de la semana, o sea cada domingo.

Finalmente, las Escrituras nos hablan de María en los textos Joánicos (evangelio de Juan y el Apocalipsis) escritos por el apóstol amado del Señor Jesús. Será por medio de la pluma del apóstol Juan por quien se va a revelar “la Palabra” y nos dice en Juan 1,1 que la Palabra es el “Verbo” (la expresión de Dios), el cual es Jesucristo, quien es engendrado no creado, que está dentro del mismo Dios y dentro de la Santísima Trinidad eternamente (Alfa y Omega). Este Verbo de Dios se hará hombre por medio de la ¡Bendita de Dios!, es decir de María, quien es la única, la perfecta e irrepetible mujer en la cual se Encarnó la Palabra, en su vientre virginal; por ello a María se le dará el nombre de “La que da a luz la Palabra”, “La Paridora de Dios”, “La Madre de Dios”, ya que por medio de ella la Palabra, el Verbo de Dios se hizo carne.

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