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Las 7 Dispensaciones

citla02159530 de Marzo de 2014

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Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo. Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! ¡que sabéis distinguir el aspecto del cielo mas las señales de los tiempos no podéis! (Mateo 16: 1-3)

Así como la naturaleza nos da señal de lo que va a ocurrir en términos naturales, el Señor a lo largo de la historia de la humanidad, y muy específicamente en relación a Su pueblo, siempre ha dado a conocer lo que ha esperado de ésta.

El Señor Jesús hubiera esperado de los dirigentes religiosos de su época que hubieran captado que Él, el Mesías de Israel estaba en medio de ellos. No obstante, lejos de eso, los fariseos y saduceos, no sólo no lo intuían, sino que descaradamente le pedían de continuo señales asombrosas para tentarle.

Podían discernir en cuanto a lo natural, pero siendo supuestos hombres de Dios, no podían distinguir los tiempos en términos espirituales; las sazones u oportunidades que Dios ha ido concediendo, en ese caso, la misma venida del Mesías en medio de ellos.

Por tanto, Dios quiere que seamos conocedores de todo lo que es y ha sido su mover hacia los hombres, a lo cual llamamos dispensaciones, es decir, resoluciones divinas hacia los hombres en cuanto a diferentes tiempos, paralelas a Sus Pactos; todo lo cual está en la Biblia.

En la Biblia encontramos los diferentes Pactos que Dios ha hecho con el hombre, así como sus diferentes dispensaciones.

Por tanto, podríamos encajar toda la historia de la humanidad en diferentes dispensaciones, entendiendo mejor este término en el sentido teológico por:

“Un periodo durante el cual el hombre es puesto a prueba con referencia a cierta revelación específica de la voluntad de Dios” (C.I. Scofield)

El diccionario bíblico define la dispensación o dispensaciones, como:

“El trato ordenado con los hombres por parte de Dios en la variada administración de Sus caminos en distintos tiempos”

Claramente podemos contemplar siete diferentes dispensaciones en las Escrituras. Estas las llamamos: 1. La Inocencia; 2. La Conciencia; 3. El Gobierno Humano; 4. La Promesa; 5. La Ley; 6. La Gracia; 7. El Reino.

Vamos a ir viendo una por una a lo largo de este estudio.

Primera Dispensación

La Inocencia (Gn. 1: 26-3: 24) – Empezó con la creación del hombre, y terminó con el juicio de la expulsión de Adán y Eva del Edén por causa de su pecado y la consecuente pérdida de la inocencia.

“Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida” (Génesis 3: 24)

“Un niño siempre representa la inocencia, la cual tenían Adán y Eva antes de pecar”

Explicación:

El hombre – hombre y mujer – fue creado en estado de inocencia, es decir, sin pecado, sin naturaleza caída, puro ante Dios Su Creador. Fue colocado en un ambiente ideal, y fue sujeto a una prueba absolutamente simple y sencilla de superar.

No obstante fue advertido en cuanto a los resultados de desobedecer: “mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Gn. 2:17)

“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella”(Génesis 3: 6)

La mujer fue engañada – de hecho consintió en serlo - y pecó al desobedecer el mandato directo de Dios, comiendo de aquel fruto que no debía. Ella de hecho se autoerigió como cabeza en vez de Adán, y éste sujetándose a su mujer en vez de a Dios, participó de ese pecado.

La mujer, saliéndose de su papel, siendo vaso frágil, se constituyó indebidamente en protagonista de todo aquel asunto.

Careciendo de la protección necesaria, por asumir un papel que no le pertocaba, fue engañada, y acabó presidiendo y protagonizando un acto de rebelión contra Dios, aunque obviamente no fue esa su intención (la buena intención, no es suficiente; la obediencia lo es)

“Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión” (1 Timoteo 2: 14)

Sobre la serpiente

“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Génesis 3: 1)

Esa astucia de la serpiente como animal edénico – es decir, previo a la caída y sus consecuencias - deberíamos entenderla como cautela o prudencia. No como algo inmoral o maligno, ya que Dios vio que todo lo que había hecho era bueno en gran manera (Gn. 1: 31).

Comenta Scofield:

“No debe pensarse que la serpiente, en su estado edénico, era un animal que se arrastraba sobre su pecho. Esto fue el efecto de la maldición que cayó sobre ella (Gn.3: 14). La criatura que se prestó a cumplir los propósitos de Satanás pudo muy bien haber sido la más hermosa de todo el universo, así como era la más “astuta” de todas las criaturas, con excepción del hombre. A pesar de la maldición divina, todavía hay en la serpiente algunos vestigios de su antigua belleza. Cada uno de sus movimientos refleja cierta gracia, y hay muchas especies que tienen hermosos colores. Fue en la serpiente que Satanás apareció por primera vez como “un ángel de luz” (2 Co. 11: 14)”

“Los vivos colores de la mortífera serpiente (una serpiente de coral)”

Como escribe Matthew Henry:

“Fue el diablo en forma de serpiente. Muchas tentaciones peligrosas nos asaltan revestidas de alegres y bellos colores, que no tienen más espesor que la piel, y parecen venirnos de arriba, porque Satanás puede aparecer como ángel de luz”

Segunda Dispensación

La Conciencia (Gn. 3: 22-7: 23) – el tiempo en el cual, por haber desobedecido a Dios, haber perdido la inocencia, y haber caído de Su gracia, al hombre le fueron abiertos los ojos de su conciencia.

A partir de ese momento, los hombres tenían conciencia del bien y del mal, y por tanto, total responsabilidad moral.

“Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal...” (Génesis 2: 22a)

Escribe Scofield:

“Como resultado de la desobediencia, el hombre llegó a poseer un conocimiento personal y experimental del bien y del mal, del bien como obediencia, y del mal como desobediencia de la voluntad de Dios, según ésta era conocida por el hombre. Fue por el conocimiento del bien y del mal, que la conciencia del hombre despertó”

Y este servidor añade, que eso último no fue de la manera que Dios ordenó, ya que ese despertar de la conciencia, fue a través de la tremenda desobediencia, primero de Eva y luego de Adán.

“La conciencia nos es muy útil para llegar a entender nuestra responsabilidad moral, por lo cual un día daremos todos cuentas a Dios”

Aunque todavía no había llegado la Ley como tal, los hombres tenían la ley natural a partir de ese momento, y así ha sido por los siglos:

Romanos 2: 14 “Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos”

La Conciencia advierte del pecado, sea a través de la llamada ley natural o de la Ley de Dios, pero no salva por sí misma. El pecado sólo puede ser perdonado por la sangre del Codero de Dios, y no por méritos propios.

“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”(Romanos 6: 23)

El hombre, por el dictamen de su conciencia, tenía la responsabilidad de hacer todo el bien que le era conocido, y evitar todo el mal cual él era consciente, acercándose a Dios mediante sacrificios. Lamentablemente, eso no funcionó, porque “el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud”(Gn. 8: 21), y el resultado fue que en el tiempo de Noé, la “maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón era de continuo el mal” (Gn. 6: 5), y Dios decidió acabar con la raza humana absolutamente ya pervertida (v. 7), y sólo Noé y los suyos escaparon a ese juicio de destrucción. En ese sentido, esa dispensación terminó también, aunque los hombres, incluido Noé y los suyos, siguieron con sus conciencias como hasta ahora.

Tercera Dispensación

El Gobierno Humano (Gn. 8: 20-11: 9) – Bajo las dos dispensaciones precedentes – Inocencia y Conciencia – el hombre fracasó completamente, y el juicio del Diluvio Universal vino como consecuencia de la enormidad de la maldad existente:

(Génesis 6: 5) “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”

Al finalizar el Diluvio, se inicia el principio de la tercera dispensación: el Gobierno Humano:

Génesis 9: 6 “El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre”

En las dispensaciones anteriores, de parte de Dios no tenía el hombre el permiso de gobernarse a sí mismo, sino que su Gobernante era El. Pero en esta nueva dispensación, a partir de esos ocho supervivientes – Noé y su

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