ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Los Apóstoles Del Perdón


Enviado por   •  4 de Abril de 2014  •  843 Palabras (4 Páginas)  •  171 Visitas

Página 1 de 4

La herida “imperdonable”

En algunas ocasiones te sientes con una herida que te deja paralizado en tu camino, a esta herida reaccionas con ira, tristeza, te deja frio y desconcentrado.

Lo último que quieres hacer es encontrarte con eso que te ah hecho daño, piensas que jamás podrás olvidar eso que te hizo sufrir o que te hizo daño de alguna forma, ya que no quieres volver a sentir ese dolor ni a verte inmerso en esa tristeza o sentimiento negativo. Piensas que sería un error perdonar eso que te ah hecho daño y que no tiene perdón.

Perdonar en toda circunstancia

En tiempo de guerra y de conflictos políticos suceden cosas que dejan graves huellas de errores no perdonados. Pero, en esas mismas circunstancias, también suelen darse brillantes ejemplos de perdón.

EI P. Son, pastor protestante en Corea, era un hombre extremadamente amable. Había sido hecho prisionero por los extranjeros que habían invadido su país. Entonces llegó a él la noticia de que sus dos hijos que estudiaban en la universidad, habían sido asesinados por estudiantes activistas, porque aquellos no querían unirse a su causa.

Estando el P. Son celebrando el funeral por sus hijos, el público quedó estupefacto al oír que decía que Dios le había concedido suficiente amor como para buscar y adoptar al asesino.

Desde luego, tú puedes escoger el no perdonar. Pero, antes de que lo decidas así, convendría que estudiaras las consecuencias de esa postura.

El dolor es una importante válvula de seguridad. Si recibes una cortada en una pierna, el dolor que sientes te avisa del mal y te recuerda que tienes que ser más cuidadoso. Te hará ir corriendo en busca de un ser querido para que te consuele; o en busca de un médico para que te ponga unos puntos.

No es malo el sentirse airado cuando alguien te ha herido. (Ya volveremos sobre esto). Es una reacción normal e indica una personalidad sana. Si el asunto ha sido trivial o de poca importancia, lo único que necesitas es, simplemente, admitir ese sentimiento tuyo y controlarlo.

Pero, cuando la herida ha sido más seria, es fácil que necesites ayuda. No hay que ignorar el dolor. Hasta conviene manifestárselo a alguien que pueda animarte y ayudarte. A veces se necesita tiempo hasta que remita el dolor emocional.

Tampoco tú eres perfecto

Hemos visto que una de las razones para perdonar está en tu propio interior: el resentimiento te hace mucho daño. Pero también hay otra razón más externa: y es que ninguno de nosotros es perfecto. Si eres sincero, tienes que admitir que, como todos los demás, tú también, con frecuencia, necesitas perdón. Necesitas el perdón de los demás. Necesitas el perdón de Dios.

Quizá este último pensamiento

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (5 Kb)  
Leer 3 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com