Mitos Sobre La Oración

Orar es a la vida cristiana como el respirar a la vida física. Así como nadie puede vivir sin respirar, así tampoco un creyente puede vivir sin orar. Un hombre sin oración es un hombre sin Dios. En el Salmos 14 el salmista describe a los impíos como aquellos que no invocan a Dios.

La oración es un estilo de vida constante, un caminar de la mano de Dios.

Mito

1. m. Narración fabulosa e imaginaria que intenta dar una explicación no racional a la realidad.

Conjunto de creencias e imágenes idealizadas que se forman alrededor de un personaje o fenómeno y que le convierten en modelo o prototipo.

Invención, fantasía:

Sinónimos:

2. fábula, leyenda, ficción, quimera, tradición, invención, cuento

Mitos sobre la oración

1. Es difícil orar.

Lo difícil no es orar, sino más bien mantener el hábito de la oración y sabes por qué, Porque el pecado aún mora en nosotros, y continuamente nos empuja lejos de Dios. Cuando un creyente se dispone a orar una tremenda lucha comienza a librarse de inmediato en su interior, y continuará librándose hasta que termine de orar.

Todo deber que nos acerque a Dios encontrará resistencia en nuestro interior.

En Romanos 7:21 Pablo dice: “Así que queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí”. “Precisamente cuando me dispongo a hacer el bien, el pecado que mora en mi interior se manifiesta activamente tratando de impedirlo”.

Y como ningún otro deber nos acerca más a Dios que la oración, ninguno encontrará más resistencia que éste. El pecado es tan terrible que nos persigue hasta las puertas mismas del cielo.

¡Cuán difícil es mantener una vida disciplinada de oración! Satanás y el pecado no sólo tratarán de estorbarnos mientras oramos, sino que intentarán, por todos los medios posibles, obstaculizarnos para que no oremos.

2. Dios no me escucha.

¿Qué pasa cuando nosotros en oración le exponemos a Dios los deseos que tenemos y las cosas que queremos y no encontramos una respuesta pronta? Primero empezamos a sentir que Dios se está tardando, luego pasamos a la etapa de: el Señor no me escucha. Nos enojamos con Dios. Llegamos a pensar que Dios no existe, solo porque no tenemos una respuesta.

Entonces criticamos y decimos que no es cierto que Dios nos concede los deseos de nuestro corazón.

Para este caso tomaré como patrón o referencia el Salmos 37, específicamente el verso 4, que dice: “Deléitate en el Señor y el te concederá los deseos de tu Corazón”.

Antes que Dios conceda los deseos de tu corazón debes aprender a:

• Confiar

• Hacer el bien

• Deleitarse

• Encomendar

• Guardar Silencio

• Esperar Pacientemente

• Refrena tu enojo

Dios responde las oraciones de la forma en que Él sabe que es mejor para nosotros.

3. No sé cómo orar.

Estando en el lugar apropiado, “Entra en el aposento de tu alma; excluye todo, excepto Dios y lo que pueda ayudarte para buscarle.

Vas a hablar con alguien a quien puedes contarle todo y que puede ayudarte sin ninguna condición.

4. Tengo que estar en una iglesia para orar.

La iglesia es un buen lugar para orar y podemos aprender a orar mejor allí. Pero, si usted sigue de Jesús su forma, sus oraciones más eficaces fueron hechas "en el camino".

(Hechos 17:24, 25) El Dios que hizo el mundo y todas las cosas [que hay] en él, siendo, como es Este, Señor del cielo y de la tierra, no mora en templos hechos de manos, 25 ni es atendido por manos humanas como si necesitara algo, porque él mismo da a toda [persona] vida y aliento y todas las cosas.

5. Se necesita saber recitar ciertas palabras específicas de memoria para conectar con Dios.

Aunque existen hermosas oraciones que pueden inspirarte y llevarte a la conexión, no necesitas un código

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