Novena a Santa Rosa de Lima
AlanRM10Apuntes28 de Julio de 2019
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NOVENA A SANTA ROSA DE LIMA
PATRONA DEL PERÚ, ÁMERICA Y FILIPINAS.
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SANTA ROSA DE LIMA (1586-1617)
NOVENA A SANTA ROSA DE LIMA
ACTO DE CONTRICCIÓN
COMPUESTO POR SANTA ROSA
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y Redentor mío, el alma se me quebranta de dolor por haberte ofendido, por ser vos quien sois y porque te amo sobre todas las cosas, ¡Oh Señor! Vos sois verdaderamente mi Dios, el Esposo de mi alma y toda la alegría de mi corazón. Yo soy la que deseo amarte, benignísimo Jesús, con aquel amor perfectísimo e inefable con que junto os aman los moradores del cielo. Aún más deseo amarte, Dios de mi corazón y de mi vida, mi consuelo, mi gozo y mis delicias. Quisiera amarte con todo aquel amor con que os ama Nuestra Madre Santísima y Señora mía, la Virgen Purísima. Y no satisfecha con esto, a vos ¡Oh salud de mi alma! Deseo amarte tanto como vos mismo os amáis. ¡Abrázame yo, consúmame yo en el fuego de vuestro divino amor! Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Santa Rosa de Lima, Amada Santa de mi alma. Tú me has inspirado una confianza segurísima de que por la poderosa intercesión seré librado de los males que me afligen y sacado del abismo insondable de mis miserias. Conozco cuan indigno soy de presentarme ante ti, Purísima Criatura, yo que soy la misma corrupción y malicia, y cuya vida forma el más negro contraste con la tuya, pero esto mismo es lo que me mueve más eficazmente a refugiarme en ti y tomarte por mi abogada y medianera, pues se tu condición tiernísima y compasiva en todo semejante al mansísimo Jesús. Si yo sé que tú me escucharás y no me veré defraudado en mis esperanzas. Por eso acudo confiadamente a ti y te pido por mis necesidades corporales y espirituales. Escucha los gemidos de mi corazón y no me desampares en la vida ni en la muerte, sea yo siempre tu devoto predilecto. Amén.
Tres Padre Nuestro, tres Ave María y tres Gloria, en honor a la Santísima Trinidad, por las gracias, dones y virtudes con que adornó a Santa Rosa de Lima.
DÍA PRIMERO
Padre Nuestro que estás en el cielo
Era muy grande la confianza que tenía Santa Rosa en la providencia del Padre Celestial. Abrigaba una absoluta seguridad de que había de salvarla de los aprietos de su vida y en especial de que había de otorgarle la salvación de su alma. Fundaba esto en el amor tierno y filial que sentía hacia Él y que ninguna cosa podría enfriar. Un día, encerrada en la celdita de su jardín, oraba, pidiendo la gracia de su salvación. De repente se vio rodeada de muchas rosas, esparcidas en el suelo. Se le apareció el Niño Jesús: “Rosa, recoge en tu falda todas esas rosas”. Lo hizo así la Santa y el Niño le pidió una de ellas, que El aceptó con mucho agrado, diciendo: “Esta rosa eres Tú, y de esta se encarga mi providencia, para mirar por ella con singular cuidado”.
V- Rosa, hermana nuestra, ruega por nosotros.
R- Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Omnipotente y Eterno Dios, Amorosísimo Padre Nuestro, que bondadosamente nos ha sacado de la nada y nos conservas con tu indefectible providencia, llevándonos hacia la verdadera patria. El alma se nos llena de dulce alegría y esperanza, y al recordar que tus miradas tiernísimas velan sin cesar sobre las aflicciones, inquietudes y necesidades de tus pobres hijos. El ejemplo de las virtudes de nuestra amada Santa Rosa y principalmente, su espíritu de piedad filial y de confianza inquebrantable en tu paternal providencia nos mueve a ofrecerte el homenaje de nuestra humilde gratitud y filial amor. Te suplicamos por sus méritos e intercesión nos conceda la gracia de algún día de tu divina presencia en el cielo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Pidamos a Santa Rosa crecer en la confianza en la Providencia del Padre.
ORACIÓN PARA TERMINAR TODOS LOS DÍAS
Gloriosísima Patrona y Abogada Nuestra, Santa Rosa de Lima, ¡Purísima flor de santidad e inocencia, Esposa amantísima de Jesús! Por aquel incendio de Divino Amor que abrazó tu corazón para con su soberano Esposo, por el celo ardentísimo de la gloria de Dios y la salvación de las almas, por el cariño que siempre tuviste a tu pueblo y a tu patria, te suplicamos nos alcances del Señor toda clase de gracias y bendiciones; la conservación de la religión en sus batos dominios, la propagación de la fe y la conversión de los infieles de las montañas, la paz y la prosperidad de nuestra patria y singularmente el favor que cada uno de nosotros pude en este día, si es a mayor gloria tuya y bien de nuestras almas. Amén.
DÍA SEGUNDO
Santificado sea tu nombre
Lo que más torturaba el corazón de Santa Rosa Rosa era ver que el Santo nombre de Dios no recibiera de los hombres el honor que le era debido. Prefería morir antes que ver el santo Nombre de Dios ultrajado. Cuando llegaron noticias de la invasión de un pirata holandés a la ciudad de Lima (lo cual traería consigo grandes disturbios, robos y sacrilegios en los Templos) Rosa no dudó en correr hacia la Basílica de santo Domingo, su lugar de oración y aguardar la oportunidad de defender y ofrecer su vida en martirio antes que profanasen a Jesús Sacramentado. La gente quedó admirada al ver como esta humilde doncella se transformaba en valiente guerrera y arengaba a todos a ofrecer su vida en defensa del Santísimo Sacramento. Estas fueron sus palabras en la Basílica, al esperar el ataque de los enemigos de la fe. “Aquí pondré mi cuerpo para que lo hagan pedazos y se detengan en hacer las injurias que temo. ¡Ay de mí! han de hacer después a mi dulce Jesús”.
V- Rosa, hermana nuestra, ruega por nosotros.
R- Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Omnipotente y Eterno Dios, Señor Nuestro, que has querido manifestarnos la gloria de tu Santo nombre, para ser de todas las criaturas conocido, alabado y servido. El celo ardiente y generoso de Santa Rosa por la santificación de tan augusto nombre nos mueve a ofrecerte nuestras fervorosas alabanzas y humildes obsequios. Por su mérito e intercesión te suplicamos que te dignes manifestar la luz de tu conocimiento a todos nosotros, para que podamos honrarte aquí con una vida virtuosa y santa, y después te glorifiquemos eternamente en el cielo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Pidamos a Santa Rosa, que aumente en nuestra vida el deseo de la gloria de Dios.
DÍA TERCERO
Venga a nosotros tu reino
Rosa anhelaba profundamente salir como misionera a anunciar a su Esposo en las tierras de misión. Pero en su época esto aún no se daba. Rogaba por ello, hacía constante penitencia y suplicaba al Señor por el éxito de los predicadores en el mundo entero. “Oh, quien fuese varón – decía- para poder ir a las regiones más peligrosas a anunciar el Evangelio”.
V- Rosa, hermana nuestra, ruega por nosotros.
R- Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Omnipotente y Eterno Dios, que quisiste revelarnos la felicidad de tu divino reino por medio de tu unigénito Hijo Jesucristo, para salvación de todos los hombres y por cuya propagación en todo el mundo, con tan ardientes súplicas te rogó nuestra amada Santa Rosa, deseando ser ella misma misionera de tu Santo nombre entre los pecadores que te ofenden. Suplicantes te pedimos, vengas a establecer pronto tu reinado de amor y de caridad entre nosotros, para que seamos dignos de gozar algún día la paz dichosa del reino de los cielos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Pidamos a Santa Rosa que nos haga incesantes en la súplica por extensión del Reino de Dios en el mundo, por todos los evangelizadores y por nosotros, para que no tengamos miedo de anunciar a Cristo entre los que nos rodean.
DÍA CUARTO
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo
No fue fácil para nuestra Santa hacer la voluntad de Dios. Ella sentía que Dios la llamaba toda para sí pero su familia buscaba casarla. De hecho, muchos mozos de la aristocracia limeña deseaban tenerla por esposa, pero ella se mantuvo firme en su deseo de ser toda para Dios. Esto le supuso vencer una y mil dificultades, persecuciones y malos tratos dentro de su familia, incomprensiones incluso de los sacerdotes con los que se dirigía, incluso gente extraña que la tildaba de ilusa. Pero todo lo llevaba con admirable paciencia y sumisión a la voluntad divina; y solía repetir muchas veces: “Aumenta Dios mío los dolores, con tal que aumentes el amor”.
V- Rosa, hermana nuestra, ruega por nosotros.
R- Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Omnipotente y Eterno Dios, que te has dignado revelar a tus criaturas el camino seguro de tu divina voluntad, para que, cumpliéndola bienaventurados del cielo, llenos de gratitud, te bendecimos, porque en la vida de nuestra amada Santa Rosa nos ha dado un precioso ejemplar de paciencia y sumisión en medio de las más dolorosas contradicciones y sufrimientos más crueles. Por sus méritos e intercesión, te suplicamos que aumentes en nosotros tu santo amor, con que podamos vivir siempre dócilmente sumisos a tus paternales designios y seamos dignos de tus celestiales promesas. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
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