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PALABRAS CLAVE EN JEREMÍAS


Enviado por   •  23 de Febrero de 2015  •  4.129 Palabras (17 Páginas)  •  194 Visitas

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Jeremías

PALABRAS CLAVE EN JEREMÍAS (RV1960) escuchar (oír), volver (volverse, convertirse, arrepentirse), ramera, adulterio (s), maldad (malvado, iniquidad, pecado), corazón, abandonar, sanar (sanidad), pacto.

ÉNFASIS: La infidelidad de Judá a Dios terminará en su destrucción; si cumplen las promesas de Deuteronomio, Dios tiene deparado un futuro radiante para su pueblo: un tiempo de restauración y un nuevo pacto; el corazón de Jehová para con su pueblo revelado por medio del corazón de Jeremías.

En el capítulo 1, vimos el impresionante llamado al servicio y la misión encomendada al profeta Jeremías.

Dios llamó a Jeremías cuando era un joven de unos 20 años de edad. También sabemos que el rey Josías tenía 21 o 22 años de edad cuando Dios llamó a Jeremías. Así que aquí tenemos a dos jóvenes en la tierra de Israel; un rey joven y un profeta joven.

Jeremías dejó bien en claro que él se sentía incapaz e indigno de semejante llamado divino. Sintió que no estaba a la altura de ese ministerio de profeta y presentó este sentimiento como una excusa. Dios le respondió que El pondría Sus palabras en la boca del profeta. El estaría comunicando las palabras de Dios y no las suyas propias.

Los capítulos 2 al 6 ofrecen el relato de los primeros 5 años del ministerio de Jeremías. Y considerando que él comenzó a profetizar en el décimo tercer año del reinado de Josías, estos mensajes fueron pronunciados en aquellos 5 años transcurridos antes del descubrimiento del libro de la Ley en el templo.

La renovación que tuvo lugar después del descubrimiento del libro de la Ley. Encontraremos que la renovación fue más bien superficial porque no se colocó un énfasis adecuado sobre la Palabra de Dios.

Tenemos que recordar que nunca se producirá una gran renovación o reforma hasta que se coloque un énfasis verdadero sobre la Palabra de Dios.

Para orientarnos en este período de historia, necesitamos estudiar la misma, junto con los libros proféticos. Por lo tanto retrocederemos hasta el capítulo 34 de 2 Crónicas, para encajar los mensajes de Jeremías en este momento específico de la historia.

Dice 2 Crónicas 34:1-2, 1Tenía Josías ocho años cuando comenzó a reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalén. 2Hizo lo recto ante los ojos de Jehová y anduvo en los caminos de David, su padre, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda.

Continúa diciendo 2 Crónicas 34:3, 3A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David, su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas e imágenes fundidas. Entonces vemos que los primeros 5 años de profecía de Jeremías, transcurrieron durante este período.

Y el relato continúa. Dice 2 Crónicas 34: 4-8, 4Fueron derribados en su presencia los altares de los baales, e hizo pedazos las imágenes del sol que estaban puestas encima; despedazó también las imágenes de Asera, las esculturas y estatuas fundidas, las desmenuzó y esparció el polvo sobre los sepulcros de los que les habían ofrecido sacrificios. 5Quemó además los huesos de los sacerdotes sobre sus altares y limpió a Judá y a Jerusalén. 6Lo mismo hizo en las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón y hasta Neftalí, y en los lugares asolados alrededor. 7Después de derribar los altares y las imágenes de Asera, quebrar y desmenuzar las esculturas, y destruir todos los ídolos por toda la tierra de Israel, volvió a Jerusalén. 8A los dieciocho años de su reinado, después de haber limpiado la tierra y la Casa, envió a Safán hijo de Azalía, a Maasías, gobernador de la ciudad, y a Joa hijo de Joacaz, el canciller, para que repararan la casa del Señor su Dios.

Fue durante este tiempo de limpieza y reparaciones en la casa del Señor que el sacerdote Hilcías encontró un libro de la Ley tal como había sido dado a Moisés. En aquellos días había probablemente solo 2 copias, una era para el rey y la otra para el sumo sacerdote. Es que, antes de que Josías llegara al trono, Judá había descendido a un nivel aun inferior bajo los reinados malvados e impíos de su abuelo Manasés, y de su padre Amón. Ellos no habían tenido ningún interés por Dios o por Su Palabra, y la copia o copias de la ley en existencia finalmente acabaron perdidas entre la basura y escombros que se acumularon en un templo descuidado y abandonado.

Capítulo 2

El primer mensaje de Jeremías abarca de 2:1-3:5 y fue dirigido a este pueblo que había abandonado al Dios vivo y verdadero.

Sería difícil encontrar alguna porción de la Biblia que la supere en patetismo y ternura. Es una súplica elocuente y ferviente a Dios, quien había sido olvidado e insultado. Su gracia y compasión hacia la nación culpable, se mezclaron con advertencias solemnes sobre los terribles días que vendrían, si sus corazones no se volvían a El.

Este es una de los grandes discursos de la Palabra de Dios. El joven rey Josías estaba buscando verdaderamente al Señor, pero él no disponía de la Palabra de Dios. Sin embargo, sabía que la idolatría debía ser eliminada. En ese momento el profeta era un hombre joven, un profeta joven que le animaría a solucionar su problema.

El Señor rechazado

Jeremías 2:1-3

"Vino a mí palabra del Señor, diciendo: Anda y proclama a los oídos de Jerusalén, diciendo que así dice el Señor: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada. Santo era Israel al Señor, primicias de sus nuevos frutos. Todos los que lo devoraban eran culpables; mal venía sobre ellos, dice el Señor."

Dios estaba haciendo algo verdaderamente hermoso. Le estaba pidiendo a Israel que recordara la época de la primavera de su relación con El, cuando El los sacó de la tierra de Egipto, como siguieron a la columna de fuego por la noche y la columna de nube durante el día. Y en aquel desierto terrible y espantoso ellos buscaron al Señor y Dios se lo recordó. Después de que Dios les había bendecido y entregado una buena tierra, se apartaron de El. Como dijo el profeta Oseas hablando del reino del norte, En Deuteronomio 32:15 encontramos esta expresión, hablando de Israel Pero engordó Jesurún, y tiró coces. En su sociedad cómoda y sofisticada, ellos se apartaron del Dios vivo para servir a los ídolos.

Aquí no podemos evitar el notar, que existe una analogía aquí entre el

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