PARÁBOLA DE LA FIESTA DE LA BODAS
Dulce VilledaApuntes12 de Octubre de 2019
968 Palabras (4 Páginas)416 Visitas
PARÁBOLA DE LA FIESTA DE LA BODAS
PARÁBOLA DE CUARTO PRIMARIA
(Está Jesús sentado bajo un árbol contando una parábola a varios niños)
Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo:
- Jesús: El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo; y envió a sus sirvientes a llamar a los convidados a las bodas; mas éstos no quisieron venir.
- Rey: vayan al pueblo y díganle a las personas de la lista que están invitadas a la gran boda de mi hijo.
- Sirviente 1: está bien mi rey, rápidamente iremos a anunciarlo.
- Sirviente 2: permiso señor.
(Los siervos regresaron con la noticia que nadie quería ir a la boda, todos a los que se les invitó rechazaron la invitación, unos porque no querían al rey y otros porque su hijo les caía mal)
- Sirviente 1: señor, señor los invitados no quieren asistir a la boda. Han rechazado la invitación
- Rey: ¿se puede saber cuál es la razón para no asistir?
- Siervo 2: pues cuando se les hizo la invitación pareció no importarles.
- Sirviene 1: señor hay varios que están resentidos con su reinado, anhelan su categoría y poder, se reúsan a darle el honor que desean para ellos mismos.
Volvió a enviar otros siervos,
- Rey: regresen con ellos y hagan que entiendan que deben asistir. Decirles que he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; que vengan a las bodas.
(Los siervos se van al pueblo y se encuentran con los invitados)
- Sirviente 1: el rey les ruega que asistan a las bodas de su hijo, él ha preparado un gran banquete para que compartan con su hijo la felicidad. Ha matado toros y animales.
- Anciano: váyanse de aquí no queremos ninguna invitación, ya les hemos dicho que no nos interesa.
- Mujer: lo único que queremos es que nos dejen en paz.
- Sirviente 2: pero el rey ha sido muy amable y su hijo es su príncipe, asistir a su boda es lo mínimo que pueden hacer para demostrarle gratitud.
- Hombre: cómo te atreves a juzgarnos, nosotros somos los dirigentes de este reino, ustedes solo son sirvientes.
- Sirviente 1: no puede haber mayor honor que servir a este rey
- Hombre: nosotros somos los que hicimos que este reino creciera, debería hacernos una fiesta a nosotros.
- Pueblo: siiii! No lo queremos, nosotros nos merecemos esa fiesta.
- Sirviente 2 están cometiendo un gran error, por favor hagan a un lado su orgullo y deslealtad.
- Hombre: tu eres el que está cometiendo un error y vas a pagarlo.
- Sirviente 1: lo que mi compañero dice es verdad, muestren su humildad y asistan a las bodas.
- Pueblo: váyanse, no iremos, váyanse.
(Los sirvientes se retiran, los pueblerinos empiezan a lanzar objetos, piedras y los sacan corriendo del lugar. Un sirviente muere al caerle una piedra en la cabeza y el otro corre al castillo)
- Sirviente 2: señor intenté salvar a mi compañero pero no pude.
- Rey: ven acá (le dice a otro sirviente), busca al responsable y tráelos ante mí. (el sirviente se retira y le dice al otro); estoy agradecido por sobrevivir.
- Sirviente 2: lo volveré a intentar majestad. Si es lo que usted desea.
- Rey: si, se debe ofrecer una nueva invitación.
- Sirviente 2: Como usted desee señor.
- Rey: pero esta vez, esta vez quiero que vayas a los caminos y senderos de la región a los lugares remotos y humildes y que invites a todos los que veas
- Sirviente 2: usted sabrá naturalmente señor que esos lugares están colmados de pobres y enfermos si ellos aceptan la invitación…
- Rey: si ellos aceptan la invitación serán bien recibidos con honor. Los que fueron invitados la primera vez no eran dignos.
- Sirviente 2: está bien señor.
Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.
- Sirviente 2: buena mujer, el rey quiere que asista a la boda de su hijo, en el palacio.
- Señora: ¿yo?, no, no, yo no puedo.
- Sirviente 2: jajajaja. Póngase su mejor traje y vaya esta noche al palacio. (llega a otro lugar e invita a un señor con su hijo). El rey quiere que vaya esta noche al palacio a celebrar con él la boda de su hijo.
- Señor: ¿el rey quiere que vayamos? ¿Nosotros?
- Sirviente 2: si fueran tan amables en asistir.
(Padre e hijo se ven la cara asombrados)
- Señor con bastón: fuimos invitados al palacio. (le dice al pueblo lejano) El rey nos ha invitado al palacio.
- Señor del brazo quebrado: ¿qué? ¿Cuándo?
- Señor con bastón: esta noche, a la boda de su hijo, debemos ponernos nuestras mejores ropas.
- Señor del brazo quebrado: ¡pero cómo!, si esto es lo único que tengo
- Esposa del señor del brazo quebrado; entonces la lavaremos y debes reparar esas sandalias: ¡ay! Una boda en el palacio, ¡qué alegría!
- Pueblo: ¡Sí que alegría! Iremos a una boda, en el palacio.
(Esa noche en el palacio, el rey los recibe, el pueblo lejano que fue invitado entró al palacio y quedó asombrado con todo lo que había en el palacio)
- Rey: bienvenidos amigos míos. (en eso mira a un hombre sin traje de bodas) le dice: amigo ¿por qué no tienes tu traje de bodas? (el hombre se queda callado) el rey dijo a los sirvientes: átenle de pies y manos y échenlo a las tinieblas, ahí será el llanto y el rechinar de dientes.
- Jesús: Nuevamente les digo, el reino les será quitado a ustedes y le será dado a otros. Porque muchos son los llamados, y pocos los escogidos.
...