PLATICAR CON DIOS
eopineda7421 de Marzo de 2015
13.821 Palabras (56 Páginas)330 Visitas
PLATICAR CON DIOS
Entonces me invocareis y vendréis y orareis a mí, y yo os oiré”.
Jeremías 29:12
Como hijos de Dios tenemos el privilegio de hablar con nuestro Padre Celestial en cualquier momento o lugar que deseamos, y él estará atento a escucharnos, consolarnos si estamos tristes, ayudarnos, si necesitamos ayuda, guiarnos para que nuestros pasos sean rectos y muchas otras cosas más… solo tenemos que buscarle por medio de una extraordinaria herramienta que es la Oración.
Existe en la Biblia un pasaje muy hermoso que nos habla acerca de cómo platicar con Dios y lo encontramos en Jeremías 33:3 “Clama a mí y yo te responderé, y te enseñare cosas grandes y ocultas que tu no conoces”; cuando yo era niña escuche algo hermoso sobre esta cita bíblica indicándome que: Jeremías 33:3 es el número telefónico directo de nuestro Padre Celestial, y saben porque, ya que siempre que necesitemos hablar con Dios clamemos en Oración a nuestro Señor y él siempre estará atento a escucharnos y responder a nuestras inquietudes, ya que dice que el nos enseñara cosas grandes y ocultas que nosotros como seres humanos no podemos comprender pero con la sabiduría y entendimiento que Dios pone en nosotros podremos comprender cosas extraordinarias y maravillosas que ni siquiera nos imaginamos.
YA QUE COMO DICE SU PALABRA QUE NOSOTROS LE BUSCAREMOS Y LE HALLAREMOS PORQUE LE BUSCAMOS CON TODO NUESTRO CORAZÓN.
HABLAMOS CON DIOS...
"Alzaré mis ojos a los montes, de donde vendrá mi socorro.
Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra"
Salmo 121:1,2
HABLAMOS CON DIOS...
... en Oración
En Gálatas 4:6 leemos, "Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo en vuestros corazones, el cual clama: Abba, Padre". De este versículo aprendemos que Dios el Espíritu Santo clama a Dios el Padre por medio de Sus hijos. ¡Dios clama a Dios por medio de Sus hijos! ¡Qué idea tan asombrosa! Eso es la oración: Dios dando a Sus hijos Su propio deseo de orar, Su propio poder para orar y Sus propias palabras que orar. Dios causa a Sus hijos a ver por qué deben orar, da a Sus hijos el poder espiritual para orar y los mueve a entender los temas espirituales que forman sus oraciones. Dios los ha creado y salvado por muchas razones, una de ellas es para orar.
De este versículo también aprendemos que el Espíritu Santo clama "Abba, Padre" por medio de Sus hijos. Esto también es oración: Dios moviendo a Sus hijos a invocarle como Padre, a quien desean acercarse y a quien desean revelar los secretos de sus corazones. El Dios Creador Todopoderoso quiere que los pecadores se junten alrededor de El cómo hijos queridos y bienvenidos. Dios mueve a sus hijos a ver sus necesidades y acudir a Él pues ellos confían que Él es sabio y suficientemente poderoso para ayudarles y porque confían que Él es tierno y suficientemente bondadoso para tener el deseo de ayudarles. Dios también impulsa a Sus hijos a buscarle simplemente porque le aman y porque quieren corresponder a todo el amor que Él les ha brindado.
Oración es lo que Dios quiere de parte de Sus hijos. Las oraciones lo complacen y lo hacen feliz. Él ha adoptado gente como Sus hijos con el propósito de que ellos le oren. Si usted ama a Dios como uno de Sus hijos, ¿No debe darle lo que El más quiere? Si usted es Su hijo, usted debe orar. Usted debe deleitarse en orar. Es con ese fin, que los pensamientos en este folleto han sido presentados para animarle a usted a orar con entendimiento, con audacia, y con júbilo.
Hablamos con Dios en Oración
Página
1. La Oración es la Mitad de una Conversación con Dios
2. Algunas Ideas Equivocadas acerca de la Oración
3. La Actitud Correcta del Corazón en la Oración:
Amor
Humildad
Fe
Una Nota Importante acerca del Origen de la Oración
4. El Valor Personal de la Oración
5. La Oración es una Herramienta en la Mano de Dios
6. La Forma de la Oración
¿Cómo Oramos? El lugar de la Palabra de Dios, La Biblia.
¿Cuándo y a dónde debemos Orar?
7. Oración de Peticiones
Poniendo aparte algunas Ideas Equivocadas
Oración con Acciones de gracias
8. En Conclusión
9. El Espíritu Santo y la Oración:
Entendiendo Romanos 8:26-28
10. Oración en tiempo de Enfermedad:
Entendiendo Santiago 5:13-16
________________________________________
1. La Oración es la Mitad de una Conversación con Dios.
Dios habla a Su pueblo por medio de la Biblia. El pueblo de Dios habla con El por medio de la oración. Por lo tanto, la oración es la mitad de una conversación celestial entre Dios y Su pueblo. Este hecho es la base para entender la oración.
Aunque la oración es hablar con Dios, es diferente a una conversación normal entre dos personas. Nuestras oraciones no tan sólo son una conversación casual y cortés. Tampoco estamos no más pasando el tiempo del día con pláticas ociosas hasta que encontramos algo mejor qué hacer. Por un lado, la conversación no es entre dos seres iguales. La oración es lo que una criatura le dice a su Creador. Y por otro, la conversación es entre un pecador y un Dios santo. Aún las personas salvas tienen cuerpos que codician el pecado contra el cual luchan toda su vida, incluyendo los tiempos en que van a Dios en oración. Aun así, estas realidades no desaniman al pueblo de Dios. En vez de eso, los creyentes son motivados a hablar con Dios por muchas razones. Ellos creen que Él está escuchando (Salmo 66:19). Ellos creen que El los entiende (Hebreos 2:11-14; 4:15, 16). Ellos creen que El en realidad pueden hacer algo acerca de sus preocupaciones si El así lo quiere (Salmo 115:3, 135:6, Mateo 8:2). Ellos creen que a Él le interesan todos los detalles de sus vidas (Mateo 10:30,31) y que siempre está dispuesto a hacer lo mejor para Sus hijos (Lucas 12:29.32, Efesios 1:5).
2. Algunas ideas equivocadas acerca de la Oración.
Desafortunadamente, mucha gente tiene nociones equivocadas acerca de la oración. Cuando la gente ignora o malentiende lo que la Biblia dice acerca de la oración, cuando la gente basa su pensar en la superstición, el misticismo, o en otra filosofía humana, entonces dejan de orar completamente o no oran como Dios desea que oren. Por lo tanto, es importante que consideremos y pongamos aparte algunas ideas equivocadas acerca de la oración.
La oración en sí misma no tiene poder sobrenatural. Todo poder está en Dios. Él es el Soberano Supremo. Él tiene la sabiduría y poder para hacer siempre lo que a Él le place, sin importar lo que cualquier persona diga en oración. Por lo tanto, no debemos pensar que las oraciones tienen la capacidad en sí mismas para cambiar circunstancias. La oración en sí no cambia nada. Sólo Dios lo hace.
La oración no es un ritual misterioso mediante el cual la persona que ora gana entrada a un estado más santo. No debemos pensar que la oración es igual a un conjuro mágico o mantra de trance en el cual la persona que ora se eleva a sí misma a un estado consciente más alto. La oración misma no hace justa a la gente que ora. La oración misma no cambia los corazones, ni almas de la gente que ora. Sólo Dios lo hace.
La oración no es una actividad religiosa que impresiona a Dios en forma especial. Por un lado, cuando las personas oran, no deben de pensar que están haciéndole un favor a Dios. Dios no necesita sus oraciones. Son ellos quienes necesitan orar. Por otro lado, cuando las personas oran, no deben de estar llenos de felicitación a sí mismos, como si sus oraciones les ganasen algún crédito o mérito. Cuando las personas buscan la alabanza de hombres por causa de sus oraciones, eso es todo lo que recibirán (Mateo 6:5). Y aún más peligroso, cuando las personas buscan el favor de Dios por causa de sus oraciones, ellas están practicando un evangelio de obras.
Debemos también mencionar que mucha gente sostiene la opinión de que la oración tiene poco valor real. Para ellos, la oración parece ser una cosa débil, como el último refugio que se prueba cuando ninguna otra cosa funciona. Esa distorsión sale de corazones que confían en sí mismos y están centrados en las cosas del mundo en vez de estar confiados en Dios y centrados en las cosas celestiales.
Acuérdese, la oración es hablar con Dios Todopoderoso. No debemos esperar que las palabras de hombres tengan algún poder o valor especial. Y no lo tienen. También, debemos contar con que solamente Dios tiene toda la sabiduría y poder necesarios para suplir las necesidades de los que oran. Y sí lo tiene.
A raíz de que la gente es pecadora, el ego, el amor propio, el deseo mundano, y el confiar en sí mismos están ligados a sus mentes y corazones y distorsionan su opinión de la oración. Por lo tanto, debemos poner a un lado cualquier idea centrada en el hombre, o ideas mundanas acerca de la oración en nuestro esfuerzo de pensar acerca de la oración lo más exacta y claramente como sea posible.
3. La Actitud correcta del corazón en la Oración.
Cuando oramos, lo que pensamos en la más íntima parte de nuestros corazones, acerca de Dios, de nosotros, y de otras personas, es más importante que lo que le decimos a Dios y más importante que cómo lo
...