Principios Luteranos
jefferzaldivar9 de Octubre de 2013
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PRINCIPIOS LUTERANOS
ADAPTACIÓN
Jéffer Zaldívar Rodríguez
ÍNDICE
ÍNDICE 2
INTRODUCCIÓN 3
¿POR QUÉ UNA TEOLOGÍA LUTERANA? 4
LA GRACIA 5
¿Qué quiere decir esto? 5
¿Escudriñando las Escrituras? 6
En nuestra experiencia personal 6
LA PALABRA 6
¿Qué quiere decir esto? 6
Escudriñando la escrituras 7
En nuestra experiencia personal 7
DIOS ME CREÓ Y ME CONOCE 7
¿Qué quiere decir esto? 7
Escudriñando las escrituras 7
En nuestra experiencia personal 8
JESÚS ME AMA Y ME SALVA 8
¿Qué quiere decir esto? 8
Escudriñando las Escrituras 8
En nuestra experiencia personal 9
EL ESPÍRITU SANTO ME LLAMA Y ME FORTALECE 9
¿Qué quiere decir esto? 9
Escudriñando las Escrituras 9
En nuestra experiencia personal 9
LA ADORACIÓN 10
¿Qué quiere decir esto? 10
Escudriñando las Escrituras 10
En nuestra experiencia personal 10
LOS SACRAMENTOS 11
¿Qué quiere decir esto? 11
Escudriñando las Escrituras 11
En nuestra experiencia personal 12
LA VOCACIÓN 12
¿Qué quiere decir esto? 12
Escudriñando las Escrituras 12
En nuestra experiencia personal 12
LA MISIÓN 13
¿Qué quiere decir esto? 13
Escudriñando las Escrituras 13
En nuestra experiencia personal 13
LA LEY Y EL EVANGELIO 13
¿Qué quiere decir esto? 14
Escudriñando las Escrituras 14
En nuestra experiencia personal 14
SANTOS Y PECADORES 14
¿Qué quiere decir esto? 15
Escudriñando las Escrituras 15
En nuestra experiencia personal 15
LOS DOS REINOS 15
¿Qué quiere decir esto? 15
Escudriñando las Escrituras 15
En nuestra experiencia personal 16
VOCABULARIO LUTERANO 16
PRINCIPIOS LUTERANOS
Autoras del original en inglés: Beth Ann Gaede y Margaret Marcrander
Traducción al español: Víctor Eduardo Jortack
Adaptación para Centroamérica (Costa Rica): Jéffer Zaldívar Rodríguez
El presente documento puede ser duplicado total o parcialmente por los medios que se deseen, para el beneficio de la comunidad luterana costarricense y centroamericana.
INTRODUCCIÓN¬¬¬¬¬¬
Al cabo de tres días lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. (Lc. 2: 46)
América Latina experimentó el saqueo, destrucción y muerte de los conquistadores europeos desde el año 1500, lo cual le ha colocado desde ese entonces en una situación de vulnerabilidad. Los grupos autóctonos fueron sojuzgados por extranjeros y criollos; la población negra traída desde África o Jamaica, fue unida al grupo de los desheredados de esta tierra. Tras siglos de opresión y maltrato, se fue configurando una forma de experimentar, de sentir y de vivir, que a pesar de los pocos y esporádicos levantamientos, pareciera que lo normal era ser vulnerado en la dignidad humana.
Tantos maltratos y vejaciones hicieron que la música, la danza, los cuentos e incluso las religiones, se convirtieran en un sistema de aguante, de resistencia o de escape al sufrimiento. La realidad Centroamericana, y costarricense a pesar de sus particularidades, no ha escapado a esta situación. Así, muchos movimientos religiosos se han convertido en un escape alienador a las dificultades, ya sean personales, familiares o sociales. Las iglesias se llenan de gentes que quieren saber de Dios, del poder del Espíritu, de la salvación de Jesús en la cruz; pero, no quieren saber nada de los problemas de su barrio, de las dificultades de su familia, de la situación política del país…
A pesar de tantos siglos de sufrimiento, y del deseo de las gentes de tener un descanso, no podemos actuar como el avestruz sólo escondiendo la cabeza. Los problemas deben ser enfrentados con denuedo, para que las nuevas generaciones no vivan lo mismo o peor. Como Iglesia Evangélica de Confesión Luterana, como Iglesia Luterana Costarricense, estamos llamados a dar una respuesta comprometedora, a vivir un cristianismo unido a los sufrimientos de nuestros pueblos. Cuando vamos a la iglesia no sólo vamos a alabar a nuestro Dios, vamos a sufrir, celebrar y sentir con nuestra gente.
Como cristianos, vamos a la iglesia porque anhelamos hacer preguntas y encontrar respuestas. Además, vamos a la iglesia a ofrecer cánticos de alabanza y oraciones a Dios, mientras que a su vez buscamos conocer más de cerca al Dios a quien alabamos y adoramos. En el texto bíblico del evangelio de San Lucas, Jesús provee un modelo para todo aquel que cruza por el umbral de las puertas de la iglesia: para los que preguntan, para los que aprenden, para los que enseñan.
Al igual que Jesús, todos también hemos de responder al llamado del Espíritu en medio de nuestro contexto. Dios promete recibirnos tal y como somos, y por ningún motivo nos juzga debido a la clase de inquietudes o retos que le presentemos al Señor en oración. Dios nos acepta así como somos, porque él sabe de la gran variedad de dones que cada uno tiene, incluyendo las propias experiencias, conocimientos, y sensibilidades que contribuyen al crecimiento de una fe viva en Jesucristo.
Principios Luteranos ha sido diseñado para ayudar al cristiano a crecer en entendimiento, apreciación y práctica de la fe cristiana. Este recurso tiene un propósito:
• promover un bosquejo de la fe cristiana desde una perspectiva luterana,
• ayudar a reflexionar y a expresar con mayor confianza la fe cristiana y la tradición luterana;
• ofrecer un entendimiento más profundo de la fe, mientras se afianza la relación con el Dios que nos crea, nos redime y nos santifica;
• ayudarnos en nuestro crecimiento como Iglesia Luterana Costarricense.
¿POR QUÉ UNA TEOLOGÍA LUTERANA?
Meditaré en tus preceptos y pondré mi atención en tus caminos. (Sal 119: 15)
De vez en cuando es necesario tomar tiempo para reflexionar sobre el significado que tiene para nosotros cualquier relación, la cual consideramos seria y profunda. Lo mismo ocurre con nuestra relación con Dios.
Teología es la palabra que usamos para expresar y vivir nuestra relación con Dios. Teología no es fe en sentido de confianza, sino que es el resultado de nuestro esfuerzo por entender a Dios y entonces aprendemos que Dios es digno de confianza. Mirando hacia el pasado podemos ver como Dios se ha movido a través de la historia, a través de las demás personas y a través de nosotros mismos.
La fuente primordial de la teología luterana está arraigada en el entendimiento de la revelación de Dios en la persona de Jesucristo como testigo de las Sagradas Escrituras. El mensaje de la Biblia se entrelaza a través de las historias bíblicas que nos revelan la pasión irresistible de Dios por todo ser viviente. Aun más, las historias de las Sagradas Escrituras nos demuestran una y otra vez, la magnitud del deseo divino para establecer una relación profunda con nosotros. Por eso, cada vez que reflexionamos sobre las historias bíblicas y sus temas, llegamos a conocer mejor a Dios.
Los luteranos entendemos que el corazón de la Biblia encierra el testimonio que Jesucristo dio a toda la humanidad. Si prestamos atención a las enseñanzas de Jesús y a su conmovedor acto de amor por nosotros en la cruz y en la resurrección, podemos entender a Dios como misericordioso y como digno de confianza. Pero, no es sólo el acto de la cruz en sí, sino lo que llevó a Jesús a la cruz; su entrega decidida por los más necesitados, débiles y desprotegidos de su tiempo. Por eso es que los luteranos en Centroamérica, no podemos entender un verdadero compromiso cristiano sin una entrega total a las necesidades sociales de nuestra gente.
Asimismo, para los luteranos las Sagradas Escrituras son relevantes para entender cómo vivir nuestras vidas, ya que al escuchar el mensaje de las Sagradas Escrituras llegamos a discernir y a reflexionar cómo Cristo camina con nosotros diariamente. Por ejemplo, si sabemos que Jesús es digno de confianza, debemos preguntarnos si él es verdaderamente el Dios en quien de hecho depositamos nuestra confianza. O si por el contrario, tenemos otros dioses a quienes damos preferencia, tales como el dinero o nuestros gustos personales que nos alejan del sufrimiento de nuestro hermano o hermana.
Nuestra teología nos invita a reflexionar sobre cómo debemos vivir fielmente si queremos llevar y conservar una relación estrecha e íntima con nuestro Dios. Comenzando por vivenciar esta relación la examinamos y reflexionamos una y otra vez.
La participación en la reflexión teológica nos ayuda a:
• guiar y sostener al pueblo de Dios por medio de un proceso constante de formación en la fe;
• equipar a los creyentes para proclamar la gracia de Dios a toda la gente;
• ayudar a los individuos a vivir fielmente en una relación íntima con Dios, unos con otros, y con toda la creación;
• asegurar que la sabiduría
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