Psicopatologia
Enviado por Indyraa • 16 de Octubre de 2014 • 2.347 Palabras (10 Páginas) • 188 Visitas
UNIDAD III CONCEPTOS DE PSICOPATOLOGÍA EN EL MARCO SISTÉMICO
LA PSICOTERAPIA RELACIONAL SISTÉMICA Y EL PSICOTERAPEUTA*
1. ¿ Qué es la psicoterapia? Una perspectiva relacional sistémica.
“...lo que la gente no sabe es infinito...cosas que en realidad saben y creen que no las saben”
Milton H. Erickson
“ Rigurosamente hablando, la cuestión no es cómo curarse sino cómo vivir.”
Joseph Conrad
Desde los albores del enfoque sistémico se ha planteado que para hablar de psicoterapia se debe mencionar el
cambio1, los pacientes acuden al psicoterapeuta para cambiar algo de sus vidas, muchos tienen la esperanza de
que exista en las habilidades del profesional algo de magia para hacer desaparecer su dolor2, o parafraseando a
Moni Elkaim3: los pacientes piden cambiar sin que se los cambie; esto es “ayúdeme a dejar de sufrir pero sin
cambiar mi situación”.
La disfuncionalidad de un sistema se caracteriza por su tendencia a la equifinalidad, esto es a actuar para
reducir al máximo la entropía4, la idea de que el equilibrio, la estabilidad, el control son sinónimos de salud y
felicidad generan tal resistencia al cambio al grado que se llega a creer en la certidumbre absoluta. Pero un
sistema activo necesita expandirse, crecer y las interacciones entre sus elementos quiérase o no producirán
tarde o temprano ciertos niveles entrópicos internos ocasionando una crisis dentro del sistema.
Es en ese estado que nos buscan las familias, las parejas, los grupos y los individuos, con la esperanza del no
cambio, con la expectativa de que la psicoterapia les ofrezca la paz, el equilibrio, la felicidad, la entropía cero.
Es así que es posible encontrar terapeutas formados para mantener los estados estables en los pacientes, claro
está que ante tal labor se anula la posibilidad de crecimiento del sistema definido como consultante.
La visión del síntoma como emergencia del sistema familiar para modificar su estructura estable, fue
propuesta por los pioneros del enfoque sistémico aplicado a la psicopatología5, por ende el objetivo
terapéutico cambió de considerar al síntoma como un enemigo al que se debe exterminar al de un amigo para
modificar la disfuncionalidad del sistema, de tal manera que una vez cumplida su función el síntoma
abandona la empresa. Una vez le comuniqué esta idea a una paciente anoréxica de la siguiente manera: “tu
problema es el grito desesperado de tu alma para que escuches a tu corazón y abras los ojos...”, escuchó, miró,
le dolió lo que vio, en vez de hablar a través de un síntoma que nadie en casa entendía, le puso palabras a su
dolor.
El síntoma es una forma de decir lo que la palabra no alcanza a decir, o lo que los oídos de los demás no
quieren escuchar. El síntoma emerge como un refugio, protege, defiende ante el impacto insostenible de la
negación del ser.
El síntoma es producto de la “ilegitimación”, es consecuencia de un falso amor. Quien ama acepta, le alegra la
felicidad del ser amado aunque ésta no coincida con las expectativas del amador, entonces la persona se
entrega, se encuentra, hay intimidad; en cambio, el síntoma es la escafandra que nos protege del que dice amarnos cuando en realidad ama lo que espera de uno, no acepta, condiciona, plasma sus expectativas
anulando la existencia auténtica. El dolor es insoportable, se busca refugio en alguien, al no encontrarlo el
individuo construye un absurdo: el falso dolor, el síntoma. Salpica entonces esa especie de sangre plástica que
cual ácido sulfúrico quema la piel de quien no sabe amar, es en ese momento que la familia busca ayuda.
Suele suceder también que el síntoma protegió a la persona del dolor, una vez resulta la situación, se da una
especie de enamoramiento por el síntoma, el mismo no es útil, pero se instala silencioso en el ser, se lo usa en
situaciones diversas, o se manifiesta aunque no se quiera. Muchas veces el paciente dice: “no es por mi
voluntad, me viene, ocurre”; palabras que hacen pensar en el síntoma como una entidad con vida propia e
independiente. ¡Qué difícil entender que es preferible el síntoma al dolor infame! El celoso prefiere vivir con
la idea del control absoluto de su pareja a asumir que no puede controlarse a sí mismo, el adicto prefiere
luchar contra la droga que mirar su profunda soledad, el fóbico achacarle al objeto fóbico por todos sus
pesares que asumir su cobardía, la anoréxica refugiada en su cuerpo antes que continuar creciendo, etc.
El síntoma ayuda a sobrevivir, impide vivir6, por eso el objetivo de la psicoterapia va más allá de la
eliminación del síntoma, se dirige a entregar al paciente a la vida, el síntoma es un pretexto para la terapia,
para que se de el cambio no es suficiente la extinción del síntoma, cuando éste desaparece lo que queda es el
vacío y la esperanza se esfuma. Recuerdo una paciente adolescente con un problema de disfemia
(tartamudez), pensaba que el día que dejaría de tartamudear
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