Que el joven descubra, viva y acepte la sexualidad como don divino de Dios, haciendo de ella un instrumento de santificación que lo lleve a unirse a Cristo Jesús según la condición de estado de vida (vocación específica).
Enviado por Marai Monroy • 15 de Marzo de 2017 • Resúmenes • 8.037 Palabras (33 Páginas) • 217 Visitas
EN NOSOTROS LOS JÓVENES
OBJETIVO GENERAL
Que el joven descubra, viva y acepte la sexualidad como don divino de Dios, haciendo de ella un instrumento de santificación que lo lleve a unirse a Cristo Jesús según la condición de estado de vida (vocación específica).
PARTE 1
EL PLAN DE DIOS SOBRE LASEXUALIDAD
TEMA 1. Mi identidad como hijo de Dios (Jorge-Fa)
DURACIÓN: 50 minutos
OBJETIVO ESPECÌFICO:
Reconocerme hombre-mujer como creación perfecta de Dios.
IDEAS CLAVE:
Identidad cuerpo (anatomía de la mujer -hombre) 1Tes 5,23
alma (diferencias en cuanto al pensamiento hombre-mujer)
espíritu (nos llama al amor)
Fuiste creado para pensar y elegir
ESQUEMA DEL TEMA:
DESARROLLO
a) Introducción:
Hay una escuela de pensamiento que sostiene que el alma en verdad es la que identifica a una persona, no su cuerpo. En otras palabras, el alma es el verdadero yo. El cuerpo muere, después de todo, y el alma va al cielo (o al otro lugar).
En esta visión el cuerpo es como una prisión del alma y siempre nos hace cometer malas acciones. Podrías clasificar estas ideas como las que están “en contra” del cuerpo.
Los seres humanos somos personas - cuerpo? Tenemos un alma con intelecto y voluntad, asi que pertenecemos al mundo espiritual, y además tenemos un cuerpo con todos sus sentidos, asi que pertenecemos al mundo material. Pues bien, cuando uno lo piensa, esto significa que los seres humanos son lo “mejor de ambos mundos”
El capítulo 2 del libro del Génesis comienza con la creación del primer hombre, Adán, a partir del polvo o la arcilla de la tierra. Adán recibe su nombre de la materia de la que está hecho (adamah es la palabra hebrea que significa “tierra”). Después de que Dios crea a Adán de la arcilla, sopla dentro de él “el aliento de vida” y Adán se convierte en un “ser viviente”. La palabra hebrea para “aliento”, ruah, es la misma palabra para “espíritu”. Así, el aliento de vida indica que los seres humanos son seres tanto físicos como espirituales. En otras palabras, ello son personas - cuerpo.
Existe una corriente de pensamiento que sostiene que el alma es la que identifica a una persona, no su cuerpo. En otras palabras, el alma es el verdadero YO. El cuerpo muere, después de todo, y el alma va al cielo (o al otro lugar…). En esta visión, el cuerpo es como una prisión del alma y siempre nos hace cometer malas acciones. El hecho de que muramos y que nuestras almas se separen de nuestros cuerpos no es parte del plan original de Dios para nosotros. A pesar de que la muerte es natural para los seres con cuerpos, en “el principio” Dios dio a los seres humanos el don o regalo de la inmortalidad, para que sus cuerpos asumieran la cualidad inmortal de sus almas. Ellos mantendrían este regalo en tanto sus almas estuvieran adheridas a Dios. Así, podrías decir que Dios “los mantendría juntos” en tanto “se mantuvieran unidos a Él”. Por lo tanto, para los seres humanos la muerte es una consecuencia del pecado original.
Pero si el cuerpo fuera malo, el Hijo de Dios nunca hubiera sido encarnado, y Él ciertamente no hubiera recuperado Su cuerpo después de que murió. Jesús ascendió al cielo en cuerpo y alma. Si esto no fuera suficiente, la bienaventurada Virgen María fue elevada al cielo en cuerpo y alma.
Ahora bien, el que seamos igualmente cuerpo y alma no significa que ambas partes jueguen un mismo papel. Se considera que el alma debería estar “a cargo de “ o, en un lenguaje tradicional, “mover” al cuerpo. E incluso dentro del alma hay cierta jerarquía u orden de poderes. Se considera que el intelecto debería estar a cargo de o mover a la voluntad.
b) Presentación del tema:
Cita:
La teología de hoy día está intentando superar la influencia de las antropologías dualistas que colocan la imago Dei exclusivamente en relación al aspecto espiritual de la naturaleza humana. La antropología bíblica excluye el dualismo mente-cuerpo. Al hombre se le considera en su totalidad. Esta presupone claramente la unidad del hombre y comprende cómo la corporeidad sea esencial a la identidad personal.
El cuerpo llega a ser templo del Espíritu Santo.
Finalmente, que el cuerpo sea parte esencial de la persona humana está insito en la doctrina de la resurrección del cuerpo al final de los tiempos, que hace comprender cómo el hombre exista en la eternidad como persona física y espiritual completa.
Para mantener la unidad de cuerpo y de alma enseñada en la Revelación, el Magisterio adopta la definición del alma* humana como "forma substantialis". Aquí el Magisterio se basa en la antropología tomista que, recorriendo a la filosofía de Aristóteles, ve al cuerpo y al alma como los principios materiales y espirituales de un solo ser humano[1].
Si el alma, creada a imagen de Dios, forma la materia para constituir el cuerpo humano, entonces la persona humana en su conjunto es portadora de la imagen divina en una dimensión tanto espiritual como corpórea.
[1] ¿Cómo es que en el hombre el alma y el cuerpo forman una unidad?
La persona humana es un ser al mismo tiempo corpóreo y espiritual En el hombre el espíritu y la materia forman una única naturaleza. Esta unidad es tan profunda que, gracias al principio espiritual que es el alma, el cuerpo, que es material, llega a ser un cuerpo humano y viviente, y participa de la dignidad de imagen de Dios (Compendio CEC. 69).
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