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Relación entre Citas del Nuevo Testamento


Enviado por   •  25 de Julio de 2021  •  Exámen  •  1.755 Palabras (8 Páginas)  •  88 Visitas

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NUEVO TESTAMENTO

  • Evangelio según San Marcos. –

Este Evangelio apostólico, es el más antiguo, fue el primero en ser presentado en forma escrita, cerca del año 70 de nuestra era.

Su autor fue un discípulo, más precisamente un intérprete del Apóstol Pedro, cuyo nombre completo era Juan Marcos, fue un cristiano helenista griego, posiblemente judío.

Está dirigido a cristianos provenientes del paganismo, que no conocían las costumbres judías, Marcos se las explica y traduce las expresiones arameas que utiliza en varias ocasiones, menciona elementos romanos.

Su estilo es vivo y popular y está lleno de espontaneidad, aunque su lenguaje es pobre y rudimentario.

  • Evangelio según San Juan. –

Es un Evangelio gnóstico-cristiano, cuya escritura fue concluida hacia el año 100 dC

La Tradición cristiana sostiene que su autor es el Apóstol Juan, en el Evangelio hay varios indicadores que lo corroboran, pero es sabido que la redacción final del libro es el resultado de una larga elaboración en la que intervinieron los discípulos del Apóstol.

Sus destinatarios inmediatos era la comunidad de Asia Menor.

  • Cartas Paulinas – CARTA A LOS ROMANOS. –

Esta Carta fue escrita probablemente entre los años 55 y 57.

Su autor es el Apóstol Pablo, quien comienza el saludo inicial diciendo ser el servidor de Jesucristo, llamado para ser Apóstol y elegido para anunciar la Buena Noticia de Dios.

Había concluido su tercer viaje misionero en Oriente y para preparar su visita a los cristianos de Roma, el Apóstol les envía una carta.

  • Cita bíblica: Mc 6, 30 – 44  

Comentario teológico:  Las cuatro fuentes del texto sagrado corren paralelas: Mateo 14:13–36; Lucas 9:10–17; Juan 6:1–24.

Los apóstoles se juntaron con Jesús—probablemente en Cafarnaúm, al regresar de su misión. Luego, como habría oído los informes de los Doce con el más profundo interés, y probablemente con algo de las emociones que sintió antes al regreso de los Setenta, buscó la tranquilidad para meditar quietamente en el comienzo de la predicación y en el progreso de su reino. Además, estaba cansado de la multitud que iba y venía, la cual le privaba aún de tiempo para tomar sus alimentos, y deseaba descansar por lo que se fueron en un barco al lugar desierto aparte “de la otra parte de la mar de Galilea, que es de Tiberias”, dice Juan (6:1). Y saliendo Jesús “bajando a tierra” Viendo las multitudes que le habían seguido por tierra y que aún habían llegado antes que él, se conmovió tan profundamente y sintió tal compasión por ellas al verlas como ovejas que no tenían pastor, que estuvo dispuesto a renunciar a su retiro y descanso para poder servirlos. Aquí tenemos un detalle importante sacado del Cuarto Evangelio (Juan 6:4): “Y estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos”. Esto explica por qué había multitudes que le rodeaban: estaban en camino a Jerusalén para celebrar aquella fiesta. Pero Jesús no fue a Jerusalén a esta fiesta, como nos lo dice Juan (7:1) expresamente, sino que se quedó en Galilea porque los gobernantes judíos buscaban matarle. Y como ya fuese el día muy entrado sus discípulos llegaron a él, diciendo - Envíalos para que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor, y compren para sí pan; porque no tienen qué comer—(Juan (6:5, 6) nos dice que “Jesús … dice a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? Mas esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. Y respondiendo él, les dijo—“No tienen necesidad de irse” (Mateo 14:16)—Dadles de comer vosotros—Esto fue dicho sin duda a fin de prepararlos para el gran acontecimiento que había de seguir. Y le dijeron: ¿Que vayamos y compremos pan por doscientos denarios, y les demos de comer? —“Respondióle Felipe: Doscientos denarios de pan no les bastarán, para que cada uno de ellos tome un poco” (Juan 6:7). Y él les dice: ¿Cuántos panes tenéis? Id, y vedlo. Y sabiéndolo, dijeron: Cinco, y dos peces—Juan es más preciso y explícito: “Dícele uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro: Un muchacho está aquí que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; ¿qué es esto entre tantos?” (Juan 6:8, 9). Probablemente esto era todo lo que estaba a la disposición de los discípulos en aquella ocasión, y apenas era suficiente para la comida de uno de ellos. “Y él les dijo: Traédmelos acá” (Mateo 14:18). Y les mandó que hiciesen recostar a todos por partidas sobre la hierba verde. Y se recostaron por partidas, de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta, de esta forma aun la persona más distante podía ver lo que él hacía—bendijo—Juan (6:11) dice: “habiendo dado gracias”; pero el sentido es igual. Esta acción de gracias por la comida que alimentaría a miles, y el acto de bendecirla fue el clímax del milagro—y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante—presentando así, virtualmente a estos hombres, como sus futuros ministros—y repartió a todos los dos peces. Y comieron todos, y se hartaron—Los cuatro evangelistas mencionan este hecho, para mostrar así que, aunque era grande la multitud y escasas las provisiones, la comida para cada uno de ellos fue abundante. “Y como fueron saciados, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que han quedado, para que no se pierda nada” (Juan 6:12). Esto tenía por objeto hacer resaltar la magnitud del milagro. Y alzaron de los pedazos doce cofines llenos, y de los peces.

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