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Ritual De Exequias


Enviado por   •  10 de Abril de 2014  •  2.119 Palabras (9 Páginas)  •  685 Visitas

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Ritual de exequias.

José Luis López Tinajero.

Parroquia Cristo Rey, Nuevo Vergel.

RITO DE ACOGIDA

SALUDO

El sacerdote, revestido con los ornamentos para la celebración de la Misa, se dirige a la puerta de la Iglesia. Si las condiciones del lugar lo permiten, saluda a los presentes con toda amabilidad, comunicándoles, con sus palabras el consuelo de la fe, lo puede hacer con las siguientes palabras y otras semejantes:

Hermanos: la muerte de nuestro (a) hermano (a), nos entristece y nos recuerda, una vez más, hasta qué punto es frágil y breve la vida del hombre. Pero, en este momento triste la fe nos debe confortar porque nos asegura que Cristo vive eternamente y que el amor que Él nos tiene es más fuerte que la misma muerte. Que nuestra esperanza no vacile. Que el Padre de la misericordia y Dios de todo consuelo nos conforte en esta tribulación.

O bien:

Hermanos: ustedes han sufrido mucho al perder un ser querido. Pero en este momento de dolor podemos decir, llenos de esperanza: “Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo: “Él nos conforta en toda tribulación”. (2 Cor 1,3-4)

Otros textos bíblicos que puede citar:

“Confíate al Señor y El cuidara de ti; espera en El y te allanara el camino” (Sir 2,6)

“Venid a mi todos los que están fatigados y abrumados por la carga, y yo los aliviare: dice el Señor” (Mt 11,28)

Rocía el cuerpo del difunto con agua bendita.

Monición introductoria

Antes de comenzar la Misa el sacerdote se dirige a los fieles congregados con estas palabras u otras semejantes:

Para adultos:

Hermanos: han venido ustedes a acompañar el cuerpo de… con quien tenían vínculos de parentesco, de amistad y de estima, mientras estaba con nosotros. Nuestro hermano(a), que fue recibido en la gran familia de los hijos de Dios por el bautismo, ha completado su peregrinación y su testimonio. Que nuestra oración lo(a) acompañe a la Iglesia del cielo, para que el Señor le dé la posesión del Reino y a sus familiares, amigos y conocidos los confirme en la paz y en la paz cristiana.

O bien:

Hermanos: nos hemos reunido hoy, en un momento especialmente triste y doloroso en primer lugar para confesar, ante el cadáver de nuestro(a) hermano(a)… nuestra vida no termina frente al sepulcro. Y también para rodear con nuestro afecto y nuestra plegaria a los amigos que están tristes por la muerte de aquel (aquella) a quien amaban. Y, finalmente para pedirá a Dios que perdone las culpas que durante su vida cometió nuestro(a) hermano(a). Que el Señor escuche nuestras plegarias y se compadezca ante las lágrimas de los que lloran.

Para niños:

Queridos hermanos: la celebración que hoy nos congrega aquí, junto a unos padres (Familiares) desolados por la muerte de su hijo(a) pequeño(a)…. Nos sume a todos en una angustia casi indecible. Resulta realmente difícil aunar la niñez con la muerte, en el inicio de una vida que apenas había comenzado con este fin brusco que estamos contemplando. Si siempre la muerte nos conturba y nos llena de interrogantes, la muerte de un niño nos escandaliza. La fe cristiana, que ilumina el camino de los creyentes en Jesús, en esta circunstancia no llega a ahuyentar ni el dolor ni el desconcierto. El mismo Jesús, recordarlo en este momento puede aliviar nuestras lágrimas, se conturba ante la muerte de su amigo Lázaro y se mueve a compasión ante la desolación de una vida que llora a su hijo.

La voz del (de la) pequeño(a)…, a todos nos anuncia, a su manera, una vida nueva, la vida sin fin del Reino de Dios, aquella vida en la que seremos amados sin oscuridades ni turbación, sin lagrimas y sin mierte: “el amor, dice el Cantar de los Cantares, es mas fuerte que la muerte”. El (la) niño(a) a quien hoy lloramos nos invita a todos a creer en este amor y en esta vida.

MISA EXEQUIAL

Antífona de Entrada

Oración Colecta

Liturgia de la Palabra

Oración de los fieles

Para adultos:

Oremos con la fe a Dios Padre, para quien toda criatura vive, y pidámosle que escuche nuestra oración.

- Para que perdone los pecados de su siervo(a)… y acepte sus buenas obras, roguemos al Señor.

- Para que lo (la) libre de toda pena merecida por sus culpas y pueda participar ya en el descanso eterno, roguemos al Señor.

- Para que, dejado ya este mundo, goce eternamente en el paraíso, roguemos al Señor.

- Para que a nosotros el Espíritu Santo nos lleve por las sendas de la fe y nos de la esperanza firme de alcanzar, junto a nuestro(a) hermano(a), el reino eterno, roguemos al Señor.

Señor, Dios, nuestro aunque no comprendemos porque has querido privarnos tan dolorosamente de la presencia de nuestro(a) hermano(a), creemos que continuas siendo nuestro Padre y por eso elevamos confiadamente a Ti nuestras plegarias: escuche, pues, nuestras oraciones y concedemos los bienes que te hemos pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien:

Elevemos ahora nuestras suplicas al Señor, implorando los bienes de su misericordia y de su bondad.

- Para que el Señor mitigue el dolor de sus familiares que lloran la muerte de tu siervo(a)… roguemos al Señor.

- Para que los ayude, a fin de que sepan hallar en la fe consuelo y esperanza, roguemos al Señor.

- Para que acreciente la fe de los fieles y libre al mundo de todo mal, roguemos al Señor.

- Para que avive en todos nosotros la esperanza de la resurrección, roguemos al Señor.

Señor, Dios, nuestro aunque no comprendemos porque has querido privarnos tan dolorosamente de la presencia de nuestro(a) hermano(a), creemos que continuas siendo nuestro Padre y por eso elevamos confiadamente a Ti nuestras plegarias; escuchar, pues, nuestras oraciones y

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