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Ritual A.A.


Enviado por   •  10 de Junio de 2015  •  2.226 Palabras (9 Páginas)  •  253 Visitas

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El objetivo de este trabajo es apuntar algunas líneas de reflexión sobre los aspectos simbólicos y de carácter ritual que presentan las comunidades terapéuticas de rehabilitación de alcohólicos, Alcohólicos Anónimos (AA). Para ello partimos del trabajo de campo etnográfico realizado en agrupaciones AA de la ciudad de México. Estas comunidades de apoyo a alcohólicos ofrecen una “salida” de corte si no casi religioso, sí trascendentalista y/o espiritual a quienes se acercan a ellas, ofreciendo singulares vínculos con aspectos de la reflexión clásica sobre el ritual.

En lo que se refiere a la cuestión simbólico-ritual, estas comunidades presentan muchos aspectos clave en estudios antropológicos como la separación del cuerpo social; discursos y prácticas simbólicas que apuntan a la búsqueda de una solución trascendente de conflictos.

Así pues, analizare el rito de AA en dos planos, uno en sentido cultural, centrado en la estructuración y eficacia ritual de las práctica terapéuticas de estas comunidades en la reconstrucción del individuo alcohólico; y otra en un sentido más social, dirigido hacia los vínculos y repercusiones sociales de estas prácticas, lo que lo relacionaría con su funcionalidad hacia la construcción de sentido en torno a la experiencia sociocultural del alcoholismo.

Las comunidades de AA nacen en Estados Unidos a principios del siglo XX, teniendo una fuerte relación de influencia, como es lógico, con su contexto de surgimiento; esto es, con la idea de espiritualidad así como con la percepción liberal de la relación comunidad-sociedad-individuo, y en este caso su injerencia sobre el problema del alcoholismo, en cuya construcción y reparación mezcla a partes iguales la dimensión social y espiritual (moral).

A partir de ese momento han tenido un crecimiento increíble en todo el mundo, especialmente en América Latina. Las comunidades de AA llegan a México en los años 60, primero en el Distrito Federal y luego comienza a expandirse por las grandes urbes, en un proceso de extensión rapidísimo a todo el país.

De hecho, AA y su lógica se halla entre las dos grandes lógicas de occidente, el capitalismo y el cristianismo. Resulta muy llamativo, en las juntas y también durante los testimonios, la naturalidad con que los miembros de estas comunidades, de ambas variantes, hacen referencia a la dimensión espiritual del programa, o a su relación con "su poder superior”, mezclando la base lógicamente de su literatura (pasos y tradiciones básicamente) y los principios de AA con las percepciones religiosas, en muchos casos propias del catolicismo mexicano.

Al visitar un centro de AA se puede observar que existen varios detalles estructurales, que conforman los principios básicos del programa, entre ellos el anonimato. Donde se incrustan alrededor de mecanismos de control y reproducción sociales esencialmente tradicionales, algo que del mismo modo sucede con otra pieza fundamental del programa terapéutico, que es conocido como “padrino”.

AA vincula la dimensión moral/espiritual del individuo y de la sociedad. Tras la observación del ritual y la ceremonia que se desarrolla dentro del programa pude considerarlo como una religión, ya que existen diferentes aspectos que la relacionan con el evangelismo: Dios como fuerza superior a la que encomendarse, que siempre perdona o al protestantismo: conversión, confesión y testimonio de los salvados, además de la relación personal con Dios; en este caso en el momento en que el tribuno da su testimonio y que les sirven para construir, desde un cierto culturalismo.

En mi experiencia personal al presenciar todo lo que se desarrolla dentro de este tipo de grupos podría decir que se trata de comunidades de re-humanización, con un lenguaje que le da apariencia de hecho religioso, es la búsqueda de una re-socialización del sujeto a partir de una reconstrucción que pasa por la positivación de los factores socio-psicológicos y que, por otra parte, sirven para construir el estigma del alcoholismo: familia, delincuencia, soledad, violencia

En ese punto entre muchos otros, es donde se sitúa la potencia y la eficacia simbólica de la acción ritual de AA.

Aceptaría la hipótesis de que lo que hay de sagrado en AA tiene centralidad como elemento clave a la hora de rectificar las categorías de percepción social- individual del alcohólico, su relación y reconstrucción, reorientación del entorno, al igual que puede suceder con ciertas experiencias religiosas e incluso con el catolicismo popular, por ejemplo cuando alguien se encomienda a la virgen para no beber durante un cierto tiempo. Tanto es así que las referencias a una figura divina en las juntas tiene más que ver con la búsqueda de sentido, en forma de destino: “el poder superior te trajo hasta aquí”, “si te encomiendas a él y sigues tu programa, podrás dejar el trago” o “gracias a Dios, después de todo lo que pasé e hice, aquí estoy, entero”. Se trata de frases muy habituales sobre la presencia de la figura del “ser superior” por quien pasa casi todo, incluidos muchos aspectos de la vida cotidiana.

Ponen en juego o tocan el tejido social ligado a lo que podemos entender como “lo sagrado”, dentro de la comunidad pone al individuo en una dinámica de resituamiento y reconstitución de los límites de su “epistemología sobre sí” y sobre la enfermedad.

Este cambio, que es la finalidad del proceso terapéutico, obra sobre todo a partir de la participación del individuo en las juntas diarias, juntas que podríamos considerar como muy cercanas a lo que cualquiera entendería por un ritual.

Considero que a pesar de que el objetivo sea el dejar el alcohol o la droga, el fin principal de las dos variantes de AA, tanto de 24 hrs como de hora y media coinciden esencialmente en la reconstitución del self, y también en cuanto a la estructura y desarrollo de las juntas terapéuticas, o a la funcionalidad de la literatura AA en el proceso de recuperación. En realidad sus diferencias básicas están relacionadas con los sectores socio-económicos que acuden a cada una de ellas, más cercanos a la clase media en AA tradicional y de una mayor vulnerabilidad en AA 24 horas. Además AA 24 horas cuenta con una fase inicial de internado y con una mayor radicalidad en el entendimiento de la cohesión comunitaria frente a AA tradicional.

Cuando alguien llega por primera vez a AA pidiendo ayuda, con obvias diferencias si lo hace por voluntad propia o forzado por su familia, además del estado de alcoholización en que se encuentre, comienza o puede comenzar todo un proceso de cambio, de re-conceptualización de su entendimiento de sí mismo,

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