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Ritual del Responso y Exequias


Enviado por   •  11 de Julio de 2017  •  Reseñas  •  1.309 Palabras (6 Páginas)  •  368 Visitas

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Ritual del Responso y Exequias

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Parroquia Santuario

Milagroso Niño Jesús de Praga

Responso

El rito de difuntos lo puede celebrar cualquier cristiano.

Saludo

Los invito a iniciar nuestra oración por el descanso eterno del alma de nuestro hermano(a) N.:

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

R. Amén.

Oremos

Escucha en tu bondad, Señor, nuestras súplicas ahora que imploramos tu misericordia por el alma de tu hijo(a) N., a quien has llamado de este mundo a tu presencia; dígnate llevarlo(a) al lugar de la luz y de la paz, y así merezca participar en la asamblea de tus santos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

Evangelio Jn 14, 1-6

Dijo Jesús a sus discípulos: No se inquieten. Crean en Dios y crean también en Mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones: si no fuera así, ¿les habría dicho a ustedes que voy a prepararles un lugar? Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar a donde voy.
Tomás le dijo: Señor, no sabemos a dónde vas, ¿Cómo vamos a conocer el camino?

Jesús le respondió: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por Mí.

Palabra del Señor.

Oración Universal

Apoyados confiadamente en esta Palabra, oremos por nuestro hermano(a) N., y a cada petición respondamos:

R. Escúchanos, Señor, te rogamos.

  • Señor, Tú que lloraste junto a la tumba de Lázaro, dígnate enjugar nuestras lágrimas. Roguemos al Señor. R.
  • Tú que resucitaste a los muertos, dígnate dar la vida eterna a nuestro(a) hermano(a) N. Roguemos al Señor. R.
  • Tú que prometiste el Paraíso al buen ladrón, dígnate conducir al cielo a este(a) hermano(a). Roguemos al Señor. R.
  • Tú que purificaste a nuestro(a) hermano(a) con el agua el bautismo y lo purificaste con los Santo Oleos, dígnate recibirlo(a) ahora entre tus Santos y elegidos. Roguemos al Señor. R.
  • Tú que alimentaste a nuestro(a) hermano(a) con tu Cuerpo y tu Sangre, dígnate admitirlo(a) a la mesa de tu Reino. Roguemos al Señor. R.
  • Y a los que lloran la ausencia de nuestro(a) hermano(a) N., dígnate fortalecerlos con la fe y la esperanza de la Vida eterna. Roguemos al Señor. R.

Dios que amas a todos los hombres, haz que la oración de tu Iglesia sirva para la salvación de los vivos y muertos. Por Jesucristo nuestro Señor.

R. Amén

Despedida

Con fe sincera hemos orado por nuestro(a) hermano(a) N., ahora lo vamos a despedir:
A pesar de la tristeza de la separación, nuestro adiós está fortalecido por la esperanza de que volveremos a ver a nuestro(a) hermano(a) y a disfrutar de su amistad.

El poder de la Resurrección de Cristo hará que los que nos separemos afligidos nos reunamos un día, gozosos, en el Reino de Dios.

Hermanos, la fe en Cristo sea nuestra fuerza y nuestro consuelo.

Aspersión con agua bendita

El agua que se asperja el féretro nos recuerda el Bautismo, fundamento de toda la vida cristiana, que nos limpia del pecado original, nos hace hijos de Dios, miembros de la Iglesia, cuerpo de Cristo, y nos sumerge en la muerte de Cristo, de donde salimos por la Resurrección con Él como nueva criatura.

Mientras se asperja el féretro, se invita a rezar el Padre Nuestro.

A cada invocación responderemos: Recibid su alma y presentadla ante el Altísimo.

  • Vengan a su encuentro, Santos de Dios; salgan a su encuentro, ángeles del Señor. R.
  • Cristo que te llamó, te reciba, y los ángeles te conduzcan a la morada de los Santos. R.
  • Dale, Señor, el descanso eterno y brille para él(ella) la luz perpetua. R.

Oremos

Padre de bondad, en tus manos encomendamos el alma de nuestro(a) hermano(a) N., firmes en la esperanza de que resucitará con Cristo en el último día con todos los que murieron en su amistad.

Escucha, Señor en tu misericordia nuestros ruegos: abre para tu hijo(a) las puertas del paraíso y concede, a los que aquí quedamos la gracia de consolarnos mutuamente con las palabras de la fe, hasta que todos nos encontremos en Cristo y podamos así estar siempre contigo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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