SUEÑOS Y ENEMIGOS. LA ENVIDIA CORROE..

SUEÑOS Y ENEMIGOS.

La historia de José es una de las más hermosas de la Biblia. Un joven soñador que creía en el poder y la justicia de Dios. Hay ocasiones que los sueños nos traen enemigos.

Es importante saber con quién compartimos nuestras aspiraciones y metas, pues no todas las personas que nos rodean creen en nosotros o desean nuestro bien. Lamentablemente hay ocasiones donde la envidia, los celos y las competencias, malogran sueños y oportunidades que pudieran ser buenas para nosotros.

Enfócate en conocer la voluntad de Dios para tu vida y proyéctate para alcanzar esos logros, sin hacer alarde con los que te rodean, es mejor llegar a las metas sin ser notado y soñar sin que nadie lo note, para evitarnos los envidiosos y los oportunistas, aunque llegará un momento donde será inevitable ver tus logros, pero ya para entonces serás fuerte para no dejarte herir por la envidia de los que no te aman legítimamente.

Cree en esta palabra: "Estando confiado de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo". Filipenses 1:6.

Autor: Pastor Isaac Gonzalez

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LA ENVIDIA CORROE.

El corazón apacible es vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos. Proverbios 14:30.

La envidia es uno de los peores sentimientos que el ser humano puede tener. Desear lo que otros tienen, pero también es criticar a los demás porque tienen algo que nosotros creemos que nos merecemos.

Envidiando a la otra persona, la ponemos, como si fuera un ser de otro planeta, en un altar, pero solo hace aumentar nuestra frustración, rabia e impotencia, poniendo en evidencia nuestras carencias, pero no materiales, sino personales. Nos introduce en un torbellino de impotencia, que nos impide disfrutar del presente.

Cuando alguien ha conseguido el éxito en algún campo de la vida, pensamos que nosotros ya no podremos vivir dicho éxito. Pensamos que esa persona es la culpable de que todo nos vaya mal, pero no nos preguntamos:” ¿Qué ha hecho ella para conseguirlo?”

La envidia nos hace depender de la vida de los demás, sentirnos incompletos, pensar que no somos importantes en nada ni para nadie, compararnos en todo momento con los demás, en vez de mirar hacia nuestro interior, y empezar asumiendo que somos los únicos responsables de nuestra vida.

Este fue el problema de los enemigos de Daniel, en vez de agradecer su posición en el reinado y procurar ser mejor cada día, se preocuparon por envidiar a Daniel y ver cómo podían hacerle daño; entonces terminaron en el foso que ellos mismos prepararon.

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