Santa Teresa de Jesús

Una mujer extraordinaria, con una personalidad exuberante, con chispa, inteligencia, de conversación agradable, de rostro sereno, ojos negros. Apasionada por Dios, valiente en responder a las llamadas acuciantes que el amor de Jesús le dirigía, ella es Santa Teresa de Jesús.

La vida de un santo, a veces imaginamos que es un camino diferente al de nosotros porque son escogidos, pero la realidad es que son hombres y mujeres frágiles que optaron por dejar a Dios actuar. Con la vida de Santa Teresa me identifico con sus luchas, derrotas pero que a la vez fue respondida con el amor de Dios sin medidas. Esto es un poco de la vida de esta gran santa:

Sus padres eran llenos de fe, oración y caridad por lo que ella desde pequeña tuvo ese ejemplo y siempre tuvo interés por conocer las vidas de santos, y se emocionaba al saber que los que ofrecen su vida por amor a Cristo reciben un gran premio en el cielo, por lo que decide escaparse de su casa con su hermano para morir así, esta aventura de infancia Teresa descubre la verdad de hacer lo que sea por Dios, no logran llevar a cabo la aventura y un tío los regresa a casa. Cuando tenía 14 años su madre muere y ella escribe que se da cuenta de esa gran pérdida y empieza a sentir una gran tristeza por lo que le pide a la Virgen María que la acepte como su hija y madre, es un gran acto de humildad y amor que muchas veces nos hemos sentido abandonados y Teresa también lo sintió y se refugia en María. Con la muerte de su madre empiezaa tner influencias negativas, perdió el fervor a Dios, a lo que su padre decide enviarla a estudiar al convento de las Agustinas de Ávila, ahí empieza a tener la inquietud de iniciar una vida religiosa y reconoce que antes no aceptaba que ella fuera monja, en su proceso de discernimiento recupera las ganas de servir a Dios y se topa con las cartas de San Jerónimo y eso le da valentía de iniciar el camino, aún con la oposición de su padre entra al convento de La Encarnación. Después de un tiempo ella se enferma muy gravemente y empieza a vivir momentos de gracia, el Señor le da el don de lágrimas, después de 3 días despierta, por lo que continúa su vida religiosa pero aún estando débil,  después de 3 años San José le da la gracia de la curación. A pesar de tener una vida religiosa, Teresa reconoce que no responde a las gracias de Dios como debe ser pues aún comete pecados veniales y es tentada a dejar la oración porque se sentía hipócrita por lo que un padre le aconseja que no deje jamás la oración. Después de un tiempo, ella se encuentra un Cristo herido y le impacta tanto que en ese momento le pide fortaleza para ya no ofenderle más, y a partir de ese momento, inicia una nueva vida, con mayor vivencia de Jesús, potencia su oración con mayor fuerza, hay más gracias místicas a lo que Teresa se pregunta ¿Qué puedo hacer yo por todo lo que recibido, ante tantas gracias Teresa tenía miedo de saber si era ella a quién Dios había elegido para compartir su palabra y un padre jesuita le dice que tenga calma porque es el “Espíritu de Dios”  y que se dejara llevar por Él, otro padre jesuita le dice que no deje la oración para que la guíe. Se convierte en una maestra de oración, mostrando que el humano debe trabajar y aceptar el don de Dios para después convertirse y compartirlo. Después de comulgar un día recibe la iluminación para hacer la reforma de los Carmelitas, e inicia la fundación de conventos de Carmelitas Renovadas por España. Venciendo tentaciones y refugiandose en la oración, recibió la gracia del matrimonio espiritual así como de la transverberación. Entre la propia congregación inicia una etapa de discriminar las reformas de Santa Teresa y ella logra separar la congregración de Carmelitas Descalzas con las de Carmelitas Calzadas. Muy enferma recibe la unción y dice “Esposo mío, es hora de reunirme contigo” y muere un 15 de Octubre de 1582 como “Hija de la Iglesia”.

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