ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Se Mana Del 7 Testigos De Jehova


Enviado por   •  10 de Octubre de 2014  •  10.688 Palabras (43 Páginas)  •  167 Visitas

Página 1 de 43

domingo, 23 de febrero de 2014

SEMANA DEL 24 DE FEBRERO 2014

Cántico 101

Anunciemos la verdad del Reino

Estudio Bíblico de Congregación

cl cap. 3 párrs. 11-18 (30 minutos)

11. ¿Cómo se evidencia la santidad de la organización de Jehová en a) los ángeles? b) los serafines? c) Jesús?

11 Aun en sus mejores momentos, el pueblo escogido solo pudo ofrecer un pálido reflejo de la santidad de la organización celestial de Jehová, integrada por millones de criaturas espirituales que le sirven con lealtad y a quienes la Biblia denomina sus “santas miríadas” (Deuteronomio 33:2;Judas 14). Tales ángeles reflejan a la perfección la radiante y pura belleza de la santidad divina. Y no olvidemos a los serafines de la visión de Isaías, poderosos espíritus cuya canción denota que desempeñan un importante papel en la proclamación universal de la santidad de Jehová. Pero existe una criatura celestial que los sobrepasa a todos: Jesús, el Hijo unigénito de Jehová, que refleja como nadie Su santidad, por lo que merece la designación “el Santo de Dios” (Juan 6:68, 69).

(Deuteronomio 33:2) Y procedió a decir: “Jehová... desde Sinaí vino, y fulguró desde Seír sobre ellos. Resplandeció desde la región montañosa de Parán, y con él estaban santas miríadas, a su diestra guerreros que les pertenecen a ellas.

(Judas 14) Sí, también profetizó respecto de ellos Enoc, el séptimo [en línea] desde Adán, cuando dijo: “¡Miren! Jehová vino con sus santas miríadas,

(Juan 6:68, 69) Simón Pedro le contestó: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna; 69 y nosotros hemos creído y llegado a conocer que tú eres el Santo de Dios”.

La santidad de su nombre y de su espíritu

12, 13. a) ¿Por qué es justo decir que el nombre de Dios es santo? b) ¿Por qué debe santificarse el nombre divino?

12 ¿Qué puede decirse del nombre divino? Como vimos en el primer capítulo, no es un mero título o etiqueta, sino que representa a Dios con todas sus cualidades. Por tanto, las Escrituras indican que su “nombre es santo” (Isaías 57:15). Y la Ley mosaica estipulaba la pena capital para quien lo profanase (Levítico 24:16). Observe además a qué concedió Jesús la máxima importancia en la oración: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” (Mateo 6:9). Santificar significa apartar o reservar algo con fines sagrados, hacerlo santo. Ahora bien, ¿por qué es preciso santificar algo tan puro en sí mismo como el nombre divino?

(Isaías 57:15) Porque esto es lo que ha dicho el Alto y Excelso, que está residiendo para siempre y cuyo nombre es santo: “En la altura y en el lugar santo es donde resido, también con el aplastado y de espíritu humilde, para revivificar el espíritu de los de condición humilde y para revivificar el corazón de los que están siendo aplastados.

(Levítico 24:16) De manera que el injuriador del nombre de Jehová debe ser muerto sin falta. La entera asamblea debe sin falta lapidarlo. Residente forastero, lo mismo que natural, debe ser muerto por injuriar el Nombre.

(Mateo 6:9) ”Ustedes, pues, tienen que orar de esta manera: ”‘Padre nuestro [que estás] en los cielos, santificado sea tu nombre.

13 La razón es que se ha atacado, mancillado y calumniado ese santo nombre. En Edén, Satanás lanzó falsas acusaciones contra Jehová e insinuó que es un Soberano injusto (Génesis 3:1-5). Desde ese momento, el Diablo, el gobernante de este mundo impuro, se aseguró de esparcir a los cuatro vientos tales mentiras (Juan 8:44; 12:31;Revelación 12:9). Muchas religiones dan a entender que Dios es arbitrario, distante y cruel, y que respalda sus guerras sanguinarias. Por si fuera poco, a menudo se atribuyen las maravillosas creaciones de Jehová al azar ciego de la evolución. En efecto, se ha difamado con saña el nombre divino, por lo que es preciso santificarlo y devolverle su legítima gloria. De ahí que anhelemos la santificación de dicho nombre y la vindicación de la soberanía de Dios, y que deseemos contribuir cuanto podamos a tan glorioso propósito.

(Génesis 3:1-5) Ahora bien, la serpiente resultó ser la más cautelosa de todas las bestias salvajes del campo que Jehová Dios había hecho. De modo que empezó a decir a la mujer: “¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que ustedes no deben comer de todo árbol del jardín?”. 2 Ante esto, la mujer dijo a la serpiente: “Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. 3 Pero en cuanto a [comer] del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: ‘No deben comer de él, no, no deben tocarlo para que no mueran’”. 4 Ante esto, la serpiente dijo a la mujer: “Positivamente no morirán. 5 Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”.

(Juan 8:44) Ustedes proceden de su padre el Diablo, y quieren hacer los deseos de su padre. Ese era homicida cuando principió, y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque es mentiroso y el padre de [la mentira].

(Juan 12:31) Ahora se somete a juicio a este mundo; ahora el gobernante de este mundo será echado fuera.

(Revelación 12:9) De modo que hacia abajo fue arrojado el gran dragón, la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás, que está extraviando a toda la tierra habitada; fue arrojado abajo a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados abajo con él.

14. ¿Por qué se califica de santo el espíritu de Dios, y por qué es tan grave blasfemar contra él?

14 Hay algo más que guarda estrecha relación con Jehová y que casi siempre se califica de santo: su espíritu, la irresistible fuerza activa que utiliza para llevar a cabo sus designios (Génesis 1:2). Dado que todas las acciones de Dios son santas, puras y limpias, tal fuerza se denomina con justicia espíritu santo o espíritu de la santidad (Lucas 11:13;Romanos 1:4). Blasfemar contra dicho espíritu, lo que implica oposición deliberada a los propósitos divinos, es un pecado imperdonable (Marcos 3:29).

(Génesis 1:2) Ahora bien, resultaba que la tierra se hallaba sin forma y desierta y había oscuridad sobre la superficie de [la] profundidad acuosa; y la fuerza activa de Dios se movía de un lado a otro sobre la superficie de las aguas.

(Lucas

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (62.6 Kb)  
Leer 42 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com