Teología Jesús de Nazareth

Jesús de Nazareth el hijo de Dios hecho Hombre fue concebido en Galilea a tenor de la visita y el anuncio que el ángel Gabriel le hizo a María de Nazareth anunciándole que estaba encinta, pero que el fruto de su vientre no era obra de un ser humano sino del Espíritu Santo (Lucas 1: 26-37 Traducción Argentina Pueblo de Dios). María estaba pronta a casarse con José, un humilde carpintero de la localidad. En ese mismo anuncio se le comunicó que Isabel su prima,  esposa del sacerdote Zacarías, engendraría un hijo en la vejez que sería Juan el Bautista.

Por los días cercanos al nacimiento de Jesús se promulgó un decreto de César Augusto por el que todos los habitantes del imperio Romano debían empadronarse, cada cual en la ciudad de su estirpe. San José y la Virgen María se dirigieron a Belén, en Judea, a unos 120 kilómetros de Nazaret debido a que José era de dicha ciudad debía dar cumplimiento a la ley. En aquella época los viajes se realizaban en caravana siguiendo el resto de familia que hacían el mismo camino. La pareja, de escasos recursos económicos, pernoctó en las afueras de Belén, refugiándose en una de las cuevas utilizadas por los pastores debido a que por el gran número de personas en la ciudad y el estatus económico. Estando allí, María dio a luz a su hijo primogénito, el Hijo de Dios, al que recostó en un pesebre porque no tenían sitio en ninguna de las posadas.

El humilde nacimiento de Jesús tuvo lugar en tiempos donde reinaba Herodes el Grande. Según el Evangelio de San Lucas (Lucas 2:1 Traducción Argentina Pueblo de Dios), Jesús nació en tiempos del censo ordenado por Augusto y efectuado por Quirino, gobernador de Siria. Tertuliano atribuyó ese censo a Sencillo Saturnino, legado de Siria del 8 al 2 a.C.; éste muy bien pudo haber completado un censo comenzado por Quirino. Por ello, se suele aceptar en la realidad histórica que el nacimiento de Jesús tuvo lugar entre los años 7 y 6 a.C.

El Evangelio de Lucas narra los hechos a la vez sencillos y cargados de una extraordinaria belleza que acompañan el nacimiento de Jesús: el anuncio de los ángeles se les hace a unos pastores, que acudieron a Belén y fueron los primeros en "alabar y glorificar a Dios por todas las cosas que habían visto y oído" (Lucas 2: 20 Traducción Argentina Pueblo de Dios). San Mateo, en cambio, narra la visita de tres misteriosos reyes de Oriente que, guiados por una estrella, acuden a adorarlo y le ofrendan oro, mirra e incienso. Previamente, estos reyes "magos" habían pasado por Jerusalén preguntando "¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido?" Tal pregunta llenó de temor al rey, quien ordenó pocos días después una terrible matanza de niños varones, Advertidos del peligro que los acechaba, José y María huyeron de Belén con su hijo y se refugiaron en Egipto, donde permanecieron hasta la muerte del rey Herodes.

Desde temprana edad, Jesús aprendió las Escrituras y la tradición oral judía en su regreso a Nazareth. La historia narra que llegó a sorprender con sus conocimientos a los doctores de la Ley que lo escucharon en el templo cuando sólo tenía doce años. Mientras el "niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría" (Lucas 2: 40 Traducción Argentina Pueblo de Dios). Desde este momento Jesús el Nazareno llevó una vida normal, trabajando con su padre en la carpintería y lo muestra como un Dios que se hace hombre en toda su naturaleza llegando a ser uno más de su pueblo.

Desde la edad de los 30 años se describe en la Biblia el inicio del ministerio público de Jesús, Lucas nos presenta de manera exacta los datos cuando acude a bautizarse por Juan, que a la vez era su primo. Juan Bautista predicaba la pronta llegada del Mesías y bautizaba a quienes lo escuchaban en las aguas del Jordán. Cuando Jesús fue bautizado por Juan se reconoce por los evangelistas un signo celestial que lo señaló como hijo de Dios. Desde aquí Jesús se retira al desierto un período "de cuarenta días", durante los cuales, según el evangelio, ayunó y puso a prueba su fortaleza espiritual ante las tentaciones del demonio. Jesús de Nazareth, el hijo de Dios fortalecido

Desde este punto se conoce a Jesús con su mensaje que da a conocer en la sinagoga, lugar de oración y reflexión donde acudía todos los sábados. La prédica del Hijo de Dios salió de las paredes de la Sinagoga y desde su pueblo muchos comenzaron a escucharle. Anunciaba al Mesías, el ungido de Dios, con un mensaje claro y contundente para todos los pobres, la Buena Nueva un nuevo camino que daría la libertad a los oprimidos y la promesa del Reino Eterno.  El mensaje era de paz de libertad, cargado de amor y de esperanza para los más pobres.  Con el "Sermón de la montaña", que en mi caso particular es mi preferido, Jesús nos regala con claridad no sólo su mensaje, sino que marca el inicio de toda una era. El sermón ya muestra un Jesús fortalecido en la Fe, sus doce apóstoles lo acompañaban y ya había manifestado su poder con la realización de varios milagros. Lucas nos regala de manera clara este discurso evangélico, llamado "Las bienaventuranzas", Jesús saluda a la muchedumbre con un "bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de los Cielos; bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados; bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis" (Lucas 6: 20-21 Traducción Argentina Pueblo de Dios), y continua  con las condiciones que han de cumplir quienes elijan seguir este estilo de vida: "Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre..." Es precisamente la idea de la paternidad divina el tema central de su mensaje, pues es de esa realidad de donde emana el amor y la generosidad del Creador hacia toda criatura humana.

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