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Testimonio De Catalina Rivas


Enviado por   •  14 de Julio de 2013  •  2.363 Palabras (10 Páginas)  •  633 Visitas

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Testimonio de Catalina Rivas, visión mistica de la santa misa

¿QUE ES LA EUCARISTÍA?

"VISION MISTICA DE LA SANTA MISA"

Catalina Rivas es una vidente boliviana que tiene los estigmas de la Pasión del Señor. Ha sido examinado científicamente por el equipo que dirige el Dr. Ricardo Castañón, reconocido neuropsicólogo perteneciente al grupo internacional para la Paz. Lo que sigue son algunos extractos de la charla que ella ofreció en una oportunidad:.

"Un día dijo la Santísima Virgen, en ese aprendizaje, en ese caminar en que iba enseñándonos todo........"Quiero que sepas lo que es la Santa Misa, hoy va a ser un día de enseñanza, hoy vas a aprender muchas cosas y quiero que las digas a todos mis hijos...."

Vino la oración penitencial y dijo la Santísima Virgen: "Por favor ponte en la Presencia del Señor y pídele de todo corazón que te perdona todas tus culpas.... todas tus fallas.... que te haga merecedora de estar presente en esta Santa Misa. Has llegado en el último momento..... sin tener previa preparación. ¿Por qué tienen que llegar en el último momento de la Santa Misa? Tienen que llegar unos momentos antes para ponerse en la presencia del Señor, pedir al Espíritu Santo que baje hasta ustedes que mande todo su Amor , que mande su Espíritu de paz para poder sacar el mayor provecho de la Santa Misa...

Vino la liturgia de la Palabra y dijo la Virgen María: "Atiende , por favor, escucha...... es un momento muy importante para ti.... la Palabra del Señor dice que su Palabra no vuelve a El sin haber dado frutos.....Entonces si tú pones atención durante todo el día estás atenta a algo o a todo lo que se dijo en la Lectura , y vas rumiando, vas paladeando es Palabra de Dios, a la larga o la corta va a dar frutos en ti, de modo que pon atención en esta parte".

Cuando vino el Ofertorio, de pronto la Virgen dijo: "¡Observa!...." Empezó a llenarse la Iglesia de gente, de seres hermosos, con una luz en sus rostros- a ver si puedo describirlo - estaban con albas blancas largas, unos seres altos hermosos....tenían rasgos femeninos de tan bellos, unos con el pelo largo, unos con el pelo corto, unos con cabellos lacios, otros con cabellos crespos, morenos, rubios, pero con rostros muy hermosos, muy, muy hermosos. Se pusieron en la fila del centro y empezaron a acercarse al Altar.... unos llevaban como una patena, algo que brillaba mucho....... se acercaban felices... otros tenían las manos caídas y no tenían nada en las manos y detrás iban otros cabizbajos, con las manos juntas en oración, pero muy tristes, como avergonzados”. -Dijo la Virgen:

"Son los ángeles de la guarda de cada uno de los que están aquí.....es el momento en que llevan sus ofrendas al Altar de Dios......para unirse con la ofrenda que hace el sacerdote del vino y del agua , del pan que después tendrá que convertirse en el Cuerpo y la Sangre del Señor."

Se convierte también vuestra ofrenda en una ofrenda de amor, porque ustedes en sí mismos no tienen ningún mérito, porque son creaturas miserables, pero vuestros ofrecimientos, vuestras peticiones, vuestras ofrendas a Dios Padre unidas al Sacrificio Redentor de Jesucristo, unidas a su Cuerpo en ese momento, de la Transubstanciación, tienen un valor inmenso ante Dios Padre.......solamente así se justifica vuestro paso por la tierra ...por los méritos de Jesús".-

"Los ángeles que tienen las manos abajo son los de las personas que no tienen nada que pedir ni nada que ofrecer..... ¡La Misa tiene un valor infinito! - ¡entiéndanlo bien!.....Ustedes no saben el valor que tiene una Misa! Eso lo van a comprender el día que estén al otro lado.".... ¡Pidan por todo!....Pidan por ustedes, pero no sean egoístas, acuérdense de los pobres, de los necesitados, de los pecadores, de los políticos que no hay quien rece por ellos.....acuérdense de la gente que está sufriendo en las cárceles, lo enfermos.......pidan, pidan mucho, pero también ofrezcan!...Porque eso le agrada al Señor......Ofrézcanse a ustedes mismos..... eso es lo que más agrada al Señor! Ofrézcanse ustedes mismos para que El haga" Su Voluntad "en ustedes, para que pueda transformarlos, para que pueda hacerlos otros Cristos!

Los ángeles que van cabizbajos con las manos juntas avergonzados, son los ángeles de aquellas personas que, aun estando en la Misa, están con la mente en cualquier parte, no están atentos, entonces los ángeles sienten vergüenza, porque esas personas no debería ni siquiera estar allá....no solamente no participan en la Misa, sino que están avergonzando a sus ángeles, a su ángel de la guarda y están ofendiendo al Señor.

Momentos después vino La Consagración... En el momento en que empezaba "el Santo" y toda la asamblea decía: ¡Santo, Santo, Santo es el Señor!.........de pronto desapareció todo lo que estaba detrás del sacerdote....paredes, techo, todo..... a la izquierda del sacerdote, hacia una esquina , en diagonal al sacerdote, partiendo de su brazo izquierdo, había una multitud de ángeles........ángeles niños y grandes, ángeles con alas, ángeles sin alas, seres bellísimos, en una cantidad infinita, que cantaban en diferentes coros la melodía más hermosa que se puedan imaginar. Todos repetían: ¡Santo, Santo, Santo es el Señor!, con las manos juntas mientras se posaban de rodillas.

"Del otro lado del sacerdote, de la derecha hacia atrás, había una multitud de seres.........eran los santos y los bienaventurados del cielo. La Virgen dijo que cuando uno ofrece la Misa y reza por sus difuntos y va nombrándolos mentalmente, el Señor concede la Gracia de quien pide por los suyos " en ese momento se hacen presente ellos". Y me dijo: "Pide por tu padre, por tu abuela, por los tuyos".... y yo podía ver a todos "ellos" allí. Todos ellos estaban encabezados por San José....estaban casi cerca del brazo del sacerdote.

"La Virgen Santísima estaba de rodillas, a la derecha del Altar, en una actitud de respeto , de veneración, de adoración, atenta, escuchando todo lo que decía el sacerdote, con las manos juntas, de rodillas, esperando el momento sublime de adorar a la Santísima Trinidad.

"El sacerdote expresó las palabras de la Consagración, y no escuché más su voz. De pronto fue la voz de Jesús. El mismo era quien iba repitiendo: "Tomad y comed........"

"Delante del Altar, en la parte de adelante, de pronto se encendió como un fuego, unas llamas muy brillantes, como rojo- dorado....yo no podía ver las caras de las personas. Eran sombras, sombras de gente, sombras grises con los brazos

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