Tu decides

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PRIMER ESCENA UNA HISTORIA MUY,  MUY ACTUAL

“… Te librara de la mujer ajena de la extraña de palabras seductoras que, olvidándose de su pacto con Dios, abandona al compañero de su juventud. Ciertamente su casa conduce a la muerte; sus sendas llevan al reino de las sombras. El que se enreda con ella no vuelve jamás, ni alcanza los senderos de la vida”  PROVERBIOS 2: 16 -19.

Cesar beso a Roxana apasionadamente en la puerta de su casa. Ya era tarde y no podía permanecer más tiempo con su novia sin que sus padres se enojaran. ¡Deseaba seguir besándola! La atrajo fuertemente  hacia sí y sintió su nerviosismo y temor en el cuerpo de la muchacha.

Permanecieron así enlazados por unos segundos, hasta que ella se soltó insinuando que podrían verlos, le dio un beso rápido y entró cerrando la puerta sonrojada. Cesar sintió que su cuerpo pedía a gritos un contacto físico más profundo. Pero sabía que Roxana no le permitiría ir más allá. Había sido criada con estrictos valores morales y aunque estaba seguro que también ella sentía lo mismo ya había conversado sobre el asunto y se había negado a tener relaciones sexuales antes del matrimonio.

Cesar tomo el bus que lo llevaría a su casa pensando en lo bonita que rea Roxana e imaginándose la forma de sus senos, esos  que no podía tocar.  En realidad su forma de ser hacia tan púdica (persona honesta) es lo que más lo enamoraba de ella, tan diferente de sus otras amigas que se ofrecían tan fácilmente.

Pero su mente se llenaba de imágenes pornográficas que acostumbraba ver en internet. No podía evitar recordar aquellas escenas cuando besaba a Roxana, y allí estaba una vez más pensando en esas imágenes mientras se dirigía a su casa. Entonces tomo una decisión, se bajaría en aquella zona rosa donde se ofrecen las prostitutas. “Solo para ver” – Se dijo así mismo – “para ver de cerca algo de carne y hueso”. No tenía planeado ir mas allá con ninguna mujer, amaba a Roxana y no quería engañarla, pero la curiosidad interior lo impulsaba a pasear por esa calle para ver a las muchachas semidesnudas.

Cesar bajo del autobús y caminó disimuladamente. Allí estaban ellas, senos y nalgas descubiertos, botas y tacones altos, minifaldas seductoras, rostros maquillados exageramente.

De pronto alguna de esas mujeres peleaban por irse con él. Cesar quiso escaparse de ellas, se sintió muy incómodo y avergonzado y pensó que alguien podía reconocerlo. Dos de las mujeres al notar su actitud insegura se fueron insultándolo, pero una de ellas, la más joven se quedó con él. De pronto cesar sintió que lo abrazaba y que le decía palabras endulzándole el oído, palabras que nunca antes nadie le había dicho, sonrió nervioso y la miró a los ojos, era tan bonita como Roxana, aunque el maquillaje le daba una apariencia más adulta. La mujer sintió en esa mirada que estaba logrando su objetivo y no esperó más y lo beso, entonces cesar cerró los ojos al recuerdo de Roxana y se dejó llevar.

“ De los labios de la adultera fluye miel; su lengua es más suave que el aceite. Pero al fin resulta más amarga que la hiel y mas cortante que una  espada de dos filos.  PROVERBIOS 5: 3 - 4

SEGUNDA ESCENA… SI, PARA TODA LA VIDA.

“Aleja de tu boca la perversidad aparta de tus labios las palabras corruptas. Pon la mirada en lo que tienes delante; fija la vista en lo que está frente de ti. Endereza las sendas por donde andas; allana todos tus caminos. No te desvíes ni a diestra ni a siniestra; apártate de la maldad” PROBERVIOS 4: 24 -27

“ De los labios

Encontré algo más amargo que la muerte a la mujer que es una trampa, que por amor tiene una red y por brazos tiene cadenas…

Cesar llegó a casa más tarde de lo acostumbrado pero su madre no lo hubiera notado si Roxana no hubiera llamado con tanta insistencia.

•  Te llamó esa chica dos veces-

(Narrador) Le dijo cuándo lo vió llegar…

• ¿Acaso no estuviste con ella? -
• Si…, un rato –

Respondió cesar cortando la conversación y subiendo las escaleras rápidamente. Ya en su habitación busco una toalla, y entró al baño a darse un duchazo. Su cuerpo aún estaba encendido por la experiencia vivida con aquella mujer. En realidad no resultó como él lo había imaginado y se había quedado sin un centavo, pero no había estado tan mal, lo que más le preocupaba era que le diría a Roxana. ¿Podría ocultarle esa experiencia? Roxana lo conocía tanto que hasta adivinaba a veces sus pensamientos.

Tal vez había notado su enojo con ese beso a la carrera y seguro llamó para disculparse, él también la conocía muy bien.

El teléfono volvió a sonar, cesar estaba seguro que era ella nuevamente.

• Aló!!

La joven suspiró aliviada cuando escucho su voz…

• Hola mi amor, ¡qué bueno que llegaste! Estaba preocupada por ti.

Cesar tragó saliva:

• Ehhh, sí, me demoré porque me dieron ganas de caminar un poco.
• Ah….. y …… ¿ Estas molesto conmigo?
• No.
• Perdóname
• No estoy molesto.
• De todas formas quiero que me perdones.

Silencio

La voz de Roxana volvió a sonar temblorosa:

• Yo también lo deseo… pero no se qué hacer. Por un lado pienso que si lo hiciéramos estaría mal y por otro pienso que estaría bien porque nos queremos. Tú me amas ¿Verdad?

En ese momento Cesar no pudo sacar de su mente la imagen de la mujer de la calle, un sentimiento de culpa lo abordo y respondió:

-por supuesto que te amo

-¿jamás me dejarías?

Cesar volvió a recordar a la mujer.  Desde que estaba con Roxana no había besado a nadie más, pero a hora dudaba, si después de lo de esa noche,  iba a seguir siendo fiel a ella.  Sin embargo respondió lo que Roxana necesitaba escuchar.

-no, no te dejaría.

- entonces mañana hablamos.  Tal vez  sea tiempo de que cambie un poco,  porque te quiero mucho.

Cesar se azaro ante las palabras de Roxana y no supo que responder.

-está bien, mañana hablamos.

TERCERA ESCENA... UNA PROPUESTA CALIENTE

"de nada sirve tender la red a la vista de todos los pájaros, pero aquellos acechan su propia vida y acabaran por destruirse a sí mismos"   Prov. 1 : 17-18

Cesar cambio inevitablemente. A pesar de que seguía apasionándose con Roxana y dándole los besos más largos que ella le permitía, se despedía mucho más temprano en su afán de llegar a la calle y encontrar a la misma mujer.  No siempre la encontraba, porque generalmente cuando llegaba, esta ya se había ido con otro cliente.

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