Aprtovecha El Sol
armjisa30 de Enero de 2015
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Aprovecha el sol
Guía ilustrada de
cocina solar y secado
de alimentos solar
Roberto Küpfer de L.
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Aprovecha el sol
Editorial personal
Primera edición Octubre de 2003
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con excepción del material extraído de Internet expresamente señalado.
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robertokupfer@bluewin.ch
ISBN : 3-9522884-0-3
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Prólogo 9
Introducción 11
Objetivo 19
Secado de alimentos 21
Lista de posibles productos 23
Algunas técnicas de preparado de las frutas 24
Indicaciones básicas del proceso de secado 26
Envasado del producto 27
Tabla de tiempos de conservación 30
Algunas fotos de ejemplo 31
Secadora de alimentos RKD-S1 41
Descripción 41
Modo de empleo de la secadora 41
Esquema de funcionamiento 43
Acerca de los materiales de construcción del aparato 44
Acerca de las herramientas para la construcción del aparato 45
Acerca de las técnicas de fabricación 45
Lista de los materiales 47
Lista de las herramientas 48
Construcción y ensamble 49
Instrucciones 50
Esquemas ensamble secadora 54
Apartado 1 (trazado circulo grande) 68
Variantes para mejoramiento o ajuste 69
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La cocina solar 71
Descripción 71
Motivos 71
Tipos y diseños 76
Algunos modelos de cocinas parabólicas 79
Algunos modelos de cocina tipo caja 80
Área geográfica de aplicación 81
Usos y aplicaciones 82
Difusión (portales, organizaciones) 83
Promotores de cocinas solares...
en países de habla hispana 84
Talleres (estrategias) 97
Resultados (éxitos y fracasos) 98
Técnicas y precauciones de la cocina solar 103
Que cocinar 104
Cocina solar (DATS) 105
Un modelo de cocina para taller 115
Descripción 115
Lista de los materiales 116
Lista de las herramientas 117
Instrucciones 118
Esquemas cocina tipo caja 123
Uso de la cocina 137
Apartado 2 Generalidades para producción en serie 139
Conclusión 143
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A mi hija Tamara
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Prólogo
onsciente de que los actuales niveles y formas
de consumo de nuestra cultura occidental “no son sustentables”,
y de que vivimos tomando un crédito de la
tierra que no podremos pagar, es mi deseo y meta, difundir
alternativas de consumo y generación de energías
ecológicas y desde luego, sustentables. Espero en este
camino encontrar muchos amigos y multiplicar las alternativas
y posibilidades.
Siendo así, dedico este libro a todos aquellos que no
se resignan sino que quieren construir el próximo mundo,
y cuentan con suficiente voluntad para adaptarse al
cambio.
Espero que este libro sea el primero de una serie de
este tipo en español y sea respaldado por un sitio Web de
soporte y apoyo.
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Introducción
En varias regiones del mundo, el bajo costo del
combustible permitió hace varias décadas el secado
artificial de vegetales y otros alimentos, en gran escala.
Luego de la revolución industrial, varios países
del primer mundo hicieron uso masivo de técnicas de
secado artificial, basado en el consumo de petróleo o
carbón, en países con recursos naturales o del tercer
mundo. Dada la escasez y la subida de precio del
petróleo y carbón en los últimos años, se hace nuevamente
necesaria la búsqueda de alternativas como
lo es el ancestral sistema de secado natural por el
sol, así como la cocina solar y aun otras técnicas
ecológicas.
Por otro lado, los cambios sociopolíticos de
nuestra era y las redes de intercambio de los bienes
básicos, han corporizado la agricultura en muchos
países del tercer mundo (pues grandes extensiones
agrícolas son propiedad de grupos económicos, políticos
o multinacionales), han creado un sistema tremendamente
delicado y vulnerable, por ejemplo mu12
chas personas no podrían sobrevivir sin un supermercado.
Cabe la pregunta ¿estamos preparados para
los cambios que afrontamos?
Un huracán, un terremoto, una guerra, una
inundación o un atentado terrorista podrían convertirse
(y lo han hecho) en una verdadera pesadilla para
grandes grupos humanos.
Según datos de la FAO ∗, actualmente existen
en el mundo unas 800 millones de personas que padecen
hambre, entre ellas 300 millones de niños sufren
el lacerante dolor del hambre y las enfermedades
o discapacidades causadas por la malnutrición.
Según algunas estimaciones cada día mueren cerca
de 24.000 personas como resultado del hambre. Lo
asombroso es que en el mundo no hay escasez de
alimentos. La producción mundial de alimentos y cereales
es suficiente para satisfacer a todos los hombres,
mujeres y niños del mundo. Pero mientras que
algunos países producen más de lo que necesitan
para su población, otros no producen casi nada o no
pueden permitirse el lujo de importar las cantidades
∗ dato extraído del sitio Web oficial de FAO http://www.fao.org/fi/default_all.asp
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necesarias. De hecho hay países que producen suficientes
alimentos para toda su población, pero aun
así muchas personas pasan hambre.
Se ha determinado que cerca del 70% de las
personas hambrientas y pobres viven en zonas rurales.
Muchos de ellos son agricultores de subsistencia
que tratan de vender su fuerza de trabajo normalmente
a compañías exportadoras.
En este marco, se observa que la globalización
ha producido el desplazamiento de campesinos y
comunidades pesqueras e indígenas de gran parte
del mundo. Puede decirse así mismo que la globalización
no ha contribuido a solucionar los problemas,
sino que ha sido más bien un instrumento y marco
legal que aumenta el problema del hambre y la malnutrición
a escala mundial, y esto se traduce finalmente
en daño y deterioro para el medio ambiente,
así como los recursos culturales de muchas razas y
tribus de todo el mundo.
Para ensombrecer aun más el cuadro, podemos
añadir que muchas de las zonas rurales son
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asoladas por conflictos y guerras, donde el derecho
al alimento se utiliza como un instrumento político.
Las reservas de alimentos y la conservación de
estos, en un tiempo como el que vivimos, llega a
convertirse en un asunto de vital importancia. Debe
mencionarse también que a fin de regular el balance
económico, en muchas ocasiones ha resultado “más
rentable” quemar o desechar o eliminar en el mar
enormes cosechas de trigo, algodón (sin mencionar
los productos agrícolas y ganaderos). Este hecho
debería reflejar el tremendo desequilibrio simbiótico
que estamos como especie produciendo entre nuestro
planeta y las especies vivas (incluyéndonos),
pues los ciclos y plazos de recuperación de la tierra
son cada vez menos respetados o directamente alterados
mediante diversos productos químicos. Así
mismo lo anterior evidencia de revisar nuestras ideologías
y valores, e ir reajustándolos.
Vemos como grandes grupos han quedado
atrapados entre el cambio de sus olvidadas culturas
ancestrales y una era de producción y cultivo tecnificado
en granjas estatales o privadas. Podemos ade15
más decir que la implementación a gran escala de
maquinaria como tractores y recolectoras a diesel,
reemplazan a enormes cantidades de trabajadores,
dejando a su paso no sólo contaminación acústica y
atmosférica, sino un vacío, pues cada vez más campesinos,
pescadores y recolectores están quedando
gradualmente al margen de la cadena alimentaría,
con las evidentes repercusiones y problemas sociales
que ello conlleva.
En efecto, cada vez son menos los terrenos
vírgenes y la subsistencia del cultivo familiar o artesanal.
Dado lo anterior, se desprende que es cuestión
de supervivencia bajar nuestros actuales niveles de
consumo y encontrar formas cada vez más sustentables
y ecológicas de vivir.
En este sentido es necesario realizar un regreso,
cambiar nuestras conductas y evitar las consecuencias
del desorden natural que hemos producido
por el abuso de nuestro delicado planeta.
Existen de hecho innumerables métodos de
producción y conservación e incluso cultivo que son
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cien por cien ecológicos, siendo el problema, más
bien de orden ideológico, pues nuestra manera de
ver a “nuestro semejante” o más aun, la definición
misma de semejante nos afecta a todas las especies
que compartimos este planeta. Sin embargo,
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