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CONSUMISMO Y OBSOLESCENCIA PROGRAMADA


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2018  •  Apuntes  •  1.291 Palabras (6 Páginas)  •  142 Visitas

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CONSUMISMO Y OBSOLESCENCIA PROGRAMADA

RESPONSABILIDAD SOCIAL

Jeimmy Alexandra Rivera Lara

Corporación Unificada de Educación Superior CUN

Programa Administración de Empresas

Bogotá Colombia-2018

OBSELESCENCIA PROGRAMADA Y CONSUMISMO ACELERADO

      La obsolescencia programada es el cálculo de la vida útil de un producto, en donde los fabricantes en la fase de diseño calculan en que tiempo el elemento fabricado debe ser inservible, por diferentes procedimientos, como por ejemplo la falta de repuestos. Los productos fabricados están proyectados para que funcionen por un tiempo determinado, haciendo que se cumplan su ciclo de vida después de que se cumpla la garantía del producto para que el consumidor no tenga pretexto para realizar algún tipo de reclamo. La función de la obsolescencia programada es generar más ingresos a los fabricantes a causa de la compra descontrolada por parte de los consumidores ya sea porque los dispositivos adquiridos cumplieron su duración determinada o porque simplemente ya las personas tienen gravado el chip en sus cerebros cumpliendo con el lema del tema en referencia “comprar para reemplazar el viejo producto o por la compra de un modelo más nuevo”.

     La etapa inicial de la obsolescencia programada se desarrolló entre 1920 y 1930, cuando la producción en serie desarrolló un nuevo modelo de mercado, donde el único objetivo es favorecer a los empresarios estimulando la demanda en del mismo, haciendo que los consumidores compren de manera acelerada nuevos productos para que pueden seguir disfrutando de ellos.

    Las empresas para funcionar de esta manera ejercen una disciplina conocida como ingeniería de valor en donde utilizan para la fabricación de sus productos componentes tecnológicos más baratos con lo que satisfacen la proyección de vida útil de elementos fabricados. La industria defiende la obsolescencia programada argumentando que sin una industria acelerada no habría producción, ya que al no reducir la vida útil de los productos no existiría bienestar social, de tal manera que, sin consumo, no existiría producción, y sin la producción no habría empresas que contraten empleados. Sin la obsolescencia programada no se reactivaría la economía, es por esto que los grandes conglomerados se preocupan por producir y producir sin tener en cuenta el daño medioambiental que han venido causando a lo largo del tiempo en un planeta que habitamos con recursos limitados.

    El problema de la obsolescencia planeada tiene un impacto tan grave en el planeta como en sus habitantes. El panorama no es fácil ya que los seres humanos nos dejamos llevar por la corriente sin ni siquiera tener en cuenta el daño que nos estamos haciendo a nosotros mismos, convirtiéndose esto en una felicidad herida como lo señala la doctora Ángela Morales en el artículo de el periódico el tiempo “La obsolescencia planeada de las cosas no solo ha impuesto una lógica fraudulenta entre los fabricantes, sino que ha convertido a los consumidores en sujetos insaciables, permanentemente insatisfechos. El hiperconsumo desemboca en una felicidad herida que puede derivar, a su vez, en trastornos obsesivo-compulsivos, depresivos y de ansiedad”.

    De acuerdo al comentario de la doctora Morales se puede evidenciar que no se encuentra nada fuera de la realidad, puesto que los seres humanos nos hemos convertido en consumistas obsesivos y descontentos ya que debido a las compras sin fundamentos donde la gente bota sus objetos no porque sufran un desgaste real sino porque se perciben anticuados, feos y menos útiles.  Actuando de manera inconsciente puesto que toda la basura y aparatos obsoletos terminan en países en desarrollo, y actuando de manera  insensible porque se afecta la calidad de vida de la personas ya que se contaminan ríos, y miles de hectáreas de lugares que alguna vez fueron sitios hermosos, hoy en día son lugares llenos de basura y contaminación perpetua, desencadenando enfermedades para las lugareños y repercusiones en la salud de las personas no reparables, mucho menos en países que son demasiado pobres como lo es el caso de Ghana un país ubicado en África Occidental y algunos naciones de Latinoamérica.

    El documental  “Comprar, tirar y comprar” de la Alemana Cosima Dannoritzer muestra una realidad y unas posibles soluciones que deberían ser reevaluadas y aplicadas en todos los países como lo hace la sociedad Ghanesa que aun en condiciones medio ambientales y sociales deplorables, sus habitantes se ven forzados a adaptarse a estas condiciones, y a reinventarse  generando una cultura de economía residual que mediante la recuperación, la reparación y la reutilización de los residuos, han podido  realizar cambios y han logrado sobrevivir a las actuaciones que los obliga el sistema económico.

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