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Del código de barras a las etiquetas RFID?


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2014  •  Prácticas o problemas  •  2.015 Palabras (9 Páginas)  •  143 Visitas

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¿Del código de barras a las etiquetas RFID?

Hoy en día se usan diferentes herramientas de tecnología para mejorar los procesos productivos y de servicios, todos ellos con la finalidad de generar mayor eficiencia. Si se da una mirada hacia el pasado, se observará que todos los controles que existían se llevaban de manera manual y si de medios de comunicación se habla, estos no tienen comparación con los de ahora, la rapidez es una de sus principales características, no se puede negar que han llegado a ser una necesidad en el trabajo del día a día. Las empresas de hoy invierten en tecnología y son conscientes de que esta es parte de su actividad de trabajo, de la cual se apoyan para mejorar su productividad. Las etiquetas RFID son un ejemplo claro de ello, pues ofrecen una tecnología diferente con muchos beneficios que tal vez reemplacen a los códigos de barras, que en su momento fueron la mejor opción, pero la pregunta es: ¿Las etiquetas RFID reemplazarán a los códigos de barras?

El código de barras aparece en el año 1973 en los Estados Unidos con la aprobación del UPC (Universal Product Code), un estándar que aún continúa vigente en los Estados Unidos y Canadá. El código de barras es un estándar internacional de codificación de bienes de consumo corriente. Cada artículo tiene un código propio, representado por un conjunto de barras oscuras sobre fondo claro, de lectura automática por medio de los aparato como los escáneres (Castán, 2003, p. 150).

Mauleón (2003) señaló que el código de barras es un sistema de codificación de productos que de forma inequívoca identifica las mercancías. Puede leerse mediante lectores especiales y puede imprimirse mediante impresoras especiales, para adherir la etiqueta al producto. Castán (2003) indicó que los estándares internacionales de comunicación EAN (códigos de barras y e-business) constituyen un lenguaje común de los intercambios comerciales nacionales e internacionales que permiten la identificación de los productos y también de los servicios de las unidades lógísticas, de las empresas y de sus funciones operacionales (p. 150)

Castán (2003) indicó que la utilización de sistemas de identificación por código de barras contribuye a que la cadena de abastecimiento sea más eficaz, ya que permite optimizar:

1. La gestión de los stocks y de los inventarios

2. El seguimiento de los productos en plataforma y la trazabilidad de las paletas y de los paquetes

3. La automatización de la preparación de los pedidos

4. El seguimiento de los lotes y el control de los envíos y de los cargamentos

Del mismo modo Rojas, Guisao y Cano (2011) añadieron la aplicación del código de barras en control de inventarios, planeación de requerimientos (MRP), control de recepción y despacho mercancía, automatización de pedidos, identificación de productos, aplicaciones en punto de venta, identificación de libros, periódicos y revistas, identificación de activos fijos, identificación del personal identificación de documentos y acceso al intercambio electrónico de documentos (EDI). (p. 133)

Todo lo anteriormente descrito es sobre los códigos de barras, pero ¿qué se sabe sobre las etiquetas RFID?

Las etiquetas RFID, son pequeños chips con una antena. El chip puede almacenar pequeñas cantidades de datos. Cuando las etiquetas entran en contacto con las señales electromagnéticas de un escáner RFID mandan los datos al escáner. Existen distintos formatos de datos en el chip. La identificación puede ser a nivel de unidad de almacenamiento (pallet o caja) o a nivel de artículo / envase, según la funcionalidad requerida. Hay dos principales etiquetas RFID, pasivas y activas. Las etiquetas pasivas no disponen de batería interna. Obtienen la señal externa y usan dicha energía para transmitir la respuesta. Pueden ser de pequeño tamaño (0.15 x 0.15 mm) (Errasti, 2012, p. 344).

Cuando las etiquetas entran en contacto con las señales electromagnéticas de un escáner RFID, bien con etiquetas pasivas (energía, escáner y limitado a pocos metros) o bien etiquetas activas (energía etiqueta), mandan los datos al escáner. Se ha constatado la existencia de capacidades de lectura de 300 etiquetas/segundo (Errasti, 2012, p. 345).

Una vez que la etiqueta es leída, se usa para buscar en una base de datos en la que esté almacenada toda la información de un producto (fecha de envasado, fecha de caducidad, número de lote, etc) y de proceso logístico (recepción, en stock o en reserva, en preparación). La información integrada en los sistemas de gestión de almacenes o en sistemas de gestión de tráfico se integra a través de redes telemáticas con los software de gestión de fabricantes, almacenes y tiendas (Errasti, 2012, p. 345).

La radiofrecuencia está basada en una arquitectura de redes, la transmisión por radio permite gestionar terminales de introducción de datos de una estructura celular. Esta tecnología es particularmente interesante para las operaciones de estocaje y de distribución en la medida en que ofrece una gran flexibilidad. Permite obtener información a tiempo real sobre el estado del stock y sus ubicaciones, facilitando, entre otras operaciones, la operación de los pedidos. Los productos que son entregados cross–docking son inmediatamente identificados, y las instrucciones de carga son recibidas a tiempo real (Castán, 2003, p. 151)

Errasti (2012) mencionó algunos beneficios de la tecnología RFID en los que destaca la visibilidad y precisión, trazabilidad del producto, informatización, automatización de procesos, y cadena de suministro de alto nivel de personalización aguas arriba, los cuales se detallan a continuación.

Todos los productos con etiquetas RFID son visibles para el software (SGA/ ERP) y para los agentes / gestores de los procesos logísticos y de ventas de la empresa. Las empresas saben exactamente cuánto tienen de cada artículo y dónde está. Esto permite eliminar los problemas de roturas de inventario, teniendo la posibilidad de usar dicha información para la planificación de otros agentes de la cadena de suministro. Todo movimiento y localización de un producto o unidad de almacenamiento pueden reconocerse y grabarse automáticamente. No hay necesidad de escanear manualmente los códigos de barras o de comprobar listados. Esto permitirá aumentar las recepciones y expediciones automáticas y reducir personal de almacenamiento y control (Errasti, 2012, p. 345).

La perfecta identificación del producto es la base para permitir una mayor personalización del envío para minoristas

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