Descolonizando el femenino

DESCOLONIZANDO EL FEMINISMO

Para Ochy Curiel en su texto “Descolonizando el feminismo: una perspectiva desde América Latina y el Caribe”, el feminismo se ha observado desde un punto europeo, lo que restringe la difusión de eventos de feminismo en América Latina. Para Ochy, el término feminismo esta colonizado, pues es tratado con cautela y desinterés, la descolonización que la autora propone se trata de una posición política y ética que es abarcada en el pensamiento y la acción colectiva, lo que implica reconocer experiencias propias para la creación de proyectos de emancipación (Ochy Curiel, 2009). Para superar esta colonización es necesario una identidad propia desde la región, esto da certeza de un análisis más detallado de la posición de la mujer, además, propone que  para romper este lazo, es importante conocer la cultura, costumbres e historia, pues no es lo mismo referirse a los procesos de emancipación y reconocimiento del movimiento feminista en Europa que en América Latina. Una causa de este fenómeno tiene raíz en la producción desde un ámbito inmaterial pero sumamente necesario y es la creación de textos de índole académico donde se conceptualiza la teoría del feminismo desde el hemisferio occidental, estos documentos, aparte de ser escasos, son sobrevalorados por los demás habitantes de la región y por ende no son tomados en cuenta, lo que dificulta la difusión de la historia y por consiguiente la interpretación del feminismo desde un punto diferente al europeo.  

El feminismo, a partir de los años noventa, comienza un proceso de institucionalización, pues depende de entidades supranacionales, por cuestiones de orden económico e influencia en el  mundo, para dar a conocer sus ideas y difundir sus postulados, pero para ello es necesario desprenderse de la causa misma, pues entidades internacionales, se aprovechan de la situación del feminismo para convertirlo en algo meramente político.

En el texto nos hace un llamado de atención a la hora de definir a la  mujer en la sociedad latinoamericana, si bien es cierto que ha sufrido maltratos y ha sido subyugada en muchos casos, es necesario empezar a ver a la mujer como un sujeto más de la sociedad y no como una víctima de la misma.

Ochy, desde su perspectiva dominicana y de mujer negra, entiende y siente la no diferenciación que se ha dado desde años remotos, pues es tratada “igual” a una mujer europea desde el concepto de emancipación femenina, teniendo en cuenta, claramente, que desde el papel son iguales, a la hora del trato y la situación real de la región se enfrentan a contextos completamente diferentes. Es ahí donde la autora exhorta a la comunidad latinoamericana a diferenciar ese concepto internamente para poder exigir luego una diferenciación internacional.

En mi opinión  la comunidad feminista latinoamericana debe desligarse de la idea europea y crear una cohesión interna para la defensa de sus derechos y legitimidad frente a los demás. Las mujeres en latinoamericana tienen la capacidad de generar sus propias memorias y partir de ahí para la defensa de sus derechos, pues es claro que quien no conoce su historia está condenada a repetirla, es por eso que debemos evolucionar como comunidad y mostrarle al mundo, que así como en un momento fuimos invisibilizadas, es hora de entablar diferencias y tomar acontecimientos pasados como puntos de partida para un futuro mejor.

...