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EL VOTO FEMENINO


Enviado por   •  6 de Abril de 2013  •  4.686 Palabras (19 Páginas)  •  551 Visitas

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………2

SUFRAGISMO Y FEMINISMO………………………………………………………3

LA MUJER TRABAJADORA DEL SIGLO XIX……………………………………..3

INDUSTRIALIZACIÓN Y TRABAJO DE LAS MUJERES…………………………4

LA DIVISIÓN SEXUAL DEL TRABAJO……………………………………………..7

ECONOMÍA POLÍTICA…………………………………………………….………….8

LA CLASIFICACIÓN SEXUAL DE LOS EMPLEADOS……………………………9

LOS SINDICATOS…………………………………………………………………...10

LEGISLACIÓN PROTECTORA……………………………………………………...11

PROBLEMA DE LA MUJER TRABAJADORA……………………………………..11

EL VOTO FEMENINO………………………………………………………………...12

FEMINISMO……………………………………………………………………………12

FEMINISMO MODERADO…………………………………………………………...13

FEMINISMO RADICAL……………………………………………………………….13

EMMELINE PANKHURST…………………………………………………………...13

LAS SUFFRAGETTES……………………………………………………………….15

LA RADICALIZACIÓN DE LAS SUFFRAGETTES………………………………..15

LOGROS DE LAS SUFFRAGETTES………………………………………………16

CONCLUSIONES……………………………………………………………………..17

PAISES CON DERECHO AL VOTO FEMENINO………………………………....18

ACTUALMENTE……………………………………………………………………….19

INTRODUCCIÓN

En el Antiguo Régimen la desigualdad jurídica existente entre los miembros de la sociedad era muy notoria. Los nobles y clérigos gozaban de privilegios como exención fiscal, monopolio de los altos cargos públicos, leyes y tribunales especiales a su favor, pero para la gran mayoría de la población los mismos eran vedados. La ausencia de derechos políticos como el derecho al voto y libertades de expresión, reunión, religión, entre otras, eran características de este.

En el caso de las mujeres, que eran la mitad de la población, a todo lo anterior se le debía unir su función social, la mujer fue limitada a lo doméstico, a las labores de la casa, de la procreación y del cuidado de los hijos; y su subordinación legal al hombre, padre o esposo.

La Revolución Francesa y las demás revoluciones liberal-burguesas plantearon como objetivo central la consecución de la igualdad jurídica y de las libertades y derechos políticos.

Todas estas luchas y revoluciones liberales, alcanzaron grandes conquistas como la consecución de las libertades, los derechos y la igualdad jurídica, pero todos estos logros no afectaron a la mujer. Los "Derechos del Hombre y del Ciudadano" que proclamaba la revolución francesa se referían en exclusiva al "hombre" no al conjunto de los seres humanos.

A partir de aquel momento, en Europa Occidental y Norteamérica se inició un movimiento, el feminismo que es una ideología y un conjunto de movimientos políticos, culturales y económicos que tienen como objetivo la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

El movimiento feminista luchó por la igualdad de la mujer y su liberación. Durante ese período, el principal objetivo del movimiento de las mujeres fue la consecución del derecho de voto. Nacía así el movimiento sufragista.

Gracias a la influencia del movimiento feminista y sufragista, las mujeres han conseguido logros de trascendental importancia como el acceso a la educación, el derecho al sufragio, la igualdad ante la ley, entre muchos otros.

SUFRAGISMO Y FEMINISMO

LA MUJER TRABAJADORA DEL SIGLO XIX

La mujer trabajadora alcanzó una notable preeminencia durante el siglo XIX, aunque antes de la aparición del capitalismo industrial, ellas ya se ganaban el sustento como criadas, modistas, cerveceras, niñeras o lecheras tanto en Europa como en Estados Unidos.

La mujer trabajadora fue un producto de la revolución Industrial, ya que la mecanización creó trabajo para ella, pero en su transcurso se convirtió en una figura problemática y visible, por el hecho de que la mujer sea una trabajadora asalariada se la veía como un problema nuevo y que había que resolver sin dilación.

El problema implica la incompatibilidad entre la feminidad y trabajo asalariado, que se planteó en términos morales y categoriales. Aunque se tratara de una costurera pobre o una trabajadora de una fábrica, sea soltera, viuda o casada se las consideraba un ejemplo extremo de las tendencias destructivas del capitalismo.

Esta situación planteó varias preguntas:

* ¿Debe trabajar una mujer por una remuneración?

* ¿Qué clase de trabajo era idóneo para una mujer?

La sociedad veía a la incorporación de la mujer al trabajo como un problema y la mayoría de la población de ese entonces estaba de acuerdo con el legislador

francés Jules Simon que afirmaba que: "una mujer que se convierte en trabajadora ya no es una mujer".

La mayoría de las partes que intervienen en el debate acerca de mujeres trabajadoras encuadraba sus argumentos en la reconocida oposición entre el hogar y la maternidad

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