Historia Con La Tecnología

Las nuevas tecnologías han impactado en mí, lenta y progresivamente de tal manera que se fueron incorporando a mi vida a medida que fueron apareciendo, naturalmente hemos reemplazado las antiguas maneras por los nuevos procedimientos, claro más rápidos, más abundantes………….

En el pasado cuando en el colegio nos pedían una investigación o una monografía de determinado tema, el gran problema era acceder a la información, la mayor parte de ese trabajo era conseguir el material que nos proporcionaba los datos. Las visitas a las embajadas, a la biblioteca nacional, a la biblioteca del congreso, a la oficina del libro internacional, a la oficina de las naciones unidas y de la OEA y demás lugares donde acudíamos, cuaderno en mano, para tomar nota de lo que necesitábamos, otras veces, fotocopiar el material si es que teníamos esa posibilidad.

Después de peregrinar por todos esos lugares comenzaba la etapa de lectura, luego la extracción de las ideas a las que apuntábamos, resumiendo en un borrador escrito a mano un primer intento; después ya muy concentrados había que empezar a escribir a mano la información que íbamos a exponer y elaborar, dibujar tablas estadísticas, gráficos de funciones, gráficos de barras; claro, que para estas cuestiones se ofrecía el integrante del grupo que mejor dibujaba y el más prolijo, si teníamos que incluir una imagen, había que recortar (no virtualmente sino concretamente) la foto de una revista y pegarla en el cuerpo del Trabajo Práctico. Entonces podíamos decir que habíamos casi terminado el Trabajo Práctico, porque falta la parte más monótona que era pasarlo a máquina con la menor cantidad de errores posibles.

Hoy tan diferente, ya que para hacer lo mismo lo único que tenemos que hacer es sentarnos en nuestro escritorio, encender la computadora si es que no permanece encendida todo el día y realizar todos los pasos anteriores pero sin movernos del asiento.

Otra cosa que se modificó sustancialmente en mi vida es el cine.

Antes cuando quería ver una película ya sea un estreno o alguna “reposición”,(como se anunciaba cuando exhibían en las salas de cine alguna película vieja, pero vieja de verdad de por lo menos 10 años), comenzaba un ritual; conseguir el diario del día, o por lo menos del jueves anterior, buscar en el suplemento de espectáculos en la sección cine, elegir la película, la sala de cine que más nos convenía o que más nos gustaba; si era un estreno muy taquillero, había que comprar las entradas algunos días antes, sino podíamos ir unos minutos antes que comenzaba la función, también siempre teníamos que pensar en ir acompañados, aunque también era una alternativa, muy eventual, ir solos. Entonces comenzaba el momento ansiado, se apagaban las luces y comenzaba la proyección. Un gran placer que a veces costaba muy poco dinero los días miércoles.

Claro,

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