Métodos de enseñanza

MÉTODOS DE ENSEÑANZA

El maestro, o el que aspira a ser maestro, debe hacerse la siguiente pregunta: ¿Qué motivo me impulsa? ¿Es meramente que hacen falta maestros y los dirigentes me han nombrado para enseñar una clase? ¿Enseño solamente porque es una obligación que tengo que cumplir? O ¿enseño porque amo fervientemente al Señor y quiero servirle, y porque arde en mi alma el mandamiento: "Id y doctrinad a todos.... enseñándoles"? ¿Enseño porque siento una verdadera pasión por las almas que se pierden y quiero hacer todo lo posible para que sean salvadas?

La motivación del maestro afecta su actitud hacia la clase, su preparación y presentación de la lección, su fidelidad al cargo que tiene y el éxito que puede esperar: es decir, resultados verdaderos de su enseñanza. (Métodos de Enseñanza, pgs. 6 y 7)

Los tiempos de evaluación son importantes. De vez en cuando el maestro debe evaluarse a Si mismo.

1. Como maestro, ¿he crecido espiritualmente por las lecciones que estoy preparando cada

domingo?

2. ¿He leído un libro para mejorar mis métodos de enseñar?

3. ¿He tratado de mejorar la creatividad de mi manera de presentar la lección?

4. ¿Cuántos métodos nuevos he usado en la presentación de la lección bíblica?

5. ¿Cuáles métodos han tenido más éxito?

6. ¿He visitado a mis estudiantes en sus hogares?

7. ¿Recuerdo los cumpleaños de mis estudiantes?

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Algunas reglas importantes que debemos recordar cuando estamos enseñando el versículo para

memorizar.

1. El maestro mismo debe memorizarlo primero. Si el maestro no lo aprende, él está

enseñando que memorizar la Biblia es algo que se requiere de los niños, pero no de las

personas adultas.

2. Haga interesante y comprensible el material. Piense bien en la edad y capacidad de sus

alumnos cuando selecciones el versículo. Explique bien lo que significa. Enseñe el

significado de las palabras difíciles por medio de tarjetas, dibujos, objetos concretos,

ilustraciones de revistas, etc.

3. Dé oportunidad para la repetición del versículo en grupo, solo, uno por uno, muchachas

y muchachos, etc. Busque muchas diferentes maneras de repetir el versículo para que los

niños no se aburran.

4. El texto debe ser repetido sin error. De esta manera estamos enseñando que la Palabra de

Dios es algo importante y digno de nuestro mejor esfuerzo.

5. No sea demasiado rápido en “ayudar”. Tenga paciencia. Déles tiempo para pensar y

recordar lo que han aprendido. Lo que se repite de memoria queda grabado en la mente.

6.

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