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Pasantia


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2014  •  Informes  •  1.309 Palabras (6 Páginas)  •  239 Visitas

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El mundo se desenvuelve un proceso de cambio acelerado y se encuentra con un alto grado de inseguridad, lo que conlleva asumir la problemática, pues esta se origina por el desequilibrio del entorno; tanto interno como externos, haciendo énfasis en la economía, lo social, las políticas erradas, las deserciones estudiantiles, las familias disfuncionales o lo que llamamos comúnmente perdida de los valores y principios de las personas, situación que hace fundamental un cambio total del enfoque en la gestión de las instituciones políticas-sociales.

Para la Globalización ha incidido significativamente en diferentes partes de la civilización, lo que obliga a las sociedades y a quienes la direccionan a estar atento a ello, motivado por los cambios constantes que se manifiestan en los escenarios económicos, políticos, sociales y culturales, propiciados por la acción de los diversos sectores que lo conforman, es por ello que surge la necesidad de dar paso a las acciones a través de la elaboración de procedimientos necesarios, que le favorezcan de manera relevante a las sociedades en general.

Los señalamientos de más alta significación realizados en el contexto del mundo de hoy destacan la importancia de desarrollar un proceso educativo en valores que coadyuve al desarrollo de una cultura de paz dirigida a favorecer la convivencia humana en los diferentes ámbitos sociales, superando las diferencias culturales, étnicas, políticas, religiosas y de otra índole que prevalecen en ellos. En dichos planteamientos se considera clave la ejecución de una práctica pedagógica que esté dirigida a niños, niñas y adolescentes en edades de la etapa escolar.

En relación a lo señalado, es pertinente destacar lo expuesto en la UNESCO (2000). Manifiesto para una cultura de paz y no violencia, en cuanto a la necesidad de unir los esfuerzos de los diferentes agentes socializadores y educativos, para la construcción y práctica del concepto de paz, conjuntamente con la promoción de una educación en valores desde edades tempranas, que facilite la transmisión de los valores sociales y morales en niños, niñas y adolescentes, su integración a las normas, costumbres y valores ético morales que las sociedades postulan como válidos y prioritarios para su propio progreso económico y cultural.

El acoso escolar puede producirse mediante conductas diferentes a pesar de compartir los rasgos comunes de desequilibrio de poder, intencionalidad y reiteración, muestran también una especificidad que debe ser tenida en cuenta a la hora de interpretar sus consecuencias y deducir la mejor manera de intervenir. Se distinguen conductas de exclusión social (ignorar y no dejar participar); agresión verbal (insultar, poner apodos o “marcantes” ofensivos, hablar mal del otro); agresión física directa (pegar); agresión física indirecta (robar, romper, esconder); amenazas; acoso sexual (verbal o físico). A estas manifestaciones se ha unido últimamente el denominado “ciber-bullying”, conductas en las que cualquiera de los otros tipos de agresiones se realiza grabando la agresión y difundiéndola mediante el celular o internet, o se utilizan estos medios para acosar a la víctima fuera del recinto escolar.

La importancia de una educación en valores y la formación de comportamientos y actitudes orientados a la convivencia pacífica, tiene una pertinencia significativa e indiscutible en el marco de la realidad que se hace presente en la sociedad mundial, donde los conflictos bélicos, la confrontación entre países y grupos sociales por diferencias políticas y religiosas y las prácticas violentas en la vida diaria prevalecen en forma altamente preocupante, porque afectan el derecho que tienen los diferentes grupos y clases sociales a vivir en un ambiente de paz, tolerancia y respeto.

Tomando en cuenta lo antes señalado, tiene pertinencia lo que se ha afirmado en relación al hecho que en el mundo de hoy, la violencia no es un recurso extremo para situaciones de máxima opresión, sino la forma más común de relacionarse las personas, “la moneda corriente para las transacciones cotidianas del amor y los odios, de las diferencias y las controversias, en la casa y en la plaza, entre países y bloques de países” (UNESCO

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