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TELEVISIÓN GENERALISTA


Enviado por   •  17 de Octubre de 2012  •  2.469 Palabras (10 Páginas)  •  358 Visitas

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TELEVISIÓN GENERALISTA: UNA VICTORIA ILEGÍTIMA

La televisión correspondía en parte a este ideal democrático que permite el acceso de una gran cantidad de público a la información, a la cultura o a la diversión. Digan lo que digan las elites, la televisión les ha dado miedo.

Además en lugar de ver una oportunidad para la cultura de masas, han visto una máquina para influenciar sobre los ánimos y “bajar el nivel cultural”.

La economía general de la televisión, se divide en tres partes desiguales: una mayoría para la televisión generalista, lo demás para los servicios del cable y el multimedia.

La televisión gusta, pero forma parte tanto de la vida cotidiana, que no es preciso hablar de ella salvo para quejarse, ya que la paradoja es que nos es indispensable sin que nosotros estemos satisfechos. Este doble movimiento, uso y decepción, contribuye a la pérdida de la legitimidad de la televisión.

Es falso decir que el telespectador se deja engañar por lo que ve. Aquí encontramos algo importante: el público está dotado de inteligencia crítica y, aunque otorgue éxito a la televisión, sabe guardar las distancias. Mirar no significa obligatoriamente adherirse a lo que se mira.

En el espacio de comunicación, y los temas de curiosidad y de comprensión son mucho más amplios actualmente, en la medida del nivel cultural de la población es más elevado.

En resumen, el éxito de la televisión es inmenso, real, duradero. La diferencia entre la oferta y la demanda de programas explica el éxito de los medios de comunicación temáticos, la dificultad de la televisión es intentar facilitar un acceso a la cultura. La televisión es un espectáculo y no puede ser una escuela con imágenes. La solución consiste en partir de esta necesidad de distracciones para elevarlas hacia los programas de calidad. Esta evidencia de la comunicación de masas le da fuerza y explica su papel inestimabl4 de vínculo social y de apertura a la cultura contemporánea. Esta banalidad de la televisión es un medio para soportar la prueba de la apertura al mundo. La diversión y la heterogeneidad de los programas son uno de los modos de compensar los efectos desestabilizantes de esta apertura al mundo. La banalidad es la condición por la cual la televisión juega este papel de apertura al mundo, tanto por la experiencia personal como por el acceso a la historia.

Estamos tan acostumbrados al papel esencial de la televisión en la democracia que olvidamos cómo esta banalidad aparente cumple en realidad una misión esencial.

Estas diferencias entre el importante papel que juega la televisión y la conformidad crítica que lo rodea ilustran la falta de reflexión de las elites sobre la sociedad contemporánea, y muestran cómo sus constantes críticas hacia la sociedad de masas expresan su conformidad y demuestran su retraso en comprender tres grandes cuestiones de la modernidad: la comunicación, la cantidad y la relación entre esfera pública y esfera privada en una sociedad abierta.

La banalidad no se de a nuestra sociedad, sino a su crédito. En primer lugar, porque son el resultado de un inmenso trabajo de emancipación cultural y porque esta banalidad es una de las puertas de entrada esenciales a la comprensión de las contradicciones de la sociedad contemporánea.

Esta conformidad crítica conlleva dificultad para comprender y una incapacidad de ver que, en dos generaciones, hemos pasado de dos culturas, la de elite y la cultura popular, a cuatro formas de cultura, la de elite, la mediana, la de masas y la particular. La paradoja es siempre la misma: no se trata más que de hacer vivir la democracia de masas, presentada como el único sistema político viable, los partidos, los sindicatos y los movimientos de opinión aunque, simultáneamente, critiquemos todas las manifestaciones concretas, entre las que se encuentran los medios de comunicación.

La televisión presenta dos ventajas: valoriza la lógica de la oferta y destaca las dificultades de la comunicación, a saber, la incomprensible diferencia entre las tres lógicas, la del emisor, la del mensaje y la del receptor.

LA GRANDEZA DE LA LÓGICA DE LA OFERTA

La televisión es el ejemplo de la importancia de una política de la oferta. Destacar la preeminencia de la oferta es recordar toda la historia de la cultura. Si queremos facilitar el acceso a la cultura, es preciso ampliar la oferta cultural y no sólo interesarse por la demanda. Para formular demanda, es necesario organizar el acceso al mundo. Esta mejor capacidad de comprensión del mundo permite, en un segundo momento, formular una demanda. Contrariamente al discurso que domina actualmente, la emancipación pasa primero por la oferta y no por la demanda, puesto que es la oferta la que permite constituir los marcos de comprensión a partir de los cuales se va a manifestar la demanda.

Esta oferta debe ser lo más amplia posible ya que las vías de acceso a la cultura son múltiples, y ninguna de ellas se interesa por el mismo tema al mismo tiempo. Desde el punto de vista de una teoría de la televisión, nunca se insistirá los suficiente sobre la importancia de las televisiones generalistas y sobre la lógica de la oferta.

Toda teoría del público implica una teoría de la televisión, y después, una representación de la sociedad. Los argumentos que condenan el concepto de gran público se parecen a aquellos que regularmente condenan el concepto de democracia.

Se debe recodar también, evidentemente, que el público nunca es pasivo o ajeno.

La contrapartida a esta preeminencia de la oferta concierne a la exigencia de calidad.

No es suficiente recordar la superioridad de la televisión generalista frente a la televisión temática, sino que también es preciso ver el vínculo que existe entre televisión generalista, servicio público e identidad nacional. La televisión privada generalista no está tentada a ampliar su paleta de programas más allá de aquellos que le aseguran la audiencia, la pública puede continuar ofreciendo una paleta de programas generalistas más amplia que la televisión privada. Cuando más generalista es la oferta de la televisión más desempeña aquélla su papel de comunicación nacional. La televisión es el principal espejo de la sociedad; es esencial para la cohesión social que los componentes sociales y culturales de la sociedad puedan encontrarse y descubrirse. Ello supone una mejora sustancial de la calidad de la forte, la cual es la clave de esta teoría de la televisión. Valorizar

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