ACtividad 3 direccion y liderazgo

A mí se me presentó un altercado durante el primer mes de clase, ya que tenía una compañera en todos los equipos en los que nos tocaban las clases juntos; pero, de repente, se fue a otros equipos sin haberme dicho antes. No me hubiera molestado, puesto que yo hubiera entendido cualquier razón que ella tuviera. Durante lo que duramos como equipo, trabajamos regular por varias cosas:

• Cambio (Manejo del): Nos anticipamos a los cambios que pudieran habernos llegado a afectar de alguna manera, y nos adaptamos en el menor tiempo posible, para después tratar de llegar a alguna solución.
• Compromiso: Al tener un compromiso alto, como debe de ser, empezamos a responsabilizarnos y a entender mejor las situaciones que se les presenta al otro, y nos apoyamos mutuamente.
• Comunicación: Como en todo equipo, pudo haber algún inconveniente, pero nada fuera de lo normal, en cuanto a trabajos se refiere. Lo que sí no pude entender, fue el por qué esta compañera no me mencionó nada sobre que se iba a salir de los equipos en los que estábamos juntos, como si ella buscara perjudicarme cada vez más.
• Confianza: Desde el principio, siempre hubo mucha confianza, hasta que me di cuenta de que nos estuvieron por poner DA’s por su culpa, ya que copiaba toda la información que viniera en blackboard. Desde ahí, siempre chequé que todo estuviera en orden. Perdí la confianza, y por eso no funcionó el equipo.
• Conflicto (Manejo del): Siempre tuvimos uno que otro altercado (fuese familiar, académico o personal), pero nunca llegamos al extremo de tratar o hacer sentir mal al otro. Siempre hubo apoyo.
• Cooperación: Cada quién colaboraba en lo que podía, o no hubiéramos cumplido los objetivos que buscamos antes. Ambos fuimos participativos. En eso no hubo problemas.
• Coordinación: De vez en cuando, no supimos qué hacer, pero uno veía la manera de poder hacer algo, mientras que el otro lo hacía desde su punto de vista. Dedicación: Siempre dejamos lo demás a un lado, para poder concentrarnos y optimizar el tiempo para entregar los trabajos. Si teníamos un sobrecargo de tareas, uno le ayudaba al otro en lo que le iba mejor (yo le ayudaba en mate, y ella me ayudaba en computación.
• Espíritu de equipo: Si ambos generamos un ambiente propicio al éxito, puedo decir que sí tuvimos espíritu de equipo.

¿Qué me gusta de trabajar en equipo?

• Optimizar el tiempo de cumplimiento con algo.
• Los cambios que puede haber en las opiniones o pensamientos.
• La lluvia de ideas.
• Empatizamos más.
• Nos conocemos mejor.
• La ayuda en la resolución de algún problema.
• Nos podemos llegar a organizar mejor.

Reflexión: Es importante analizar qué tan efectivo puede llegar a ser nuestro equipo de trabajo, porque te detienes a identificar los factores buenos y los malos que pueden aparecer a lo largo del trabajo que se vaya realizando. Obviamente, no todos los equipos de trabajo son los más eficaces, pero yo pienso que sólo es falta de práctica y de ganas por salir adelante, como la familia lo sabe hacer.

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