ADMINISTRACIÓN, MÁS ALLÁ DE LA TOMA DE SIMPLES DECISIONES

ADMINISTRACIÓN, MÁS ALLÁ DE LA TOMA DE SIMPLES DECISIONES

Mary Luz Ramírez Ramírez

Fredisman Herrera Zuleta

Con abundante teoría, las escuelas de administración han llenado los estantes de sus bibliotecas y las han usado para abastecer los cada vez más criticados y disfuncionales planes académicos. No sólo se le culpa (a la enseñanza) del instrumentalismo propio de los currículos sino de desconocer al ser humano como gestor y perceptor de las acciones humanas, incluyendo las administrativas.

Por más de tres décadas expertos de todas las ciencias y de todas partes del mundo han aportado nuevas maneras, concepciones y prácticas que invitan a reflexionar, corregir y repensar la administración. Aktouf en su libro La Administración: entre tradición y renovación nos advierte que debemos “plantearnos preguntas de fondo y tratar de comprender en qué se deben corregir nuestros modos de administrar y de concebir la finalidad económica” (2008, p.25)

Para autores como Henry Mintzberg, Adela Cortina y Omar Aktouf - por citar solo algunos – la administración debe volver su mirada al ser humano; entender al administrador como un ser complejo, social y simbólico.

Cuando apartamos un poco la mirada de la visión c capitalista podemos comprender el papel de los ejecutivos en las organizaciones. Más allá de ser un planificador reflexivo y sistemático es un hombre o una mujer que interactúa con otros seres (stakeholders) en pro de una metas organizaciones. Por lo tanto, el administrador se convierte ya no en un instrumento para la rentabilidad sino para la socialización, el consenso y la cooperación.

Bajo la perspectiva anterior, los ejecutivos son una “conexión o punto de convergencia entre varias series de participantes en la vida de la organización (…) que pasa más de dos tercios de su tiempo en comunicación no verbal (…)” Mintzberg, citado a su vez por Aktouf (2008, p.258) El rol de los administradores es entonces el de “intermediarios entre los intereses del trabajo y los del capital. Este papel de mediación implica negociaciones, concertaciones, decisiones conjuntas entre grupos de intereses diferentes” Aktouf (2000).

El camino no es fácil, y los nuevos ejecutivos necesitarán - más que teorías y conceptos - desarrollar habilidades especiales o lo que Gosling y Mintzberg en el 2003 denominaron disposiciones mentales.

Según los autores “alguna personas son más reflexivas que otras, algunas más orientadas a la acción, otras más hacia el análisis” Gosling y Mintzberg (2003 p.11), sin embargo, cada ejecutivo de una u otra manera superpone esas disposiciones a la hora de gestionar y tomar decisiones.

En este punto del ensayo, cabe la pena preguntarse ¿qué se gestiona? Para los académicos antes mencionados no sólo se debe gestionar las organizaciones, el contexto, las relaciones y el cambio sino también el mismo yo.

Para gestionar el yo, se deberá tener una disposición mental reflexiva, es decir, reflexionar sobre el pasado, sobre las experiencias

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