ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA IDENTIDAD (Y SUS NARRATIVAS)
25 de Mayo de 2013
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ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA IDENTIDAD (Y SUS NARRATIVAS)
Principio para un documento que debe culminar en las funciones de las
narrativas en los procesos de identificación.
Para iniciar la exposición del contenido suscinto en el título, tomamos la
definición de H.E.Erikson sobre la identidad personal:
SENTIDO SUBJETIVO DE UNA EXISTENCIA CONTINUA Y UNA MEMORIA COHERENTE.
Esta definición supone la mismidad, trascendentalidad, permanencia y una
historia que permita responderse en un primer momento acerca del
qué-quién-cuándo-dónde-cómo para-sí-mismo. Sin embargo, en perspectiva parece
que la IDENTIDAD también se relaciona con otras condiciones
espaciotemporales como otros objetos, como FAMILIA, MILITANCIA POLITICA,
ALTRUISMO y otras categorías (en cuanto universalidades).
No solo por cuestiones de método sino por necesidad teórica y decisiones
prácticas esta relativa exposición debe iniciarse con una consideración
general sobre las relaciones de la IDENTIDAD ( y en la segunda parte su
posibles narrativas).
Una síntesis moderada de los autores más reconocidos sobre la temática, nos
sitúa en una molécula orgánica (según el modelo de una gran molécula de la
llamada Química Orgánica) que en su esencia corresponde la la definición
planteada al comienzo.
Se habla de IDENTIDAD como de:
"...coincidencia del simismo con lo otro inicial..."
"...singularidad del individuo con su historia intercambiable..."
"...síntesis interna de la integración grupal..."
"...inconfundibilidad dentro de la reconocibilidad..."
(Autores varios citados en la Enciclopedia
de las Ciencias Sociales)
Esencia de definiciones que apuntan a la identidad, pero que no agotan la
definición dialéctica que contiene relaciones sociales concretas de
asimilación; desfases ante la versión imperante; contradicciones entre las
soluciones personales y los conflictos colectivos; identificaciones grupales
ante lo negativo; roles de las élites autoelegidas como las
"representativas"; roles de los individuos extraordinacrios que niegan lo
"identitatario" para fundar las nuevas identidades y finlamente, por esta
ocasión, el papel de las identidades positivas en la regeneracion de las
sociedades.
Es sano así mismo abocar las direcciones que ven en las crisis de identidad
una relación concomitante con las crisis históricas en cuanto "...cuando los
proyectos de asimilación social fracasan mayoritariamente".
Aquí es ilustrativo plantear como la época culmen la mentada "de los 60" a
la que se llega de la crisis post-Hiroshima, pero que a su vez pone en
crisis todos los aparatos y estructuras estatutarios de la historia de
Occidente.
Ahora, en la situación colombiana todo lo anterior se cumple
extraordinariamente.Colombia es una nación que lucha por sus proyectos -como
lo plantea William Ospina en es gran constructo poético y certero sobre la
identidad nacional que es "LA FRANJA AMARILLA". Colombia avanza similar a
cualquiera de sus ríos caudalosos que saliendose y entrandose de madre,
recorre todas las accidentalidades de un cauce y que en sus grandes
extensiones parece avanzar perezosamente pero con una poderosa fuerza
cósmica en sus entrañas.
Es un´país-nación en conflicto. Escenario en el cual cabe la definición que
da de IDENTIDAD un diccionario de Psicología:
"El desfase entre la finitud del espíritu humano y la diversidad infinita de
la realidad".
Suponiendo superado el debate sobre la necesidad de una identidad nacional
(no nacionalista y mucho menos "patrióta") e instalándolo en las coordendas
de la búsqueda de identidad (lo cual no tiene sentido si se acepta que esa
búsqueda ya provee de una identidad hipotética), coincidimos con Víctor Díaz
Gajardo cuando pone el sentido en el triángulo escaleno de
RESCATE-RECONSTRUCCIÓN-REFUERZO (de una identidad latinoamericana).
Rescatar una identidad secuestrada en el complejo productivo-mediático
inspirado en Hegemón: Reconstruír aquella parte de la identidad que luego
devino en resistencias. Reforzar luego los tallos que logran sobrevivir.
¿ QUE IDENTIDAD ?
Debe establecerse que aunque el respeto liberal deje hacer y pasar la
identidad de individuos o grupos según su "leal saber y entender", la
escuela y consecuencialmente la familia y los medios no-masivos de
teorización (en el sentido práctico) están obligados a lo que denomina
Erikson una Nueva Etica Ilustrada; y por lo cual debe abocarse un horizonte
(sentido) de identidad que recobre el sentido clásico de la Etica como la
razón práctica para la convivencia para el bien común.
En el mundo de la Escuela, primer espacio institucional de socialización (se
recuerda para siempre a los primeros amigos del recreo por sobre muchos de
los tópicos de los conocimientos adquiridos en las aulas), se establecen los
pactos adecuados y pertinentes al proceso educativo; pero esencialmente se
trata de construir ciudadanos para una sociedad paradigmática. Por todo esto
el componente del complejo de la identidad, correspondiente a la escuela, y
al maestro como su personero, debe definir o dar estatutos a lo que se puede
llamar un qué tipo de identidad y cuáles los modos correspondientes que se
debe propiciar en orden a la construcción de un hombre en concordancia con
una sociedad integral de bien y bienestar común que alcance a los núcleos y
periferia de la familia, la localidad, la comunidad, la ciudad y la nación;
sin que sacrifique o mutile la identidad personal positiva.
LOS ESPACIOS Y DOMINIOS DE LA IDENTIDAD
Debe reiterarse que el maestro debe analizar la compeljidad -y completitud-
de la globalidad conceptual denominada IDENTIDAD. El no hacerlo ha llevado a
simplismos y relativizaciones empobrecedoras. Reducir la identidad a lo
patriótico, a los modelos e iconos deportivos o espectaculares o a un
sentimiento que aflora en momentos de euforia colectiva o sensibilidad
solidaria con lo nacional, determina un deterioro del proceso vital de
identificación.
La identidad debe atravesar los estados de fundamentación, constitución e
institución y aún debe dar luces en los momentos de precariedad o de franca
destrucción.
Los estatutos son un problema desde la familia, no un recurso de
obligatoriedad de la escuela que en este como en muchos casos es el puerto
de servicios y mantenimiento donde los padres estacionan a sus hijos durante
la temporada -más que época- escolar, si es que se supera el triste criterio
de guardería continuada.
Así mismo el largo periodo de constitución -como cosntrucción cuidadosa-
debe abocar al individuo pertinente como un árbol que se cuida según la
metáfora de Píndaro para la perfección y construcción del bien.
Es el momento en que se debe haber logrado hacer del individuo un
sujeto-instituído que responde a una especie de carta magna frente a sus
esferas de
identidad-responsabilidad. Ahora debe continuarse el cuidado de esta
institución constituyendo instancias de lo que podríamos llamar una Corte
Constitucional Personal.
Se ha considerado apartae del proceso educativo de identificación ése camino
de toda la vida que en su complejidad contiene los estados de naturaleza,
cultura, sociedad y ahora virtualidad. Esto conlleva otra serie de
defecciones y falencias de toda lógica. El cuerpo y todas sus relaciones de
"animalidad" tienen que ver con la escencia de los fundamentos de identidad.
Es en su cuerpo donde el individuo comienza a reconocerse y a impulsar sus
posibilidades de inter-relación.
En la concientización de su interioridad -aún en la más profunda-, residen
las fuerzas primigeneias que en-redadarán la personalidad identificada.
Más adelante, cuando se enfatizan y multiplican los factores culturales -más
allá de la escuela o las expresiones clásicas estéticas-, se dan las grandes
batallas por los dominios de la identidad. Se asumen aquellos elementos que
algunos llaman ideales, otros llaman valores, otros ideologías o lo que se
les asimile, como banderas no sólo distintivas
-distanciamientos-, sino emblemáticas y guiadoras allá en lo alto o por
sobre la confusión de las "asambleas de espadas", como J.L. Borges descubre
en las metáforas islandesas. Valores e ideales que motivan muchas de las
costumbres -secularización de las ideas para la coletividad. Costumbres que
solidifican lo identificatorio.
Al culminar -como culmen, no como final- el sujeto-institución su llegada a
...