Abercrombie & Fitch.

Mi recomendación a María es que deje de trabajar en la tienda y, en su caso, busque otro empleo que encaje mejor con su forma de ser, ya que para ella la finalidad de este empleo ahora mismo es únicamente tener una fuente de financiación para aquellos caprichos que no la cubren sus padres, ya que en realidad ella no se siente vinculada con ciertas actuaciones de la compañía.

Si bien María se siente orgullosa de que la hayan seleccionado por su belleza, estando  en línea con la imagen que quiere proyectar la empresa, la incomoda que no tomen en cuenta otras de sus aptitudes, así como algunos comportamientos que percibe en la empresa. Entre estos, se encuentran las acciones recurrentes de discriminación a empleados (i.e. sólo aquellos considerados “guapos” por la firma son los que están en las zonas visibles, mientras que el resto, se encuentran ocupando trabajos donde no pueden ser vistos por los clientes) y a clientes (i.e. continuos mensajes polémicos de Mike Jeffries en medios respecto de a que clientes están dirigidas sus prendas o del propio hecho de que sólo vendan tallas pequeñas).

Todo esto, junto con el código de vestimenta, tener que saludar, sonreír, bailar, dar palmas y hacer de personal shopper cuando alguien lega a la tienda, son aspectos que no encajan en su personalidad y, en consecuencia, hacen que se sienta agotada, se aburra, no encuentre confort en su trabajo e incluso, en ciertos casos, se avergüence. Además, está empezando a preocuparla que esta situación pueda afectarla en los estudios.

A Mike Jeffries le recomiendo que limpie la imagen de la empresa. Él ha conseguido crear una marca de éxito gracias a un modelo de negocio muy innovador, centrado en la experiencia que vive el cliente en la tienda generando así un vínculo con él y logrando asociar a la firma con una serie de atributos positivos que le otorgan un posicionamiento claro y diferenciado de su competencia. No obstante, ha fomentado unos comportamientos muy poco éticos en sus tiendas, con lo que también se le están asociando unas asociaciones de valores poco deseables. Estás pueden tener unos efectos demoledores en su empresa en el medio plazo, pero que sobretodo tienen un impacto muy negativo en los empleados y en la sociedad.

A esto, se le suman las ofensivas alegaciones continuas y sin estupor del CEO respecto del tipo de cliente al que no está dirigida su ropa. Por no hablar de la polémica que ha creado a consecuencia de las alusiones al sexo en sus diseños de ropa infantil. Todos estos mensajes, directos e indirectos, promueven la discriminación, especialmente entre jóvenes y adolescentes, que a extremo pueden conllevar a la exclusión social, así como, a enfermedades psicológicas como la anorexia o la bulimia.

Está, por tanto, ante una espléndida oportunidad de otorgarle unos principios más elevados a la firma si consigue asociar su marca con unos atributos que la dirijan hacia ser una empresa con una mayor responsabilidad social, creando a su vez un mayor valor para el empleado y generando un mayor orgullo de pertenencia. Mi opinión es que debería de apalancarse más en la experiencia que otorga en la tienda que en el tipo de cliente que desea vista su ropa. Considero de vital importancia que se disculpe públicamente por todos los episodios polémicos que ha protagonizado él mismo y la empresa. Debe de disponer de más tallas en sus tiendas y de evitar las alusiones al sexo en la ropa infantil. Por último, debe de redactar un código de conducta, donde se especifique que estos comportamientos no deben de llevarse a cabo y las acciones a seguir cuando se incumpla.

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