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Etica Empresarial


Enviado por   •  7 de Septiembre de 2014  •  9.733 Palabras (39 Páginas)  •  177 Visitas

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ETICA EMPRESARIAL

UNA APROXIMACION AL CONCEPTO DE ÉTICA

Solo desde un conocimiento claro de estos términos parece riguroso adentrarse en la investigación. Junto al rigor expositivo, la definición de la ética como ciencia, su objeto de estudio, fuentes y método podrá dar luces en un posterior análisis de la ética empresarial y permitirá fundamentar los comentarios y posturas que aparecerán a lo largo de estas páginas.

La ética como ciencia

El diccionario de la RAE defina la ética como: la “parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre”. Por moral se entiende: “perteneciente o relativo a las acciones o caracteres de las personas, desde el punto de vista de la bondad o malicia”, y también: “ciencia que trata del bien en general, y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia”.

Ferrater Mora (1988), muestra el vocablo como: “derivado del término griego ethos que significa costumbre, y por ello, se ha definido con frecuencia la ética como la doctrina de las costumbres, sobre todo en las direcciones empiristas… En la evolución posterior del sentido del vocablo, lo ético se ha identificado cada vez más con lo moral, y la ética ha llegado a significar propiamente la ciencia que se ocupa de los objetos morales en todas sus formas, la filosofía moral.”

Sin adentrarnos en un análisis profundo del origen etimológico del término, es inevitable hacer referencia a la antigüedad del mismo.

En su ética a Nicómaco, Aristóteles aclara: “La ´presente obra no se propone un fin teórico, como las demás, pues nuestra investigación no mira o tiende a determinar la naturaleza de la virtud, sino el medio que hemos de emplear para llegar a ser virtuosos, sin lo cual su utilidad sería nula.”

De lo dicho se desprende que la ética es una ciencia teórica, a la vez que un tratado práctico, ya que se refiere a las acciones humanas no sólo para conocerlas sino principalmente para dirigirlas. Por otra parte, la ética considera las acciones humanas en su relación con el motivo de ser (ethos) que la persona adquiere a través de ellas.

Objeto de la ética

Si entendemos por objeto material de una disciplina científica la realidad o realidades que estudia, diremos que la ética tiene por objeto material el conjunto de los actos humanos, es decir, aquellas acciones que el hombre realizar u omite libremente.

En cuanto al objeto formal, entendiendo por tal el aspecto o punto de vista desde el que una disciplina científica estudia su objeto material, en el caso de ética es aquello según lo cual los actos humanos, considerados formalmente en cuanto tales, son calificados como buenos o malos. Es importante aclarar que bondad o malicia morales, no se confunden con la bondad o maldad técnicas (eficacia), como dice Spaemann (1990): “El punto de vista moral juzga la acción como buena o como mala en orden a la vida como un todo; el técnico, teniendo presente la consecución de fines particulares”.

En este sentido, se entiene que una de las notas características de la ética es la de ciencia especulativa, y como tal se pregunta: “¿cuál es la debida ordenación de la conducta humana?”

La ética, por tanto, analiza los actos humanos, en cuanto se ordenan al fin que le es propio al hombre en cuanto hombre, y no a fines particulares.

El análisis de los actos humanos en su calidad de buenos o malos, entendiendo por tales la posesión o no de una perfección que convenga al hombre como hombre, no de modo parcial sino absoluto, en cuanto le conducen a realizar su fin absoluto, será el principal cometido ético.

Otra de las notas propias de ética como saber científico es su carácter normativo. Corresponde a esta disciplina establecer reglas de conducta, precisamente para la realización de la perfección moral.

Para dar respuesta al qué se deben hacer, la ética debe ser capar de “establecer virtudes y normas de valor absoluto e incondicionado, cuyo valor no depende de normas establecidas por troa ciencia práctica”.

Habría que señalar que, a lo largo de la historia, este planteamiento, ha suscitado diversas objeciones: es el caso de los filósofos que aceptan presupuestos del positivismo y rechazan la legitimidad del concepto de ética como ciencia normativa.

El método científico

Llegados a este punto conviene plantear cúal es el método propio de esta disciplina, cuyos principios no pueden ser un conjunto de opiniones o creencias.

El método empleado por la ética consiste propiamente en “la iluminación de las realidades y situaciones particulares y complejas a través de la aplicación de principios éticos más simples y universales, aplicación que no es un simple proceso lógico-deductivo, porque comprende también la asunción de conocimientos experimentales, la experiencia del pasado, etc” (Luño, 1991). Luego, las fuentes propias de esta ciencia serán: la razón humana, capaz de encontrar los principios morales universales y ciertos, y la experiencia moral humana interna e individual o externa y social, explicada y justificada a la luz de aquellos.

Hasta el momento, tras la revisión del concepto y una breve exposición del estatuto científico de la ética podría parecer que el concepto ético es asumido de modo unívoco. “No es que la ética sea un concepto equívo; resulta simplemente que no es unívoco, que se dice de muchas maneras, y ni todas son iguales ni todos convenimos en las mismas interpretaciones”.

La razón última de este fenómeno radica en que la ética, como ciencia del hombre, está basada en la antropología –que es el estudio filosófico de éste-. Sin que se ponga en duda el carácter científico de los tratados éticos, es evidente que “toda propuesta moral tiene concepción de lo que el hombre es y del fin que le viene encomendado por naturaleza” (Fernandez, 1994).

El actual debate ético se encuentra por tanto en un plano más profundo y complejo que el de la mera discusión de algunos principios. La distinta fundamentación filosófica es la que está en el fondo de la no univocidad del concepto ético, y la mayoría de los enfrentamientos actuales en este campo encuentran aquí su razón de ser.

En este trabajo, no pretendemos ni estamos en condiciones de entrar a un debate filosófico. Pero llegados a este punto, parece conveniente dejar constancia, aunque brevemente, de las más importantes concepciones éticas que parecen estar hoy ‘debajo’ de muchos planteamientos de “Ética Empresarial” y, haciendo abstracción

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