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Agentes Socializadores


Enviado por   •  1 de Mayo de 2013  •  1.944 Palabras (8 Páginas)  •  701 Visitas

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AGENTES SOCIALIZADORES

Los agentes de socialización son las instituciones, grupos, asociaciones y organizaciones que directa o indirectamente contribuyen al proceso de la socialización. La socialización transcurre en muchos ambientes y en interacción con mucha gente. Los agentes socializadores más nombrados por los sociólogos:

• La familia

• La escuela

• Las relaciones entre iguales

• Los medios de comunicación de masas

La familia como agente socializador

Para sobrevivir, los seres humanos necesitan de la ayuda de los adultos durante un período de tiempo relativamente largo. Este hecho ha llevado a todas las sociedades a organizarse en torno a grupos de personas que generalmente conocemos bajo el nombre de familia. Dada la ingente cantidad de modalidades que los diferentes grupos humanos han inventado para organizar su convivencia, definir con absoluta concreción y validez qué es la familia resulta una tarea imposible. Por eso, al referirnos a ese tipo de grupo, es más conveniente utilizar la expresión 'estructuras familiares' para destacar, además, el hecho de que la familia ha conocido formas organizativas muy distintas según el tipo de sociedad y el momento histórico. Pero, independientemente de cuál sea su estructura -la forma de las relaciones de parentesco , de las costumbres matrimoniales, del tipo de control de la conducta sexual o de la realización de cualquier otra función-, la familia cumple con el cometido de mantener y socializar al niño, al mismo tiempo que contribuye a mantener el control social, constituyéndose en el primer agente de socialización, y no sólo por ser el primero en actuar sino, fundamentalmente, por el carácter cualitativo de su influencia.

En la fase infantil el ser humano comienza su integración social. Y es con su familia donde, por un lado, aprende determinados comportamientos relativos a las formas de comer, dormir, buscar abrigo, sentir, amar, comunicarse, sentarse, saludar, divertirse, reir, gesticular, lavarse, jugar, vestirse, educar a los niños, … y, por otro, interioriza creencias, valores, normas y técnicas de conducta, una estructura social determinada, un código moral, al aprender lo que está bien y lo que está mal hecho, qué prácticas reciben premios y signos de aprobación, y cuáles castigos y reproches, y lo que ellos implican. A todo esto hay que agregar que, en este grupo primario, las relaciones que se establecen entre los miembros implican a cada individuo en su totalidad y no sólo a uno u otro aspecto de su personalidad, como sucede en la mayoría de las asociaciones entre seres humanos. En la familia se produce, por tanto, un aprendizaje y una interiorización profundamente emocional que la convierten en la fuente de las influencias más poderosas a las que el individuo está sometido en todas las sociedades.

La debilidad y dependencia del recién nacido parecen razones suficientes para justificar la configuración de algún tipo de estructura familiar, pero no para explicar la larga duración de su influencia. La explicación radica en la tarea esencial que realiza la familia al conectar a los individuos y a la sociedad desde el comienzo de la vida humana: a la sociedad le ofrece un apoyo fundamental socializando a cada ser de forma individual y dotándolo de una identidad social, y a los individuos les abre el camino para integrarse, en la sociedad al mismo tiempo que construye su identidad individual. Este rol fundamental permite comprender por qué las relaciones familiares, que pertenecen a un ámbito de intimidad, nunca han sido consideradas un asunto privado y siempre han estado sometidas a un rígido control social. En nombre de la trascendencia social que tiene la procreación y la educación de los hijos otras instituciones sociales han ejercido un riguroso intervencionismo sobre la familia. Por poner algún ejemplo, en Occidente el Estado regula la edad mínima para poder casarse, las obligaciones que contraen los cónyuges entre sí y respecto a los hijos, y las condiciones de disolución y las formas de resolver y repartir esta separación, o no permite que un hombre o una mujer se casen con más de un individuo al mismo tiempo. O en el caso de la Iglesia católica, consagra el matrimonio, y lo considera indisoluble.

La escuela como agente socializador

Junto con la familia, la escuela es otro gran agente educativo y socializador de primer orden. En la escuela será donde realmente el niño encuentre el grupo de pares, algo que le permitirá aumentar los entornos en los que se desenvuelve y que incrementará progresivamente (familia, escuela, compañeros, barrio, trabajo…) hasta la inclusión total como ciudadanos que aportan a la sociedad.

Así, la escuela y la familia son los primeros entornos en los que los niños adquieren sus primeros modelos lingüísticos. En consecuencia, ambos deben interrelacionarse para que el desarrollo del lenguaje sea enriquecedor.

La escuela cumple el papel fundamental de potenciar la comunicación, así como de compensar los posibles déficits lingüísticos del entorno en que vive el niño y proporcionar experiencias y situaciones que amplíen el léxico. De este modo, la escuela constituye el entorno privilegiado donde enseñar las habilidades comunicativas desde el punto de vista más reglado. Es en este contexto donde dichas habilidades forman parte del conjunto de contenidos curriculares obligatorios en todas las etapas educativas. Las aulas son los escenarios de acción práctica en las que tiene lugar esta enseñanza de una forma natural y experiencia.

Podemos justificar la importancia de trabajar la estimulación del lenguaje oral en la Educación Infantil a partir de las siguientes razones;

1. El doble carácter del lenguaje (instrumento de comunicación y de pensamiento);

2. La importancia que en esta etapa educativa tienen la prevención y la detección temprana de problemas;

3. El carácter compensador del lenguaje oral;

4. Su trabajo de forma sistemática favorecerá la conciencia lingüística y, con ello, se establecerán las bases de un buen aprendizaje de la lectura.

Otro de los elementos principales de la comunicación, junto al lenguaje, es el entorno entendido

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