Agua Dulce Para El Futuro

Agua dulce para el futuro

El agua está clasificada como uno de los recursos naturales más abundantes que posee el planeta, de igual manera es muy importante ya que es considerada como la base de toda la vida; constituye más del 80% de la mayoría de organismos e interviene en gran parte de los procesos metabólicos que realizan los seres vivientes, incluyendo las plantas. (USGS, 2013)

De acuerdo a una publicación realizada por The USGS Water Science School (La Escuela de Ciencias del Agua), gran parte del planeta tierra está compuesta por agua, el 70% exactamente. Del total del agua existente, solamente el 2.5% es agua dulce, es decir, agua consumible, agua que sirve para la vida, y el 97.5% restante es agua salada, el cual está concentrada principalmente en los océanos.

De este 2.5% de agua dulce disponible, solamente el 1.2% se encuentra en la superficie de los ríos, lagos, lagunas, pantanos, etc. El 30.1% se encuentra en el subsuelo y el 68.7% se encuentra en estado sólido, es decir, en glaciales y capas de hielo. Detallado lo anterior, se puede concluir que, únicamente el 0.07% del total del agua de la tierra es agua visible y fresca disponible para consumirla, situación que reduce considerablemente las expectativas de uso y ayuda los seres humanos a meditar objetivamente sobre su control y cuidado. (USGS, 2013)

Es definitivo que la madre naturaleza cumple un papel muy importante en la renovación de este recurso, a través del proceso del ciclo del agua. Sin embargo, si se analiza objetivamente, el agua dulce, la cual sirve para consumo humano no está disponible para todas las personas, la realidad actual revela que cada día en promedio, cinco mil niños mueren inevitablemente a causa de la falta del agua, esto por la falta de saneamiento que ofrece este recurso, y su ausencia intensifica el hambre y la desnutrición. (ONU, 2013).

Si se observa el panorama mundial desde otro punto de vista, muchos países, principalmente los más pobres del mundo, por su mala economía e infraestructura, presentan insuficiencia de este vital líquido, pues no poseen la capacidad de suministrarlo eficientemente a su población. En datos y cifras, de acuerdo a la publicación realizada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 884 millones de personas en todo el mundo, no poseen acceso al agua. La Maplecroft, Global Risk Analytics (Análisis de Riesgos Globales), en el 2010, publicó que las regiones que más sufren de la escasez de agua son los países de África, el Sur del Sahara, Sur, Sudeste y Oriente de Asia principalmente.

Esto proporciona un mensaje subliminal para toda la humanidad pues en las regiones citadas anteriormente, más 786 millones de personas no tienen acceso a este recurso, el cual constituye el 89% del total de la población mundial, entonces, a medida que nuestro mundo evoluciona, se debe tomar conciencia sobre el futuro a la disminución del agua dulce disponible; toda la humanidad debe prepararse ante la escasez, pues a raíz del crecimiento poblacional, la contaminación y el cambio climático, la escasez del agua cobrará en los próximos años proporciones sin precedentes, aumentando su creciente insuficiencia principalmente en los países subdesarrollados, poniendo en riesgo la supervivencia humana y a la del mismo planeta. (Maplecroft, 2013)

En la actualidad existen muchos programas impulsados por organizaciones gubernamentales, instituciones privadas a través de la RSE, universidades, centros de investigación y otros que velan por el correcto uso del agua y su máximo aprovechamiento. Uno de los más importantes y que da seguimiento e integra indicadores a nivel mundial es el Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos (WWAP) que es impulsado por la Organización de las Naciones Unidas, cuya función principal es examinar objetivamente la crisis relacionada con el agua en todo el mundo y la capacidad de que los países poseen para afrontarla; así mismo proponer soluciones de mejora y estrategias para la correcta gestión de los recursos hídricos. (ONU, 2013)

Según la ONU, “el aumento del consumo de agua, causado, entre otras razones, por el auge demográfico

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