Ajedrez

Es difícil definir qué es el ajedrez ya que tiene muchas facetas, es deporte, juego, ciencia, arte, cultura, educación. Todas sus facetas nos sirven para nuestros objetivos académicos- pedagógicos. Enseñar a pensar es la finalidad básica de la pedagogía y de todos los buenos sistemas de enseñanza. El ajedrez es un medio ideal para la concreción de estos objetivos.

Jean Piaget dice que el juego constituye una manera específica de funcionamiento de la inteligencia infantil que forma parte de su proceso de adaptación a la realidad.

El ajedrez tiene un enorme potencial educativo y formativo, puede actuar como canalizador de un importante número de aspectos de carácter psicológico, de formación de la personalidad. Ya desde que comienza a mover las piezas el niño casi sin darse cuenta comienza a pensar, a captar ideas.

La práctica del ajedrez ayuda considerablemente en el proceso evolutivo mental de las personas. Aumenta la capacidad de cálculo. Desarrolla el razonamiento lógico. Estimula la imaginación creadora, fortalece la concentración mental. Contribuye notablemente a formar el espíritu de investigación y de inventiva. Activa el dinamismo de la memoria. Despierta y agudiza el sentido crítico. Crea hábitos positivos en la esfera del pensamiento: disciplina mental, razonamiento, memoria, investigación, análisis, síntesis.

“El papel educativo del ajedrez radica en que forma a los alumnos en un marco de reglas y significados, disciplinando el pensamiento, contribuyendo al desarrollo del carácter y la acción virtuosa”, afirma el venezolano Uvencio Blanco, Presidente de la Comisión de Ajedrez en las Escuelas, de la Federación Internacional de Ajedrez, FIDE.

Una de las grandes preocupaciones de docentes, dirigentes, entrenadores y jugadores de ajedrez ha sido –durante décadas- la relacionada con la posible incorporación del ajedrez como asignatura dentro del pensum de estudios de la escuela elemental, tal como existe en otros países que han incorporado el ajedrez a las escuelas.

Por esta razón, el interés de la comisión que preside Uvencio Blanco está enfocado en la generación de un proyecto universal para popularizar el ajedrez en las escuelas y también en comunidades organizadas. La creación de un programa internacional de formación, calificación y permanente actualización de los aplicantes educacionales a instructores y profesores de ajedrez.

La comisión ha hecho énfasis en reuniones de trabajo con los directores de las federaciones nacionales interesadas en iniciar proyectos de ajedrez escolar

El Ajedrez, enfatiza Blanco, tiene todas las cualidades para convertirse en una excelente herramienta pedagógica: está de acuerdo con el diseño curricular, responde adecuadamente a los objetivos generales que se consignan en él y se enseña jugando con los grandes. El instinto de jugar es exclusivo para los niños y su desarrollo, lo mismo que para el hombre.

Beneficios del ajedrez en la educación

• Los niños y niñas, a través del aprendizaje del ajedrez, descubren sus habilidades intelectuales.

• Participando de un deporte que no los limita para compartirlo con sus mayores, les permite una madurez de intercambios sociales de mayor envergadura.

• El ajedrez, por su cultura e inserción en todo el mundo, abre una visión amplia de posibilidades, habilidades y destrezas.

• Los jóvenes encuentran, en el método de estudio del juego, las enseñanzas de conductas faltantes en el desarrollo curricular de las escuelas.

• Con la práctica del ajedrez, según su edad, se obtiene una base de conocimientos que les permite ir descubriendo peldaño a peldaño inteligencias múltiples.

• El pensamiento lateral, la memoria visual, la deducción o el pensamiento analógico se enriquecen mediante conductas habituales frente a la resolución

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